Es asombroso cómo Aníbal Ibarra aparece de pronto en escena hablando como si fuera una carmelita descalza, olvidando sus propios desaguisados, bastante recientes, por cierto. Lo ocurrido en República Cromagnon es sólo una de las cuestiones que lo salpican, hay mucho más. Negociados, coimas, nepotismo, etc.
Sin embargo, Ibarra habla como si nada, dando clases de ética y moral. Sería interesante que la Justicia indagara sobre las siguientes cuestiones, las cuales depararán inmensas sorpresas debido al accionar del ex jefe de Gobierno porteño:
-Ibarra asesora a un grupo de violentos, demandados en la causa "amenazas con armas o anónimas", radicada en el Juzgado Nº: 29, secretaria Nº: 152, Talcahuano 550, piso 5º, oficina 5125. Esto en un principio lo realiza por intermedio de Horacio Daniel Spandonari, Tº 34 Fº 710, miembro de sus equipos “técnicos”. Expediente Nº 36540/20. Justicia Nacional en lo Criminal y Correccional. Crim.D/Instrucción.
-Interviene directamente como abogado de la parte demandada en la sospechosa causa “querella por circunvención de incapaz”, radicada en el Juzgado de Instrucción Nº 40, causa Nº 52317; Dra Ines Catisari, Secretario Mariano Iturralde. Fiscalia Criminal de Instrucción Nº 4, Dra Cristina L Caamaño Iglesias Paiz. Juzgado de Instrucción Nº 40, Talcahuano 550, piso 8º, oficina 8002, secretaria Nº 134_ 43710479. Fiscalia Criminal de Instrucción Nº4, Paraguay 1536_ piso 5º.
-Mantiene relaciones “poco claras” con el geriátrico Edificio Manantial, ubicado en Nuñez 2578, 4701-4477. Hay que destacar que Ibarra es autor de la Ley 661, de geriátricos, la cual no es cumplida por Manantial.
-Apaña a oscuros personajes de su entorno, vinculados a diversos escándalos públicos y privados: su ex secretaria privada, Guadalupe Armada, su actual secretario privado, Federico Manuel Armada, y Andres Santiago Armada.
¿Pan y circo?