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“Si se escapa la inflación se acaba el Gobierno”

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ENTREVISTA A ALBERTO SAMID
ENTREVISTA A ALBERTO SAMID

    Luego de levantarse la restricción de la exportación de carne, consultamos a Alberto Samid, que es un hombre que en el mercado de la carne ocupa varios segmentos, desde la producción hasta exportación, pasando por la faena, además de dedicarse a la producción de soja. Lo que se dice un verdadero conocedor de temas agropecuarios.
    Estos son algunos de sus conceptos sobre la situación del campo.

    Periodista: ¿Como ve la situación del campo en general más allá del mercado de la carne?

    Alberto Samid:
El campo está muy bien, le va muy bien, en general al país le va muy bien. Mientras nos iba mal nadie decía nada, y ahora que tenemos casi 50.000 millones de dólares de reservas en el Banco Central, todos se creen que han sido los artífices de esto.
    El dinero es muy bueno, porque soluciona muchas cosas, pero también hace mucho daño, y eso es lo que nos pasa hoy a los argentinos. Llegamos a tener 50.000 millones de dólares, que jamás los tuvimos y todos los sectores empiezan a pedir más. Es como en algunas familias, que está todo bien y cuando muere el padre y comienza la sucesión empiezan los problemas. Este problema del campo es porque nos va bien.
    Si nos iría mal nadie diría nada (sic) … mire, mientras teníamos Lecop, Patacones, y todas esas cosas nadie decía nada, trabajábamos y nadie decía nada; ahora apareció la plata y nos volvimos locos.

 

    ¿Qué opina del resultado de la negociación por las exportaciones de carne?

    En cuanto a la negociación de la carne, es una negociación más, el campo tiene que negociar la carne, el trigo, el girasol, la leche, el valor de las retenciones, adónde va a parar ese dinero… y bueno, hay que arreglar parte por parte, se arregló el tema de la carne, ahora habrá que arreglar el tema de la leche, después el trigo, y así sucesivamente.
    En las negociaciones, cuando son muchas cosas, en algunas se gana en otras se pierde y en otras se empata. Con la carne salió beneficiado el campo porque antes se podían exportar 400.000 toneladas de carne y ahora se pueden exportar 500.000; en esta yo diría 1 a 0 para el campo.
    Yo, personalmente, pienso que la medida de cerrar las exportaciones está muy bien; si falta carne en el país hay que cerrar las exportaciones, primero estamos nosotros, después los demás.

    Sí, pero en épocas cuando necesitaba recaudar plata para pagar lo que se debía el mismo Estado prefería exportar, es lógico que el propio Estado regule eso, ¿pero no cree que lo debería hacer de una manera más prolija y ordenada?

    Hay algo que hay que dejar bien en claro, y que la gente cree que es muy importante y no lo es. Las exportaciones de carnes, para los argentinos no significan absolutamente nada. En el último año la Argentina exportó casi 60.000 millones de dólares, y de ese volumen en carne corresponde solo a 1.300 millones; supongamos que exportemos mucho más, y podríamos llegar como máximo a 2.500 millones, contra 60.000 millones no significa nada.
    Sacarle la carne a los argentinos por 1.000 millones de dólares, cuando el total es de 60.000 millones no vale la pena. Nosotros no somos Uruguay, porque para ellos el porcentaje de exportación de carne es el 40%, y para nosotros solo el 1,5.
    Durante 100 años, el principal comprador de los productores argentinos era el mismo pueblo argentino, por que no podíamos exportar porque la carne argentina tenía aftosa, y ahora, como se paga en euros, la quieren mandar a Europa porque vale cinco veces más… eso está muy mal, incluso comercialmente está muy mal.

    Pero más allá de eso que usted plantea, hay otro problema, y es que hubo una gran cantidad de frigoríficos que se equiparon para exportar y de pronto, sin previo aviso, se quedaron sin exportaciones, y mucha gente que quedó sin trabajo, y ahí tuvo que intervenir el Estado y pagarle el sueldo. Le repito, no es prolijo.

    Mire, nadie se quedó sin trabajo, porque si no podían vender en el exterior podían vender acá, o sea que eso es muy relativo.

    Sí, pude ser, pero ¿no le parece que hay una falta de previsibilidad enorme, y que las medidas se van tomando de manera improvisada? Le doy otro ejemplo, el de la suba a las retenciones a la soja; dejemos de lado si está bien o está mal la cifra, eso es otra discusión, lo que digo es que es improvisado realizar el aumento cuando faltan diez días para levantar la cosecha.

    Vayamos por partes, usted habla de previsibilidad, y la falta de previsibilidad no es culpa de este gobierno, ya que hace treinta años que tenemos la misma cantidad de vacas, la falta de previsibilidad es de la sociedad rural argentina que nunca incentivó la producción de ganado.
    Se preocuparon en mejorar en genética y en calidad del ganado, pero nunca escuché a nadie decir que había que trabajar para aumentar el stock ganadero.
    Ahora, en lo que usted se refiere de subir las retenciones a días de levantar la cosecha, tiene razón, eso estuvo muy mal por parte del gobierno. Cuando sembramos la soja había unas reglas de juego, entonces no nos la pueden cambiar, en ese sentido procedieron muy mal. Incluso en el aumento estuvieron mal; con el 35% estaba bien, llevarlo al 44% es una barbaridad.

    Pero de todas maneas, volviendo al tema del aumento del precio de la carne, que en parte es como dice usted, que tenemos la misma cantidad de ganado que hace treinta años, también se debe a que muchos productores se volcaron a la soja porque rinde más, a partir de ahí empezó a haber menos vacas y a partir de ahí empezó a aumentar el precio de la carne, ¿no es así?

    Y, hoy la ganadería no puede competir con agricultura, si usted tiene un campo de 100 hectáreas, sembrando soja, ese campo en seis meses le rinde 100.000 pesos, con las retenciones al 35% y siempre y cuando lo ayude el clima. Con la ganadería es imposible que ese campo le rinda esa cantidad.

    En el marco de la negociación por la exportación de carne, uno de los puntos es que los productores se comprometen a mantener un precio determinado a una serie de cortes denominados populares, ¿cómo se hace para mantener esos precios?

    La pregunta sería más de fondo, usted me debería preguntar si el gobierno debería intervenir en las comercializaciones, y yo le respondo que sí, ¿sabe por qué? porque si no fuese por la intervención del gobierno, ciertos grupos dominantes harían lo que quieren.
    Tal es así que hoy se está pagando ocho pesos más el kilo de carne por culpa de un sector, el sector del cuero. Los cueros que en el exterior valen doscientos cincuenta pesos y hoy acá los están pagando a cien pesos, ¿Cómo hicieron? hace dos años y medio fueron a verlo al gobierno y le pidieron que el cuero salado no pueda salir del país, entonces propusieron trabajarlo acá y que salga con valor agregado; en eso estamos todos de acuerdo, pero en lo que no estamos de acuerdo es en que una vez que lograron eso pongan un precio de cien pesos cuando internacionalmente vale doscientos cincuenta. En estos casos el gobierno debe intervenir.

    Sí, claro, en muchos casos como esos tiene que intervenir el Estado, y precisamente de eso se trata, hay que tomar una determinación, y la determinación que debe tomar el Estado es la de decidir si se exporta o no se exporta.

    Esto es muy fácil, ahora que existe el euro y estamos casi 5 a 1, lo que hay que hacer, en primer lugar, es determinar cuánto necesitamos nosotros para el consumo interno, y el resto venderlo. No podemos dejar la economía abierta porque de esa manera es lógico que con una diferencia tan grande todo se va a exportar. La clave está en producir más, ya sea en carnes, en cereales, en lo que sea y cuanto más sobre, más se va a exportar.

    En eso estamos de acuerdo, pero como le dije antes, esa decisión la debe tomar el gobierno, y al gobierno le conviene exportar porque entran muchas más divisas, y precisamente ese es el principal problema que hoy afronta, ya que este año hay que pagar intereses de la deuda y parte del capital.

    Por eso le estoy diciendo que la solución es producir más.

    ¿Y por qué no se hace?

    Hay que tomar una decisión, es eso, fíjese que más de la mitad del país no se toca, no produce nada, hay miles y miles de hectáreas donde nadie hace nada.

    Y hablando de negociar, ¿Qué le parece la manera que tiene de negociar Guillermo Moreno?

    Extraordinaria.

    ¿Usted alguna vez negoció algo con él?

    No, pero conozco a mi país, y conozco a un ministro de economía que dijo: “A los empresarios les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”.
    El asunto es así, usted habla con un sector equis de empresarios, el que se le ocurra, y tal vez el 10% entiende, pero el 90% restante seguramente no, entonces a esos empresarios si no los trata como lo hace Moreno, no hay manera de que entiendan.
    Si no estuviese Moreno controlando, hoy la inflación sería insostenible.

    ¿Usted cree que con el control de precios se puede controlar la inflación? desde que yo recuerdo lo único que se logró cada vez que se trató de controlar los precios fue, históricamente, desabastecimiento, especulación, mercado negro.

    Eso era antes, ahora hay control de precios y no hay ningún tipo de desabastecimiento, salvo el que se produjo con el corte de rutas por la protesta del campo.
    En realidad el control de precios no es bueno, pero peor es dejar todo libre, dejarlo a la voluntad de los grupos formadores de precios. Creo que sería peor no tener a Moreno que tenerlo, y eso el gobierno lo sabe.

    Pero más allá de la parte… técnica, por así decirlo, ¿usted cree que es correcto sentarse a negociar con alguien y poner un revólver arriba del escritorio?

    Tiene razón, pero como le dije antes, hay un sector que entiende, el 10%, pero al otro 90% si no los para así ¿cómo los para? la gente común no está en contra de Moreno, los que están en contra son los empresarios.

    Yo le pregunto a usted, personalmente, que tiene un carácter bastante temperamental, supongamos que va a negociar algo con alguien y antes de sentarse le pone un revólver arriba de la mesa, ¿Qué hace?

    Estamos hablando de otra cosa, acá estamos hablando de un gobierno que está luchando a capa y espada para que la inflación no se escape. Si se escapa la inflación se acaba el gobierno y se acaba todo, créame que es así.

    Pero el problema de la inflación no se soluciona así, se soluciona de una manera más fácil, tiene que haber más oferta que demanda.

    Y que los empresarios produzcan más entonces, mire que fácil que es…

    Precisamente, es que los empresarios no producen más por las medidas que toma Moreno. Además, hay otro problema, fíjese que contradicción: a los empresarios se les pide que produzcan más, pero se los castiga con el consumo de energía, ya sea eléctrica o de gas, Cuando el gobierno en casi cinco años de mandato no hizo absolutamente nada para solucionar la crisis energética.

    Pero el país creció una barbaridad, hace cinco años había solamente 350.000 camiones trabajando, hoy hay más de 1.000.000 de camiones en la calle, eso significa que el país creció enormemente, y un país que crece de esa manera no está preparado para absorber tanto crecimiento.

    ¿Qué cosas le parecen buenas del Gobierno de Kirchner y que le parecen malas?

    Creo que tiene un 50% de cosas buenas y un 50% de cosas criticables. Criticables lo que sabemos todos, como el caso Skanska y todos esos temas, lo que se está haciendo con el INDEC.
    Y entre las cosas buenas hay que resaltar que salimos del infierno, no se olvide que cuando subió este gobierno había Patacones, Lecop, cada provincia tenía una moneda distinta, no había trabajo..

    ¿Y usted cree que el mérito es del gobierno de Kirchner?

    No, del gobierno y de todos los que pusimos el pecho y trabajamos.

    ¿Usted cree que no es mérito de la  devaluación?

    Sí, y del gobierno también; mire, (Néstor) Kirchner trabajaba 18 horas por día, y (Fernando) de La Rúa  dormía 18 horas por día… algún mérito tiene que tener, ¿sino el mérito de quién es?

    Insisto, creo que el mérito es de la devaluación, que la hizo (Eduardo) Duhalde, y muy mal por cierto, no se olvide lo que nos costó a todos.

    Duhalde puso el rumbo a la proa, y Kirchner vio que el rumbo era bueno y lo profundizó, Duhalde se dio cuenta de que el 1 a 1 no iba más, y este hombre, Kirchner, advirtió que estaba bien y lo profundizó, esa es la verdad.

Pablo Dócimo

 

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