La
Comisión Económica para América Latina (CEPAL) reafirma el
comportamiento negativo de la economía regional en el 2003, en su informe
circulado hoy en Santiago de Chile, aunque vaticina para el año venidero un
crecimiento del 3.5 por ciento.
Una de cal y otra de arena, en el desierto económico
regional envuelto en un mar de datos que se resumen en un crecimiento del 1.5
por ciento en el año que ya concluye, desempleo promedio del 10.7 por ciento,
un notable descenso de la inversión extranjera en la última década de 38 mil
millones de dólares a 29 mil millones y un 25 por ciento menos entre el 2002 y
el 2003.
Un 44 por ciento de la población latinoamericana, 225
millones de personas, viven por debajo de la línea de la pobreza, cifra que
refleja la profunda inequidad del sistema social y económico de la región,
contrastado con las riquezas que producción los países, con los ingresos de
una pequeña clase que se niega a distribuir un poco mejor los ingresos
nacionales.
No todos son signos negativos como suele ocurrir en la economía,
una ciencia inexacta, y además en un conjunto de países tan disímiles como
los latinoamericanos. En ese gran arcoiris regional, donde se presentan todos
los colores, lo más notable corresponde al crecimiento de la valupeada economía
argentina con un 7.3 por ciento.
Economías intermedias, como las de Chile, Perú, Colombia y
la pequeña Costa Rica, crecieron poco más de un saludable
3 por ciento, de acuerdo con cifras de la CEPAL. En cambio, dos de las
tres más grandes economías latinoamericanas, Brasil y México, sólo se
expandieron un magro o.1 y 1.2 por ciento.
La otrora dinámica economía venezolana, tuvo un desplome de
proporciones del orden del 9.5 por ciento, que se repite por dos años
consecutivos, en medio de un empobrecimiento de esas nación suramericana
petrolera. El resto de las economías “tuvo un dinamismo escaso de un 2 por
ciento”, en palabras de la CEPAL, y estimamos que en ese orden se encuentra la
economía panameña, ya que no está citada por la máxima identidad económica
de las Naciones Unidas para América Latina.
Las cifras, aunque se acomodaran son indicadores negativos en
general, ya que el producto por habitante es inferior en la actualidad
1.5 por ciento al de 1997, por lo que cualquier esfuerzo debe superar el
5 por ciento del crecimiento anual
para recuperar en alguna medida los mejores momentos de nuestra economía.
En el marco de las cosas positivas, la CEPAL destaca el
crecimiento de tres productos básicos d exportación fundamentales como el oro,
cobre para Chile, Petróleo, Venezuela, México, Ecuador, Colombia, y la soja,
Argentina, los cuales arrastraron el conjunto de los productos exportados hacia
un crecimiento del 15 por ciento. El petróleo creció en un 23 por ciento.
Chile obtendrá este año ingresos adicionales de mil
millones de dólares por el incremento del precio del cobre, en uno de sus
mejores momentos. Los productos básicos de
la región había caído en un 3.3 por ciento, un hecho ya tradicional en su
comportamiento. Los países del MERCOSUR crecieron en sus tasas de exportación
en un 17 por ciento, mientras que Centroamérica lo hizo en un 5 por ciento,
acota la CEPAL.
La entidad económica
de la ONU, identifica los pocos
logros económicos de la región y la mejoría en sus perspectivas, al
comportamiento de las economías de Estados Unidos, Japón y al continuo
crecimiento de la economía China, que marca la pauta
en el siglo XXI.
No
todo lo que brilla es oro, pareciera decirnos la CEPAL, cuando
nos “señala que la
ausencia de ahorro externo y los niveles de ahorro nacional relativamente bajos,
limitan la inversión y el crecimiento de largo plazo. La formación bruta de
capital permaneció casi estancada y su nivel actual es un 12,5 % más bajo que
el alcanzado hace cinco años. Un aspecto clave para alcanzar mayor crecimiento
es la recuperación de la inversión y el ahorro, pero los países de la región
ahorran menos que otras economías emergentes del mundo".
Es un planteamiento a tomar en cuenta en cualquier análisis
económico regional, en un entorno donde son pocos los países beneficiados
con la inversión extranjera. (Brasil, Chile, Perú, Colombia y México). Un 4.6
por ciento del PIB latinoamericano se transfirió al exterior en el último
quinquenio.
Este año cayeron además los salarios reales, sostiene la CEPAL
en su informe, y vaticina una mejoría en el próximo año, ya que vaticina
que la economía crecerá en su conjunto un 3.5 por ciento, si continúa
satisfactorio el comportamiento en las tradicionales locomotoras, Estados Unidos
y Japón.
Dos
de las tres más grandes economías, según la CEPAL, Brasil y Argentina,
crecerán un 4.5 y 3.3 por ciento, respectivamente, lo que hará la diferencia
en la región, mientras que México, que conforma esa triología de gigantes, sólo
lo haría en un 2.8 por ciento, de acuerdo con los pronósticos cepalinos.
Rolando Gabrielli