De manera brutal, la realidad siempre cruel le estalló al kirchnerismo como una bombita de mal olor en la cara. En una jornada calurosa y plagada de rumores de renuncias, contramarchas y posturas encontradas, en la tarde del jueves 12 de febrero se percibió a las claras como los buitres del FMI se cansaron de las joditas para la tribuna. Ya no quedan ni rastros de aquella bravata de Primate Bush, cuando sentenció al paso de la pareja presidencial eso del "presidente vencedor del Fondo", y su sólo recuerdo suscita sonrisas crueles.
Pues en un santiamén, se acabaron las jornadas felices en la que el Dr.K hacía gala de su histrionismo ante públicos y privados de España y EEUU, pensando quizá que su peculiar encanto patagónico y sus corderos asados le abrirían las difíciles puertas del Primer Mundo. Ahora, las mismas se le cerraron en la cara y para colmo, pusieron al Cancerbero para cobrar peaje. Los poderosos de este mundo, nucleados en el sugestivamente denominado Grupo de los 7, harán ingresar al país por el ojo de una aguja si se hace el desentendido cuando suene el gong del pago de vencimientos de la deuda de 3100 millones de dólares.
Cambio de tornas
A principio, K embistió como toro bravo contra los ganadores de la pizza y el champán de los 90. Pero luego, según Alejandra Gallo de Clarín, el ministro Lavagna les deslizó que el gobierno necesitaría de su apoyo para capear el temporal de demandas provenientes de los acreedores externos. Claro, con la amenaza en el horizonte de un segundo y catastrófico posible default no hay que hacerse el guapo. Por eso, resulta muy interesante la óptica de la corporación mediática nacional que excelentemente resume el sitio amigo Diario sobre Diarios: "Thomas Dawson habló y sus declaraciones fueron interpretadas en los diarios de formas muy disímiles. La Nación y Clarín prenden luz de alarma: el vocero del FMI advirtió que la Argentina “debe pagar” el vencimiento de u$s 3.000 millones para acceder a nuevos desembolsos, ya que las obligaciones de pago son “independientes del ritmo del acuerdo”. Pero Dawson también expresó que el país dio “un paso adelante” al designar el sindicato de bancos. Y ése fue el dato que decidieron destacar Ambito, El Cronista, Infobae y Página/12. Estos diarios ponderaron además que según James Wolfensohn, titular del Banco Mundial, las metas con el FMI se aprobarán “dentro de las dos próximas semanas”. También Urgente 24 hizo su aporte para definir tan compleja madeja de acontecimientos: "El jueves 12 de febrero de 2004 quedará en la historia de la Administración Kirchner al menos por 4 motivos: El FMI, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro expresaron su satisfacción por la elección de los bancos que ayudarán a reorganizar la deuda pública externa (comenzando por Merrill Lynch, al que hasta ahora despreciaba el Palacio de Hacienda). La Casa Rosada aceptó negociar con los 'piqueteros duros' con tal que levantaran, o minimizaran, su protesta contra empresas y bancos estadounidenses en repudio a las presiones por el tema de la deuda se destrabó la negociación con Aguas Argentinas, un concesionario de capital franco-belga-español con el que había colisionado durante meses el Ejecutivo Nacional; y Néstor Kirchner y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, se reencontraron para disipar versiones acerca de su relación distante, en días decisivos para el Gobierno argentino.¿Cómo le explicará Kirchner la irrupción de la moderación en sus gestos y discursos? Es un trabajo de la 'nube' de consultores del Presidente, y sólo cabe desearle éxito en su tarea. Sin embargo, hasta ahora, el trabajo de los consultores no fue consistente, y festejaron las frases altisonantes, la ampulosidad inútil y la escasez de decisiones trascendentes que caracterizó a la Administración Kirchner desde el 25 de mayo de 2004. Por lo tanto, hay que recuperar cierto optimismo, pero no demasiado. Al fin de cuentas, la Administración Kirchner ha demostrado que sólo responde satisfactoriamente ante la presión 'dura'. De lo contrario, no tendría que haber permitido que la cuestión de la deuda en default se judicializara; y menos que continuara sin resolverse. Por lo tanto, para el mercado político-financiero internacional, es importante lo que hizo en las últimas horas Kirchner pero no corresponde entusiasmarse en exceso y tampoco hay que dejar de 'echarle el ojo'".
Lo que vendrá
Es una verdad de perogullo aventurar que las semanas sucesivas van a ser decisivas, y seguramente definirán el rumbo futuro de la administración K en los años venideros. Lo interesante es vislumbrar que recurso utilizará el patagónico para reemplazar el fracasado estilo que lo caracterizó hasta ahora. Pues si se hacen los deberes pretendidos por el FMI, descuidándose el frente interno, el final de la película va a ser siempre el mismo: de terror. Entonces, los jóvenes K tendrán que introducirse los lindos slogan y cartelitos populistas en ese lugar allende el sol. Porque si el viraje va hacia más de lo mismo, está todo dicho. El fracaso argentino en estos 20 años de democracia, residió en endiosar al crédito externo y a la fuga de capitales, como la panacea de las doctrinas económicas en desmedro del desarrollo del mercado interno. En una nación que no producía ni una ballenita, pretender que el dólar se igualara uno a uno con el peso sólo fue el delirio de una manga de alucinados. Sin producción, trabajo genuino y reactivación total, no hay futuro posible para nadie porque es sabido que ninguna nación periférica creció con planes de ajuste permanente y nivelando siempre para abajo.
Fernando Paolella