Como ya hemos dicho en muchísimas ocasiones en este
mismo sitio, una de las principales banderas que enarbola el Frente Para la
Victoria es la de arrogarse, como nadie, la defensa de los derechos humanos.
En este sentido, sería interesante que el kirchnerismo explique qué
entiende por estos, ya que en ningún momento se preocuparon por los
"derechos humanos" de las víctimas del terrorismo durante la década de los 70,
sólo por citar un ejemplo.
Todo lo contrario ocurre con los terroristas
montoneros, quienes fueron, son y serán delincuentes, por más que hoy se los
pretenda hacer ver y prestigiar como si hubiesen sido los Granaderos a Caballo
del General San Martín.
Esto lleva a la justicia a actuar en forma totalmente
parcial, y perseguir a cualquier persona que desde el golpe de Estado de 1976
hasta 1983 haya vestido un uniforme.
No ocurre lo mismo con los integrantes del ERP,
Montoneros, FAR y otras agrupaciones subversivas de la época.
El caso más claro, palpable y actual es la persecución
política que sufre Luis Patti. Llegado este punto, para evitar alguna mala
interpretación de algún lector “distraído” o mal intencionado, me siento en la
obligación de aclarar dos cosas:
En primer lugar, no comparto en lo más mínimo la
ideología del señor Luis Patti, ya que el solo hecho de pronunciarse en varias
oportunidades como "justicialista" y "menemista", es motivo más que suficiente para
que política o filosóficamente no coincida con él.
En segundo lugar, no es mi intención, en este artículo,
opinar sobre la manera de proceder de Patti o los motivos que se le imputan, con
los que estoy en total desacuerdo, sino el trato de desigualdad que se le da
ante la Justicia, y en consecuencia, hacia la opinión pública.
Lo curioso de este caso, y motivo central de la nota,
es que, quien impulsa la expulsión de Luis Patti del Congreso Nacional es nada
más ni nada menos que Miguel A. Bonasso, quien argumenta, entre otras cosas, que
Patti no posee “autoridad moral” para ejercer el cargo de Diputado de la Nación.
Veamos pues, quien fue Miguel Bonasso en su época de
“joven idealista” hoy devenido en diputado y asesor presidencial.
Con el alias de 'cogote' integraba el comando de
montoneros en el área de prensa e inteligencia. Ya electo diputado —gracias a
una lista sábana— realizó más de veinte viajes a Cuba para entrevistarse con su
actual jefe máximo, Fidel Castro.
En los '70 dependía directamente de los jefes de la inteligencia montonera
Rodolfo Walsh y Horacio Verbitsky, quienes tenían a su cargo la elección de los
blancos para sus atentados, pese a lo cual fue Secretario de Prensa del
presidente Héctor Cámpora.
Como integrante de la 'Columna Capital' de Montoneros habría participado
del asesinato de José Ignacio Rucci, dos días después de la asunción de Juan D. Perón en
septiembre de 1973. Faltaban tres años para la llegada de los dictadores
Jorge Videla, Orlando Agosti y Emilio Massera.
El objetivo montonero era "tirar un fiambre en la mesa de negociaciones de
Perón" ya que este se negó a asignarles 400 cargos electivos que quisieron
exigirle en las listas con que ganó las elecciones. El día de la asunción de
Perón , durante su discurso en la Plaza, los montos cantaban: "¿Qué pasa...qué pasa General, que está lleno de gorilas el gobierno
popular?"
Fue 'guionista' de la película Iluminados por el fuego, donde el
protagonista es el soldado conscripto trotskista Edgardo Esteban, actual
periodista, nunca combatiente, un "cobarde" según los testimonios de sus
camaradas de trinchera.
Bonasso lideró la llamada 'Rebelión de los tenientes' que se alzó contra la
cúpula de montoneros en 1979 en disidencia con lanzar una segunda
contraofensiva. Curiosamente la mayoría de los que se rebelaron con Bonasso siguen vivos.
Se sospecha que actuó como "topo" en el regreso de los primeros
combatientes preparados en Cuba y Argel, señalando a sus camaradas para ser
detenidos.
Este individuo tuvo la autoridad para liderar el movimiento de legisladores
que prohibió la asunción de Luis Patti al Congreso aduciendo que no tenía
capacidad moral para el cargo haciendo un inodoro con los 400.000 votos con los
que Patti fue elegido legítimamente.
Cabe recordar, que el señor Bonasso hoy no posee
ninguna agrupación política, ya que el partido que creó,
Diálogo por Buenos Aires, carece de la cantidad mínima de afiliados.
Este señor, que participó de secuestros, asesinatos y
torturas, ¿tiene autoridad moral para ejercer el cargo de Diputado y además
decidir quién puede serlo o no?
Para finalizar, sería bueno que el señor Bonasso, quien
se benefició por el indulto presidencial de Carlos Menem, y gracias a ello hoy
está en libertad y cobra un suculento sueldo, más viáticos, más asesores, más un
despacho que pagamos todos, nos diga en qué benefició a los argentinos con su
labor en estos años que ocupó una banca, cuáles fueron sus logros, y por qué
debemos sentirnos orgullosos de tener representantes del pueblo como él.
¡Ah! Y como si todo esto fuera poco, dentro de algún tiempo
será acreedor de una jubilación de privilegio.
Pablo Dócimo
NOTA:
Todo individuo que se sienta mal tratado o injuriado por la
prensa, tiene —de acuerdo a nuestro manual de Estilo— el pertinente Derecho a
réplica. Por tal motivo, invito,
personalmente, al señor Bonasso, en caso que considere que algo de lo aquí
expuesto sea falso, injurioso o perjudique su integridad moral, a realizar una
entrevista para poder ejercer dicho derecho.