El gobierno de Javier Milei ha servido para poner en evidencia una vez más la manera con que la izquierda nacional –autoproclamada “socialismo progresista”-, sigue consumida por una hoguera de creencias que alimentan un “sindicato” de intereses, como ocurre en muchos otros países.
Su objetivo claro es ocultar que no han aportado jamás solución alguna a los problemas que enfrenta la sociedad para desarrollar de manera práctica una democracia que permita mejorar la vida de la gente, abandonando la constante apelación a ciertos fulgores dialécticos con los que pretenden pulverizar el razonamiento del ciudadano común.
Esto se percibe claramente cada vez que se asiste al cacareo incesante de sus líderes en defensa de unos derechos humanos muy “sui generis”, que terminan sometiendo a la sociedad a una esclavitud conceptual, dejándola a merced de los arbitrios de una cúpula de inescrupulosos que se instalan en el poder para ejercer el mismo “sine die”.
La “dispensa moral” de esta izquierda trasnochada, trata de ocultar siempre la ineficacia de sus métodos para gobernar, que se mantienen atados a límites ideológicos muy estrechos, esclavizando a todos mediante una represión que proclama actuar como si fuese “la fuente de la verdad” (sic).
Este estado de cosas, se mantiene mediante informaciones distorsionadas con las que se pretende proteger un sistema “interpretativo” tendencioso, que poco a poco invade casi toda la esfera de la actividad humana.
De lo que se trata este asunto es de una lucha entre un marxismo disfrazado con teorías atrabiliarias y el mundo de la libertad. Un escenario en el que el llamado eufemísticamente “socialismo popular” rehúsa cualquier confrontación profunda al mejor estilo marxista, mediante un saber sin demostración de valor alguno, que contribuye finalmente a la desolación de quienes ven cortadas sus libertades esenciales. Sobre todo, las que conciernen a la legítima disidencia con el régimen de turno.
El énfasis oratorio de los líderes de la izquierda está sostenido siempre por mezclas muy sofisticadas de argumentos emocionales que tienen mucho “sex appeal”: el hambre de los pobres, la igualdad de oportunidades, el
acceso a la educación para todos (que luego terminan siendo para pocos a quienes se adoctrina convenientemente), la “justicia social para las mayorías”, etc. Argumentos que son abandonados apenas llegan al poder, condensando sus argumentos en un discurso que se basa en la supuesta “humanización” de la política.
Es increíble la cantidad de mentirosos –entre los cuales se encuentran muchos seudo intelectuales-, que ven una rara abundancia y prosperidad en sociedades donde la población se muere literalmente de hambre merced a la puesta en práctica de estos principios, sostenidos por el avasallamiento de una “identidad cultural” que prohíbe la expresión pública, sometiendo a quienes se les oponen a una perversa represión puesta en marcha desde el poder.
Aunque las formas del actual Presidente resulten chocantes para algunos, no imaginamos de qué otro modo podría abrirse un rumbo en la mente de sociedades como la nuestra, sumergidas en la veneración impuesta por una izquierda que desde hace muchos años practica una misión sagrada: obligarnos a tolerar un sistema político donde el pensamiento único constituye la esencia de una “doctrina popular” (sic).
Por el momento, los resultados prácticos del actual gobierno han sido relevantes en materia económica, poniendo al descubierto los meandros de una corrupción moral y monetaria oculta entre bambalinas, que nos ha venido afectando de manera siniestra durante los últimos ¿50 años?
A un año de asumir, Milei parece haber aprendido también a manejarse con bastante habilidad, haciendo “gambetas” para eludir las trampas de una política que sostuvo siempre ciertos slogans que permitiesen someternos a argumentos carentes de toda lógica, aprovechando una característica esencial del ser humano: construir en su cabeza cualquier teoría “que suene bien”, creyendo en ella en forma ilimitada.
Ese es el escenario del combate entre quienes pretenden dominar el mundo del pensamiento a través del falso fulgor de informaciones falsas y los que seguimos apostando a una democracia republicana.
A buen entendedor, pocas palabras.
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La izquierda argentina NO EXISTE, subsiste en base a la extorsión de Belliboni y NADA MÁS Sus diputados SON IRRELEVANTES En cualquier comisión interna de fábrica no alcanzan para formar mayoría Lo metrodelegados son peor que los gordos de la CGT Creo que después de Altamira "la izquierda" se termino y se lo tienen merecido por "venderse" al kirchnerismo y antes a los militares Diría Adorno FIN
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Dice Madero que la izquierda no aporto nunca soluciones a los problemas del país. Pero no recuerdo cuando gobierno la izquierda. Lo que se es que gobernaron peronistas, radicales y pro y que tampoco aportaron soluciones. Ojo, no soy de izquierda, solo quiero poner claro sobre oscuro.
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Un diputado quiere sacar un proyecto de declaración para declara los inodoros un lugar para la paz así al pedo están estos delincuentes
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Omar, esas son DISTRACCIONES DE LO IMPORTANTE. Nada nuevo en la historia de la Argentina. Nos tienen por Estúpidos y ciertamente lo somos si nos centramos en estas noticias.
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La izquierda en Argentina es una "segunda marca" del peronismo que se reinventó como "de izquierda" con los Montoneros. La izquierda en sí aborrece al PERONISMO en la verisión "original" de Juan Domingo Peròn, pero con el argumento de que...¡"COMPARTIMOS EL CAMPO POPULAR"! se alía y hasta "infiltra" dentro de las estructuras DEL PODER PERONISTA. Si bien Nestor Kirchner los invitaba a participar, en realidad los "dejaba en la puerta". Basta con recordar las elecciones de 2009 cuando Nestor Kirchner se presentó como diputado Nacional y personajes como Sabatella y Yasky formaron SU propio partido de izquierda que integraba a Comunistas y Humanistas, entonces compitieron CONTRA NESTOR K, entonces Sabatella decía " Tampoco estamos con el oficialismo (gobernaba Cristina Fernandez), que tienen su límite en la estructura perimida y corrupta del PJ” https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-123669-2009-04-22.html Lo cierto es que la izquierda está conformada por personajes mediocres que ni siquiera les interesa HACERSE DEL PODER, sino vivir de el bajo sus argumentos de "la lucha en las calles" y muy poco mas. En estos momentos, KIRCHNERISMO E IZQUIERDA se necesitan mutuamente para crear zozobra social, algo en lo que son especialistas a la hora de generar conflictos. Pero ya quedó demostrado que la "izquierda Peronista" en su version K tuvo 4 PERIODOS DE GOBIERNO (1 de nestor, y 3 de Cristina Fernandez,compartido el ultimo con SU elegido Alberto Fernandez) y el FRACASO FUE ESTRUENDOSO, tanto que la sociedad "echó mano" a lo primero que se le presentó como DIFERENTE, como lo es el "fenómeno" Milei. La izquierda ha generado muchísimo daño a la EVOLUCION CULTURAL Y EDUCACIONAL DE LA ARGENTINA. Con habilidad asume como "propias" las "luchas" de minorías disfrazadas de "humanismo basado en derechos", como lo han sido las cuestiones de género, diversidad sexual, aborto y lenguaje inclusivo sumada las expresiones del uso de la violencia en sus manifestaciones callejeral para luego tildar de fascistas a los que les ponen limites a sus desbordes antisociales. Hubo una época en que el "lider" Jorge Altamira, anduvo por los canales de televisión "mendigando votos" para no desaparecer como partido politico tal como ocurrió en 2011, cuando ¡Jorge Rial! "inventó2 una cruzada para conseguirle votos al Frente de izquierda. https://www.lanacion.com.ar/politica/altamira-nid1396056/ Esperemos que no pase mucho tiempo para que estos personajes como Bregman y Del Caño, tengan que buscar otro "hobby" porque la sociedad deja de darles ENTIDAD como partido polìtico. Paradojicamente, claman por la democracia pero está ceñidos a una metodologìa FASCISTA, que incluye hasta la justificaciòn de la violencia.
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