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CHAMANISMO Y CURANDERISMO

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EL ARTE DE CURRAR CON LA SALUD
EL ARTE DE CURRAR CON LA SALUD

     Todo este tema no es más que un resabio del viejo animismo y del chamanismo practicado en las culturas primitivas cuando la ignorancia era el común denominador de la sociedad mundial.
     ¿Qué otra explicación se podía dar de la enfermedad cuando no existía la montaña de conocimientos médicos de la actualidad, ni el microscopio para conocer las bacterias, protozoarios,  hongos patógenos y los virus?
     ¿Quién se iba a imaginar en otros tiempos que la fiebre palúdica es producida por un protozoario transmitido por un insecto como el mosquito?
     La adquisición de esta enfermedad era atribuida al aire malo de los pantanos. De ahí su otra denominación: malaria, un italianismo que significa “aire malo”.
     Fue el médico francés Laveran quien en 1880 descubrió el parásito causante de la dolencia en la sangre de un enfermo, luego de haberse  hablado durante siglos de ciertos espíritus maléficos que penetran en el cuerpo para enfermarlo.
     Hoy se sabe que el parásito transmitido por el mosquito anofeles penetra en los glóbulos rojos sanguíneos, se multiplica allí, y los hematíes “estallan”. Entonces los nuevos protozoarios liberados infectan a otros hematíes.
     Este mecanismo complejo, otrora era sintetizado en la frase: “espíritu maléfico productor de la fiebre de los pantanos”, y se ha intentado cortar la fiebre con mil recursos chamnísticos.
     Según Adamson Hoebel, profesor de antropología de la Universidad de Minnesota EE.UU.: “el chamán es el tipo especialista religioso más primitivo. El centro de desarrollo más intenso del chamanismo en el mundo primitivo ha sido la Siberia aborigen. La misma palabra chamán procede de una lengua nativa siberiana. Sinónimos de igual significación de chamán son: médico brujo, (aplicado generalmente a los indios americanos), doctor brujo, (aplicado generalmente a los chamanes negroides de África y Melanesia), y angakok entre los esquimales”. (Véase: A. Adamson Hoebel: El hombre en el mundo primitivo, Barcelona, Editorial Omega, pág. 589).
     Generalmente la personalidad de un chamán corresponde  a un tipo excitable e histérico. Un estudioso de los chamanes siberianos llegó incluso a pensar que un buen porcentaje de ellos eran “medio locos”. Esto es quizás lo que hoy la moderna psiquiatría calificaría como  personalidad esquizoide.
     Pero aún siendo enfermos mentales, “servían para algo” y así marcharon las sociedades primitivas, a los tumbos llenas de calamidades, pero lograron sobrevivir y aquí estamos, sus descendientes.
     Es bien cierto que la supervivencia del Homo sapiens sobre el planeta ha sido en parte favorecida por la reacción del paciente ante el curandero de todos los tiempos. Existe sin duda cierto mecanismo natural que infunde optimismo al enfermo y en algunos casos influye en su curación. Hay cierto nexo entre curandero y enfermo que seguramente data de la más remota antigüedad. Se halla en nuestras raíces, como algo programado naturalmente  por “razones” de supervivencia, como fenómeno aparecido sobre la marcha de la evolución por mutación genética y conservación de la especie por su utilidad. No por cierto como alguna clase de cierto   flujo magnético, misterioso, espiritual, que sale del chamán y penetra en el enfermo para equilibrar sus desarreglos (como dicen algunos), sino  algo que puede explicar muy bien la etología (ciencia del comportamiento animal y humano). Se trata  del desencadenamiento que desata la visión de formas y movimientos. El macho humano se excita sexualmente  con la vista de las formas y movimientos de la hembra humana; el perro por el olor que despide la hembra  en celo; el ave hembra por el colorido y el cortejo del macho. Así también el enfermo  decaído  recobra el ánimo al comprobar que alguien se ocupa de él, que realiza esfuerzos por devolverle la salud, que danza gesticula y lanza exclamaciones para que se cure, y la curación puede sobrevenir ciertamente en algunos casos especiales.
     Pero aquí surge el interrogante negativo, ¿qué promedio de vida existía en las tribus del pasado lejano? ¡30, 25 años! Pocos eran los que se salvaban de las afecciones, y no muy eficaces por cierto eran las prácticas supersticiosas de curaciones entonces. Vemos que hoy la medicina ha alargado notablemente el promedio de vida en los países  desarrollados, a 65 75 ó más años. Comparemos entonces. Esto va contra aquellos antropólogos modernos y algunos historiadores de la ciencia como el pensador Feyerabend,  que pretenden colocar en un mismo nivel de valor el mito, las religiones, la superstición y ¡la ciencia!
     Mientras que el mito, las religiones y las supersticiones están donde estaban antes, la ciencia se halla a años luz de distancia, y su alejamiento de aquellos símbolos del atraso es cada vez mayor.
     Tenemos el caso del antropólogo Philip K, Bock, profesor de la Universidad de Nuevo México, EE. UU., quien en su libro Introducción a la moderna antropología cultural (Madrid, Fondo de Cultura Económica, págs. 367 y 368) dice:
     “A la pregunta ¿por qué se usa cierta técnica en vez de otra? Se puede contestar  generalmente haciendo referencia  al sistema de creencias de la sociedad en cuestión. Por ejemplo a la mayoría de los médicos norteamericanos se les ha enseñado la teoría de las enfermedades por gérmenes, ya que creen que ciertas categorías de enfermedades infecciosas son causadas por bacterias a las que se puede destruir  mediante la penicilina que  es una eficaz medicina antibacteriana”.
     Nos preguntamos: ¿Creencia? ¿Qué clase de creencia? ¿Acaso no se ha comprobado una y mil veces la eficacia de la penicilina y sus derivados? ¿Acaso no son destruidas las bacterias en su contacto? ¿Acaso Fleming ha estado equivocado o dominado por una simple creencia o teoría no demostrable? ¿Acaso no se han dominado con la penicilina y otros antibióticos derivados de ésta, otrora terribles flagelos del pasado  como la tuberculosis y la sífilis? ¿Acaso la presencia de determinada bacteria no provoca la enfermedad específica y su ausencia no garantiza la salud?
     Ahora vemos que no sólo los legos continúan atados al pasado, al tiempo del analfabetismo. También lo están algunos hombres de ciencia y esto lejos de significar una loa para la causa de la ciencia, por el contrario, la desacredita.
     Conclusión: el chamanismo puede ser  eficiente en ciertos casos pero peligrosismo en otros cuando en nuestros tiempos el paciente con una dolencia grave que requiere urgente tratamiento médico, pierde lamentablemente el tiempo en manos de los charlatanes.

 

Ladislao Vadas

 

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  1. Quiero aclararle al Sr Vadas (firmante de este artículo) que hay varias inexactitudes en su nota. Consta en las propias Memorias de Indias que la expectativa de vida de los indígenas de América era SUPERIOR a la de los europeos, frente a la llegada de los españoles a nuestro continente. En segundo lugar, gracias al conocimiento indigenista se pudieron descubrir importantes drogas que pasaron a formar parte de la Farmacopea Oficial de los principales países desarrollados (Quina para la malaria, tubocurarina para las pre-anestesias, Ipecacuana para el aparato respiratorio, etc, etc). El propio Cortés pidió a la corona española que "no manden más médicos, que con los que habitan aquí nos alcanza y sobra" (un chamán le había curado la sífilis con zarzaparrilla y zarzamora. Hasta 1914, la zarzaparrilla fue el ÚNICO remedio reconocido para la sífilis en la Farmacopea Norteamericana). Gracias a una campesina inglesa, se pudo descubrir la utilidad del Digital, para las insuficiencias cardíacas. Puedo darle infinidad de ejemplos. Lógicamente la ciencia ha evolucionado y nadie va en desmedro de los avances científicos. Pero nadie puede negar que la llegada del agua potable y las mayores condiciones de higiene, han provocado un mayor aumento de la expectativa de vida. Ya los Aztecas y los Árabes tenían sistemas de potabilización de agua, que desconocían los propios europeos. Muchos de los avances científicos han repercutido en una mayor expectativa de vida de la gente. Pero la mayor parte de esos avances se han dado en el plano del DIAGNÓSTICO temprano, avances de la cirugía, y mayor conocimiento de los factores agresores del organismo. Muy poco está referido a los medicamentos. A tal punto es cierto esto que en uno de los números del Journal of Pharmacology del año 2002, se considera a los MEDICAMENTOS DE SÍNTESIS como la

  2. Quiero aclararle al Sr Vadas (firmante de este artículo) que hay varias inexactitudes en su nota. Consta en las propias Memorias de Indias que la expectativa de vida de los indígenas de América era SUPERIOR a la de los europeos, frente a la llegada de los españoles a nuestro continente. En segundo lugar, gracias al conocimiento indigenista se pudieron descubrir importantes drogas que pasaron a formar parte de la Farmacopea Oficial de los principales países desarrollados (Quina para la malaria, tubocurarina para las pre-anestesias, Ipecacuana para el aparato respiratorio, etc, etc). El propio Cortés pidió a la corona española que "no manden más médicos, que con los que habitan aquí nos alcanza y sobra" (un chamán le había curado la sífilis con zarzaparrilla y zarzamora. Hasta 1914, la zarzaparrilla fue el ÚNICO remedio reconocido para la sífilis en la Farmacopea Norteamericana). Gracias a una campesina inglesa, se pudo descubrir la utilidad del Digital, para las insuficiencias cardíacas. Puedo darle infinidad de ejemplos. Lógicamente la ciencia ha evolucionado y nadie va en desmedro de los avances científicos. Pero nadie puede negar que la llegada del agua potable y las mayores condiciones de higiene, han provocado un mayor aumento de la expectativa de vida. Ya los Aztecas y los Árabes tenían sistemas de potabilización de agua, que desconocían los propios europeos. Muchos de los avances científicos han repercutido en una mayor expectativa de vida de la gente. Pero la mayor parte de esos avances se han dado en el plano del DIAGNÓSTICO temprano, avances de la cirugía, y mayor conocimiento de los factores agresores del organismo. Muy poco está referido a los medicamentos. A tal punto es cierto esto que en uno de los números del Journal of Pharmacology del año 2002, se considera a los MEDICAMENTOS DE SÍNTESIS como la QUINTA CAUSA DE MUERTE (dicho por una revista prestigiosa de farmacología de síntesis). En resumen, sin ánimo de polemizar, y respetando sus conceptos, estimo que no hay verdades absolutas, y en temas de ciencia aún perduran muchas zonas grises. ¿Si hay o existieron chamanes chantas?. Seguro que los hubo y los hay. Ellos tenían gran predicamento en sus comunidades, y muchas veces hacían valer (para su pecunio) dicha "supremacía o dones sobrenaturales" en pos de lograr sus objetivos. Ahora, ¿del otro lado de la ciencia moderna (formo parte de ella) es todo cristalino y puro?. Ya fueron denunciados por dos directores científicos de prestigiosas revistas, que entre un 5-10% de las publicaciones científicas tienen DATOS FALSIFICADOS. Otras denuncias tienen que ver con la presión de las empresas farmacéuticas para que se les inscriban los productos en los organismos de contralor sanitario. Muchas veces NO se publican determinados efectos adversos de los medicamentos (aparecidos en los ensayos), y luego en la fase IV de contralor de la circulación del producto ya aprobado, muchas veces se tuvo que retirar el producto del mercado por la aparición de MUERTES (¿soy yo, como médico, responsable de ello frente al paciente, o debería serlo el Laboratorio o la Autoridad Sanitaria?. Les agradezco el espacio y les envío un cordial saludo Dr. Jorge Alonso

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