Siempre ha sido interesante el día de las elecciones: aparte de cumplir con una obligación que es uno de los sustentos de la democracia —por lo menos en mi pueblo—, es casi un día festivo y de mucha actividad, especialmente en los “comité”, “unidades básicas”, “comandos electorales” o simplemente los lugares donde se reúnen los jefes políticos para organizar sus actividades más un batallón de fieles que van a ver que pueden “obtener” y sacarse alguna fotografía con “el doctor”…

    Nunca supe de dónde salen tantas energías para movilizar gente, controlar escuelas, mesas y poner cara de preocupados, como si estuvieran realizando una operación a corazón abierto. Siempre hay uno que entra corriendo a los gritos diciendo “…en la escuela XXX están robando los votos…”, de inmediato se movilizan los fiscales generales y su comitiva, automóvil que sale raudo hacia el lugar y gente que comenta con enojo el hecho y sin ningún miramiento acusa a la oposición.

    En el fondo están los que preparan el “asadito para los dirigentes” ya que son soldados-mártires del partido, los que tienen la responsabilidad de todo. Lo gracioso es que hay como tres o cuatro ayudantes por cada asador y aquellos que no pudieron acomodarse en tan preciado trabajito, son los que ceban mate a la concurrencia, pero no a todos, sólo a los más ilustres.

    Dentro de las actividades más importantes en cada “bunker” está la de preparar las raciones para los fiscales de mesa y llevarlas. Eso sí, casi siempre sobran algunas y van a parar a ignorados comensales partidarios que “trabajaron por el partido”. Pero todo está calculado y todos sabemos quién es quién en estos días de fiesta cívica que “engrandecen la democracia”, como dice un político amigo, quien me ha confesado que él puede decir cientos de discursos que aplauden como locos siempre que cada cinco frases introduzca la palabra "democracia".
    Hablando de fiscales, estaría muy bien que estas elecciones del 28 de junio pasen a la inmortalidad mediante la fotografía y/o filmaciones de teléfonos. Hoy tenemos la oportunidad de registrar todo mediante las cámaras de los teléfonos celulares, hasta el interior del “cuarto oscuro”.
    ¡Está prohibido! pueden decir algunos que no quieren pasar a la posteridad en una placa digital, pero resulta que nuestra legislación no lo prohíbe. Si bien eran pocas las fotografías que antes se tomaban de los integrantes de una mesa electoral, más se debía al costo y al problema de andar con las cámaras de un lado para otro, hoy eso no ocurre, al celular se lo lleva hasta en el baño.
    ¿Qué tiene de interesante esta idea de fotografiar a los integrantes de la mesa? tiene importancia si en la misma se va a cometer fraude de cualquier naturaleza, especialmente el electrónico en la carga de datos. Parece raro que una foto lo impida, puede alguien opinar, y es verdad, pero se tiene la imagen de quienes constituyeron la mesa con sus autoridades para luego señalarlos por un eventual fraude (y que no puedan negar su participación).
    ¿Cómo funciona? simple, de cada mesa los fiscales llevan las actas firmadas por todos con los nombres y DNI de cada autoridad de mesa, pero se pueden “perder”, y si además tenemos sus fotografías entonces va a ser más simple ubicarlos y denunciarlos por fraude. Apareciendo sus caritas posando para la historia, sus datos personales y sus firmas en cada acta (obligatorio) nos cubrimos de posibles cambios de urnas, planillas y “errores” en el cargado de datos.
    La foto impide que estos nieguen su participación y, de comprobarse que era otra persona con documentación fraguada, la mesa puede ser impugnada.
    Otra ventaja de las fotografías con celulares es que las mismas pueden ser enviadas de inmediato a otro celular y formar un registro fotográfico de cada mesa, evitando que se “borren accidentalmente” por cualquier causa ese día en la mesa electoral.
    Si en una mesa el fiscal no tiene celular o celular con cámara, el fiscal general de esa zona o circuito sí puede tomar la fotografía con su teléfono y enviarla.
    ¿Sólo de las autoridades de mesa las fotos?, no, de todo lo que le llame la atención, votantes, personal de las FFSS, fiscales generales, del cuarto oscuro, del momento del recuento —y quiénes lo hicieron—, en fín, de todo lo que quieran y puedan.
    Alguien puede decirme ¡Ud. ya habló de cómo se hace un fraude electoral! y es verdad, pero lo que es más lógico sería que pregunten ¿Por qué insiste con el tema? y es muy simple, hay gente que en estas elecciones del 28 de junio de 2009 va a perder más de lo que se puede imaginar y es más que seguro que va a intentar todo para evitarlo.
    Al momento, demuestran desesperación e intentan de todo: desacreditar o encarcelar al opositor que saben está primero en las encuestas libres. Es lo último, por ahora, que hicieron, pero resulta que, como todo aquello que no se medita y realiza con un plan meticuloso en todos sus detalles, tiende a explotar en las manos, dañando indefectiblemente al que lo pergeñó.
    ¿A nadie del entorno se le ocurrió pensar que únicamente afectaría a los indecisos de clase media? ha sido una burrada descomunal y el único resultado ha sido empujarlos justamente hacia la oposición. ¿A quién quisieron atraer? los votos comprados o de los clientes no se atraen así, esos votos ya están seguros, no son la mayoría pero no son indecisos.
    ¿Y qué les importa si total manejan los jueces como quieren? no es tan simple, no todos los magistrados son Faggionato Márquez que con 37 (hasta hoy) pedidos de juicio político, sigue haciendo lo que el Sr. Kirchner quiere e introduce la política en la justicia. Todavía hay jueces honestos que fallan en contra de sus intereses o renuncian para no ser cómplices.
    ¿Y Ud. no tiene miedo de que procedan contra su persona?, por supuesto que sí, ya he sido amenazado para que no siga escribiendo, pero no es que sea muy valiente, sino que como dice el rabino Bergman … “ si esperamos que otro lo haga nunca habrá cambios y tampoco debemos quejarnos”. Además ya me cesantearon como docente por sólo pensar distinto que el gobierno, y seguramente algo estarán tramando.

José Antonio Gil