El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, viene haciendo mérito para convertirse en el principal opositor al gobierno de Javier Milei. Siempre pendiente de los acontecimientos diarios, busca forjar una fuerza mayoritaria que lo catapulte directamente a la Presidencia de la Nación.
Es una afirmación tal vez algo precoz. Aún falta atravesar la elección de medio término, pero el mandatario bonaerense ya tiene la vista puesta en las presidenciales del 2027 con puntual énfasis en un armado político “Anti-Milei”.
Así lo expresó el mismo Kicillof en un encuentro que contó con la participación de unos 35 intendentes bonaerenses (y la adhesión de otros tantos que no pudieron estar presentes) el pasado martes en Villa Gesell.
Es algo en lo que el ex ministro de Economía kirchnerista viene viendo con agrado hace ya varios años, pero las elecciones fueron pasando y él siempre terminó conformándose con el espacio entregado por su mentora política, Cristina Kirchner.
Esa es de hecho una parte fundamental del desencuentro entre el gobernador y la ex presidenta, que se encuentran distanciados y con una relación que en algún momento volverá a sus cauces.
La diferencia es que ahora es Kicillof quien elige cuándo y cómo hablar con la ex mandataria. Está ofendido por una serie de decisiones en las que no fue incluido y se siente despechado y apartado.
Dicho sea de paso, su nombre había sonado con fuerza para pelear la presidencia, tanto en el 2019 como en el 2023, sin embargo la jefa del armado no le concedió el lugar, ni a él ni a Máximo Kirchner, este también distanciado de su madre, aunque con un poco más de inteligencia estratégica a la hora de hablar de enfrentamientos e internas políticas.
Eso motoriza a Kicillof a ser el nuevo líder opositor, sobre todo en un momento donde se ve desdibujado el rol de CFK que, a pesar de ser la presidenta del Partido Justicialista, se limita excesivamente a aparecer y hablar en público.
Aún será difícil analizar los posibles escenarios electorales de cara al 2027 cuando ni siquiera se sabe cómo quedará conformado el congreso los próximos dos años, pero tiene en cuenta que ante un eventual intento de reelección de Milei, tiene una posibilidad de ganarle.
Es normal que la figura de un presidente se vea deteriorada por los cuatro años de su presidencia y ese será un puntapié inicial para Kicillof de cara a la campaña electoral.
Sin embargo, esa misión ya se dio por iniciada. A principios de este primer mes del año, se lanzó el slogan “el futuro es con Axel”, un camino que va a ir construyendo y nutriendo en los próximo años y buscando la mayor cantidad de adhesiones.
Ese es finalmente su fin, su meta. Tras dos mandatos consecutivos al frente de la provincia con mayor población del país, está seguro de que la Casa Rosada está al alcance de su mano.
Nada está dicho aún, no se sabe realmente qué pasará en la previa a las próximas elecciones presidenciales. Pero si hay algo de lo que se puede estar seguro, es que Kicillof por estas horas está planeando su llegada al Sillón de Rivadavia.