Un señor de "nacionalidad europea" acaba de adquirir un automóvil de una
marca y modelo que fue siempre su máxima aspiración.
Sale de la agencia por Av. Corrientes y se dirige desde Av. 9 de Julio hacia
Callao raudo en su coupé, enciende la radio de su coche y escucha al locutor,
advertir a los automovilistas, que tengan cuidado porque un “confundido”
conductor se dirige de contramano por Corrientes.
El señor de “nacionalidad europea”, dice entre dientes “Coño, ¿sólo un conductor
solo? ¡hay miles!”.
Sin que esto deba ser tomado como una referencia a ningún funcionario, siento
que lo que nos pasa o esta pasando, es totalmente inexplicable. Cuando nos dicen
que la inflación del último mes no llega a un dígito, se acusa a los productores
de campo de ser los responsables de esta “gran inflación”.
Cuando se nos explica con datos estadísticos ciertos del crecimiento que estamos
viviendo y gozando en algunos sectores, se toman medidas para frenar esta
bonanza, con las consecuencias que eran evidentemente conocidas y advertidas.
Sería lo mismo que si mi empresa, fábrica o de producción agropecuaria, me este
dando crecimiento y evolución, con el porcentaje adecuado de ganancias, me
refiero al anterior 35 % y de un plumazo quiero mandarlo al 45 o al 50%,
quedando de esta manera fuera del mercado y poniendo en riesgo su continuidad y
la de todos los involucrados en la misma, me refiero a la empresa
El Estado es una empresa más, con otro tipo de organización y de objetivos
políticos y es evidente que también, debe coordinar sus gastos, para no fundirse
y no tiene en esta economía de mercado, otras opciones que manejarse dentro de
este sistema globalizado.
Ahora bien, con las últimas declaraciones y las medidas
de enviar al Congreso por la aprobación o rechazo de las retenciones tal cual se
han decretado no
dando lugar a un debate, donde se conocieran en profundidad las razones de las
retenciones y en su justa medida, que contemple las posibilidades de
rentabilidad, riesgo de producción, sabemos que todo no es lineal con los
productos agropecuarios que dependen del sistema climático y estas discusiones a
“la vista” del pueblo, daría legitimidad y transparencia a la decisión tomada,
que debería ser aceptada por los involucrados y la población.
Sería lo mismo, que el Sr. de “nacionalidad europea”, dijera “cambien la mano de
la Avda. Corrientes, que me están llevando por delante, o dejen de circular”.
Asimismo, cuando se habla de que los dirigentes del campo, extorsionan al
Gobierno con sus acciones de paro y corte de rutas, me pregunto ¿acaso no es una
poner contra la espada y la pared, poner la aprobación de las retenciones entre
el “construir hospitales, darle mayor presupuesto a la educación y planes
sociales, si se aumentan las retenciones móviles o dejando este o a la
imaginación del público, que en este caso no es un mero espectador, sino quien
sufre la falta de soluciones a estas necesidades.
Si pudiésemos, recrear el Instituto Argentino de Promoción de Importaciones
y les fijáramos a los productores un precio de compra de sus productos, que los
dejara a salvo de zozobras y con ganancias reales y razonables, que los
siguieran incentivando a producir, ya que es uno de los pocos sectores que esta
dándole al país las divisas que este necesita.
Si pudiésemos por ejemplo manejar nuestra propia emisión de dinero, como lo hace
Norteamérica quizás, tendríamos otras opciones, pero recordemos los tiempos del
Patacón o de otras monedas complementarias, cómo nos las hicieron eliminar.
Si pudiésemos hacer que los Diputados y Senadores trabajaran en lo que deben y
se hicieran sentir como necesarios y no como lo que pensamos de muchos de ellos,
que ni siquiera van a ocupar su banca.
Si pudiésemos distribuir la riqueza, dejando de lado la frase “pobres hubo siempre”.
Si pudiésemos mejorar la educación, la salud, la seguridad. Entonces no
sería necesario que el Sr. Luis D´Elia, nos convocara a tomar las armas para
defender al Gobierno.
Tal vez en ese caso, no necesitaría que alguien me explicara lo inexplicable.
Walter Gazza