La Presidente Cristina Fernández de
Kirchner se encuentra, claramente, en su peor momento político. Ya existen
señales inequívocas en la economía que sugieren la posibilidad de la
implementación de una devaluación, que se ha filtrado de la agenda kirchnerista.
Informes reservados hablan de un posible estallido social, derivado de la
estrategia oficialista de división. Comienza la cacería de brujas desde la
Rosada
En tiempos de la gestión del ex Ministro de Finanzas, Juan
Vital Sorrouille, el sector bancario se apresuró a notificar al mercado acerca
de potenciales planes "devaluatorios", ofreciendo tasas elevadísimas para los
depósitos en plazos fijos. Lo propio está ocurriendo ahora, en las horas menos
felices de la administración Fernández de Kirchner. Rezan algunos de los
mensajes grabados que muchos clientes de cierto banco reciben en sus
contestadores telefónicos que "el interés que le ofrecemos para depósitos a
plazo fijo equivale a si Ud. depositara un millón de pesos".
Porque, aunque gran parte de los medios lo niegue, lo
concreto es que el retiro de depósitos durante el último mes ha superado
fronteras ya preocupantes. El sector bancario ya se encontraba en crisis por la
no posibilidad de ofrecer créditos a baja tasa, pero la presente crisis social y
económica ha "gatillado" la desesperación de los agentes del sector financiero,
que ante la alarma que significa el retiro de depósitos del sistema, se
encuentra ya mismo ofreciendo intereses ridículos para aquellos que se animan a
confiar en el sistema. En este sentido se ha expresado recientemente el matutino
Ambito Financiero, y otros medios "underground" como Seprin.com ya
refieren a la posibilidad certera de una devaluación importante del peso. De
esta noticia —que pulula también por muchos programas políticos radiales— se han
agarrado los bancos para comenzar a ofrecer intereses elevados para quienes se
atrevan a apostar a los plazos fijos. Por cierto, en este esquema también
confluye la poco seria política oficial de planchar de manera increíble el
índice de incremento de precios al consumidor para el pasado mes de marzo que,
habiéndose colocado en un irrisorio 1,1%, ignora lo sucedido con los productos
cárnicos, el pollo, los lácteos y los vegetales, que dispararon su precio por
encima de los 50 puntos porcentuales en promedio.
La inflación proyectada antes de la crisis con el campo para
2008 en ningún caso figuraba por debajo del 40%, pero por estas horas ciertas
fuentes consultadas por El Ojo Digital en los mercados ya refieren a la
posibilidad de que la cifra se dispare hasta alcanzar los 80 puntos para el
final del año.
Por su parte, los players mejor informados de la City
porteña conocen detalles de los números que se manejan desde el Central y el
Ministerio de Economía del atribulado Martín Lousteau, y saben a la perfección
que el Gobierno Nacional se encuentra en plena sequía financiera debido a los
vencimientos de US$ 1,17 mil millones para mediados de 2008. A partir de la
fallida reunión de la Presidente con Nicolás Sarkozy en Francia, estos
referentes del mercado de capitales se han enterado de la solicitud que se le
hizo a la Argentina para que se ocupe definitivamente de los hold outs y
de los US$ 6,5 mil millones de deuda con el Club de País, pues de otra manera se
terminó el financiamiento externo para el país. Tampoco podrán los Kirchner
recurrir a Hugo Chávez dado que el dictador venezolano terminará su gestión en
noviembre y —salvo que ocurra un milagro— será eyectado del poder por aquel
tiempo. No se encuentra el caribeño en condiciones de ofrecer dinero fresco sin
cuestionamientos al matrimonio presidencial y así salvarlo del incendio. Lo que
es más, Chávez se dio otra vez el lujo de abofetear a los Kirchner,
nacionalizando la empresa argentina SIDOR, y por lo bajo se comenta que el
venezolano se ha decidido abiertamente a ignorar Néstor y a Cristina, a
sabiendas de que no les queda mucho tiempo de vida en la Casa Rosada. El mes de
julio será clave —si acaso la Presidente todavía se encuentra en funciones—,
dado que la crisis energética obligará al Estado a una exagerada erogación para
aprovisionar de gas al sistema, a partir de los precios elevadísimos que Bolivia
y Brasil —con sus parques de GNC comprometidos— deberán cobrarle a la Argentina,
siempre y cuando esos países se decidan finalmente a ceder algo de sus propios
recursos para destinarlos al sur.
Es a partir de todo esto que ha trascendido la información de
que ciertos elementos del gobierno kirchnerista se encuentran planificando un
escenario de devaluación importante, para garantizarse la recaudación de mayores
recursos financieros, sosteniendo el presente sistema de recaudación de
inflación. El problema es que tal medida implicará un círculo vicioso
determinante para que, ante el escenario de inflación aún más creciente, los
gremios vuelvan a presionar al gobierno por más aumentos, y en ese contexto, el
índice de precios real treparía a entre 60 y 80 puntos para final de año. El
problema principal para la Casa Rosada es que, sin importar cuánto se dibujen
los índices desde el INDEC, el mercado sabe con detalle el dato de la inflación
real, y ello vuelve a incrementar geométricamente el precio de las mercaderías.
Más aún en el actual escenario de saturación de la capacidad productiva de un
país sin inversión extranjera directa y sin políticas productivas auténticas
desde el día uno de Néstor Carlos Kirchner.
Sectores relevantes de la economía a la hora de presentar
análisis sobre la actual situación también comienzan a reflejar los síntomas de
la "enfermedad terminal" de las políticas económicas oficiales. Desde el sector
de la construcción, para citar un caso, se evalúa un horizonte cercano con una
explosión importante del tipo de cambio —hablando específicamente del dólar— y
la actividad aquí comienza a paralizarse. Quienes más lo están sufriendo en
carne propia son las inmobiliarias, que observan un freno categórico en sus
operaciones. "Todo el mundo se ha quedado quieto, como consecuencia de la crisis
que vive el país y especialmente después de los cacerolazos en Plaza de Mayo.
Aquellos que se encontraban a punto de adquirir una propiedad se han decidido a
esperar para ver qué sucede de aquí a unos meses. Sólo volverán a moverse si
empiezan a notar oscilaciones en la cotización del dólar, que todo indica
comenzará a subir porque otra vez el público está demandando moneda
estadounidense. Por eso se explican las restricciones impuestas desde el Central
a las casas de cambio y los bancos, para que nadie venda pesos en forma
exagerada".
Hay representantes de bancos importantes que, en estos
precisos momentos, orientan a sus clientes acerca de la conveniencia de retirar
sus depósitos en pesos de la plaza local, para remitirlos a Estados Unidos o la
República Oriental del Uruguay, al tiempo que recomiendan también adquirir
dólares y euros en una proporción de 70-30. Desgraciadamente, esta información
suele estar disponible inicialmente para medianos y grandes ahorristas, mientras
que los pequeños tenedores de ahorros reciben el dato cuando suele ser demasiado
tarde. Ya ocurrió meses antes de diciembre de 2001 y muchos pronostican que lo
propio sucederá en poco tiempo.
Pasando al terreno estrictamente político, es interesante
observar la manera como el Grupo Clarín de la señora de Noble y cuyo CEO
es Héctor Magneto se ha decidido finalmente a rebelarse contra el Gobierno
Nacional, al tiempo que la crítica desde otros sectores de la prensa se vuelve
también más virulenta. Resulta un detalle no menor también uno de los recientes
editoriales del periódico La Nación donde, líneas más, líneas menos, se
declara que la Presidente Cristina Fernández de Kirchner "no ha generado cambio
alguno desde su llegada al poder". El artículo también ataca con convicción y
particular dureza la actitud oficial de enviar al piquetero Luis D Elía a
apalear a familias y a ciudadanos que protestaban en Plaza de Mayo, en ocasión
de los últimos cacerolazos.
La rebeldía no se observa solamente entre los gobernadores
anteriormente cercanos al kirchnerismo, sino también en la Justicia: muchos han
leído, frente al reciente fallo de la Corte en relación al ex comisario Luis
Patti, una movida atrevida de los jueces, que ya no tienen tanto temor de
determinar decisiones contrarias a los intereses políticos de la Casa Rosada.
Y, desde luego, la información más notable, comprobada en la
última semana, es que el Gobierno Nacional ya no tiene control alguno sobre las
fuerzas de seguridad. Se ha visto en el desentendimiento que ha exhibido la
Gendarmería Nacional al ordenársele reprimir a manifestantes del campo, accionar
pasivo que ya se ha venido viendo incluso en la Policía Federal ante
manifestaciones callejeras. Por otro lado, y como ya lo había adelantado El
Ojo Digital desde esta columna, las Fuerzas Armadas —a través de generales
en actividad y oficiales de primer orden— habían sugerido en círculos
reservados que en modo alguno intervendrán para defender a la Casa de Gobierno
frente a un escenario de crisis o estallido social.
La explicación más lógica y complementaria para lo expuesto
líneas arriba es la caída aún más abrupta que en las últimas 48 horas exhibe la
imagen de la primera mandataria, Cristina Fernández de Kirchner. Su índice de
popularidad apenas supera los 20 puntos porcentuales, y en los círculos del
poder esta información circula raudamente.
Precisamente, a sabiendas de esto, operadores de imagen que
visitan la Casa Rosada periódicamente, liberaron informes en donde hablaban de
una imagen presidencial de un 35%, dato que, si bien era preocupante de
antemano, incluyo conlleva un dibujo de no menos de 10 puntos, a los efectos de
disminuir el daño y de abrir una puerta para una mejora si acaso Cristina
lograse un acuerdo con los referentes del campo argentino. El periódico El
País, de España, ha reflejado datos reales en donde confirmó una medición
que exhibía la popularidad de la Presidente en un irrisorio 23%. Cifra que no le
alcanza para mantenerse en el poder por más de 60 días, a entender de cualquier
analista serio.
Ante la desesperación, desde la Casa Rosada ya se preparan
planes —al menos así lo refieren fuentes reservadas y la página web Seprin.com,
normalmente muy bien informada frente a escenarios de crisis extremas— con el
objetivo de polarizar aún más a la sociedad y acusar a manifestantes y a la
ciudadanía que se exprese contra el kirchnerismo, como dirigidos por sectores
militares de ultraderecha, represores y demás elementos. Ante este escenario,
Seprin.com incluso refirió a informes del Comando Sur estadounidense, con base
en Miami, Estado de Florida, que evalúan la posibilidad certera de ocurrencia de
un estallido social furibundo en la Argentina, gatillado por posibles
operaciones clandestinas de "autoatentados" o magnicidios pergeñados por el
propio matrimonio presidencial, dispuesto a todo para permanecer en el poder. A
este respecto, obsérvese y analícese objetivamente la tónica y la retórica
utilizadas por el ex Presidente Néstor Kirchner y su señora esposa de cara a las
protestas, de las que se sugirió fueron armadas. Y se llegó al extremo de acusar
a los participantes de "golpistas", "gorilas" y de haber organizado las
protestas y los cacerolazos a nivel nacional... desde sus casillas de correo
electrónico.
El problema es que desde la Casa Rosada se ha acusado a la
prensa en general de desestabilizar al Gobierno. Un auténtico "manotazo de
ahogado" que sólo puede traducirse en una maniobra desesperada ante el desmanejo
de la crisis nacional. Observaciones preocupantes originadas en el Congreso de
la Nación y otros círculos de poder refieren a otra medida que el kirchnerismo
se encontraría cercano a implementar: el encarcelamiento inmediato y sin proceso
judicial de dignatarios ya especificados de la prensa, el sector empresario, y
de organizaciones sociales que no comulgan con el pensamiento único que emana
desde Balcarce 50. Una de las personas que se encontrarían, por estos momentos,
en la mira, sería Cecilia Pando de Mercado.
Matías Ruiz
El ojo digital
www.elojodigital.com