Nueva entrega de la investigación periodística sobre las medidas y las acciones que se toman en el Banco Ciudad a espaldas de sus clientes y de los trabajadores de la institución. Seguimos investigando; si sos cliente, esto puede interesarte a efectos de cuidar mejor tu patrimonio; si sos empleado, enteráte y defendé tus derechos; si sos funcionario, deberías dar una explicación.
Aunque parezca un dato anecdótico, vale recordar el génesis del hoy Banco Ciudad, el cual allá por el año 1878, se denominó Monte de Piedad. Su fundación obedecía a la necesidad de poner límites a la usura mediante préstamos de dinero por distintos objetos, a una tasa inferior a la de plaza, para compensar las diferencias sociales. Con el paso de los años su estructura fue tomando mayores dimensiones, construyéndose sucursales en la provincia de Buenos Aires, pasando a denominarse definitivamente como Banco de la Ciudad de Buenos Aires.
Lo relevante es que siempre fue finalidad del banco actuar como casa de empeño, ofrecer servicios financieros universales, baratos y de calidad a trabajadores, profesionales, jubilados y pequeños empresarios, rescatando su rol social.
Es decir, desde 1878 hasta el 2009, el banco supo sortear con éxito crisis económicas, políticas y sociales, incluso no ser manipulado por intereses personales de funcionarios y esto lo hizo ser elegido por muchos ciudadanos como un banco confiable.
Sus empleados siempre sintieron en el banco un respaldo, y para quienes lo recuerdan en los años 70 y 80 tenía una marcada participación social y educativa: se fomentaba la cultura y se organizaban fuertes torneos de ajedrez, algo que en la actualidad ha ido perdiendo vigencia.
Los finales de los 90 y los últimos gobiernos mostraron un interés superior por los negocios y los negociados antes que mantener al banco a disposición de los ciudadanos y a su servicio.
La gestión actual de gobierno encabezada por el ingeniero Mauricio Macri, llegó con el Dr. Federico Adolfo Sturzenegger para en teoría devolverle a los ciudadanos la confianza en el banco y rescatar ese concepto originario de servicios. Ya nos hemos referido a las promesas del presidente del Banco Ciudad y a su gusto por los monólogos mediáticos.
Cuando este medio comenzó a recibir denuncias de empleados del banco referentes a maltrato laboral, persecuciones, mobbing y excesos verbales, intentamos obtener alguna declaración de parte de las autoridades del banco, por lo que se cursaron varias notas al presidente de la institución y al gobierno de la ciudad, sin respuesta por parte de las autoridades del banco.
Este inexplicable "ninguneo" motivó que solicitáramos las declaraciones juradas del directorio en su conjunto y un formal pedido sobre las licitaciones en las áreas de informática, tecnología y construcciones. Del análisis primario de las licitaciones informadas surgen serios interrogantes al respecto de ciertos gastos innecesarios y la tercerización de algunos servicios que no se justifican por los altos costos de estos, salvo que los beneficiados tengan alguna vinculación con autoridades del banco. Al respecto, este medio ha enviado a los legisladores de la ciudad en reiteradas oportunidades notas alertando sobre algunas designaciones y licitaciones que deberían ser investigadas, también se le ha presentado una nota al tenor al Síndico General del Gobierno de La Ciudad el Dr. Ignacio Rial, a la vicejefe de gobierno Gabriela Michetti, al Jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta, Néstor Grindetti, Iván Pavlovsky y al legislador Diego Santilli.
Todos han guardado un silencio cómplice, y en futuras entregas iremos informando sobre los resultados de la investigación de las declaraciones juradas presentadas y otros pedidos pendientes por las trabas burocráticas que se nos han impuesto al no ser un medio que ellos consideren “importante”.
Párrafo aparte merece el hecho de que Néstor Grindetti y Diego Santilli fueron directores del Banco Ciudad. Como también es para destacar que a la luz de los hechos la actividad de contralor que debiera ejercer la síndico la Dra. Alicia Graciela De Antonis, quien también supo ser asesora de Néstor Grindetti en su paso por el banco ciudad.
El 1º de abril del 2009, un grupo de trabajadores del banco, miembros de la “Agrupación Germán Abdala” afiliada a la CTA consiguieron detener el remate del predio recreativo que la entidad bancaria posee para sus empleados en Cosquín, provincia de Córdoba junto al río y a los pies del cerro Pan de Azúcar. El incidente fue publicado por el diario Página/12 y, si bien los trabajadores estuvieron varios minutos a la espera de adhesiones, desde la gremial interna del banco que posee una oficina al lado de donde se iba a desarrollar el remate no se acercó nadie.
Hoy, la venta del predio está pendiente, las autoridades del banco empeñadas en vender como sea, optaron por la venta directa del bien y como no obtuvieron ofertas en los sobres cerrados, allegados al directorio confirmaron a este medio que se analizaba una rebaja en el valor de base del orden del 5%; esto es un claro perjuicio al patrimonio del banco y de sus clientes, al parecer el directorio actúa como si fueran socios, accionistas o dueños del patrimonio y no como lo que son, simples administradores del mismo.
Pero los intereses personales parecen no limitarse a las licitaciones o a las maniobras de algunos funcionarios de dudosa capacidad para el puesto, ahora, un nuevo comunicado de los trabajadores del banco nos alerta sobre la tercerización del call center y otras áreas dependientes del controvertido gerente de Sistemas, José María Falcionique, quien casualmente fue directivo de dos empresas que obtuvieron algunas de las licitaciones más importantes. Además de recordar que este señor fue proveedor del banco antes de asumir —"por casualidad", según sus palabras— la gerencia.
Con todo este panorama hemos intentado al igual que con las autoridades del banco contactar a alguno de los delegados del banco, sin éxito, pero en la búsqueda también hemos encontrado conductas poco éticas en estos sindicalistas que dicen representar a los trabajadores y ser compañeros de quienes padecen la incertidumbre ante estas modificaciones y a diario ven cómo el banco se transforma en un lugar donde las designaciones se hacen a dedo, donde se gastan miles de pesos en supuestas alfombras persas, se gasta sin control aparente en el comedor de Presidencia según lo informado por el señor Claudio A. Ramos secretario del directorio.
Actualmente el Banco Ciudad cuenta con dos Gerentes Generales, o mejor dicho, paga el sueldo a dos gerentes generales, por un lado Rodolfo Ángel Corvi (el renunciante) y por el otro Emilio Juan Lanza (el actual) una situación atípica en un banco estatal, y que habría que preguntarles a los clientes y vecinos de la ciudad qué piensan acerca de pagar dos sueldos que superan los $ 20.000 cada uno.
En la Asociación Bancaria nos derivaron con el secretario gremial Irrera Carlos quien además es delegado del Banco Ciudad, pero su secretaria Bety siempre nos respondió que no se encuentra, que en breve se iba a comunicar con nosotros y que no nos pasaba el mail, ya que ni él ni ella lo revisan. Su teléfono por si alguien quiere probar suerte es el 4328-5011 interno 5391.
Ante esto, intentamos comunicarnos con el delegado general del banco el señor Maggio, otro gran ausente que ahora se encuentra según lo informado desde el banco con uso de licencia, pero lo más curioso de este representante de los trabajadores es que además de su actividad sindical, actúa como asesor del cuñado del presidente de la entidad.
En próximas entregas analizaremos algunos de los proveedores en detalle. Lo concreto es que el banco está en manos de autoridades de dudosa ética y honestidad, el silencio y el "ninguneo" demuestran que a veces es mejor no aclarar.
Los políticos, esos que deberían representarlos ya están informados, esperemos sepan hacer algo más que prometer y no cumplir.
Marcelo Hawrylciw