Cuando conocemos personalmente a alguien que hemos visto o escuchado por radio o televisión, pueden suceder dos cosas, confirmar la impresión que tenemos de ella o desilusionarnos, ya que a veces, el “personaje” que este vende a través de los medios no es precisamente el mismo que es en la realidad.

    Esto ocurre generalmente con artistas, deportistas y, especialmente, políticos, máxime cuando uno tiene la posibilidad de entrevistarlos.

    En el reportaje, el entrevistador, puede apreciar y palpar sus gestos, miradas y, fundamentalmente, sus reacciones.

    En lo personal, cuando tuve la posibilidad de estar frente a Hilda Molina, puede comprobar que estaba frente a la misma persona que había imaginado, una mujer inteligente, firme en sus convicciones, de ideas claras y, por sobre todo, honesta y coherente, sin contradicciones.

    Tal es así que, al preguntarle si creía que a partir de su caso el régimen castrista flexibilizaría la salida de la isla de otros cubanos que están en su misma condición, me respondió: “De ninguna manera creo que le otorguen este privilegio a otras personas, el mío es un caso muy especial, y tuvo mucho que ver la intervención del gobierno argentino, pero todos, absolutamente todos los cubanos deberíamos tener el derecho de poder salir y entrar a Cuba cuando lo deseemos, como en cualquier país normal.”

Pablo Dócimo con Hilda Molina (gentileza Julio Cottini)

    En esta respuesta, tal vez inconcientemente, la Dra. Molina sintetizó en una sola frase toda su historia: “el mío es un caso muy especial, y tuvo mucho que ver la intervención del gobierno argentino”.

    Más allá de que cada caso sea especial para quien lo protagonice, este, tiene en particular que se ha desarrollado en un país como el nuestro, donde se le dio mucha intervención a los medios pero, fundamentalmente, se desarrolló en un país donde ambos gobiernos mantienen estrechos vínculos.

    ¿Y qué conclusiones podemos sacar, en concreto, del caso Hilda Molina? Veamos:

    1- Queda demostrado, sin dudas y con hechos reales y concretos, la perversidad del régimen dictatorial de los hermanos Castro, ya que:

    A) El conflicto con entre la Dra. Molina y el régimen comienza cuando el ex diputado César “Chacho” Jaroslavsky en 1992, pasó 8 meses en Cuba haciendo un tratamiento contra la parálisis de sus piernas, que amenazaba con postrarlo para siempre.

    El tratamiento médico de Jaroslavsky estuvo a cargo de la Dra. Molina, a quien en modo de agradecimiento le regaló 10.000 dólares. La neurocirujana, fiel a su espíritu socialista, no hizo otra cosa que responder a sus ideales, por lo tanto, repartió dicha suma entre los integrantes de su equipo y el Partido Comunista.

    Este hecho desató, vaya uno a saber por qué, la furia de Fidel, quien tomó represalias contra la médica, poniendo punto final a una relación que se venía deteriorando dado que Hilda Molina no estaba muy de acuerdo en privilegiar, en cuanto a la atención médica, a los extranjeros, cuando los propios ciudadanos cubanos sufrían numerosas necesidades sanitarias.

    En esos momentos, su hijo, Roberto Quiñones, se encontraba en comisión en Japón, donde había sido designado para la compra de equipos médicos.

    Quiñones, al enterase de la situación de su madre, decide “desertar” del régimen y venir a la Argentina.

    B) Para disfrazar este hecho, el régimen castrista comienza un campaña difamatoria contra el Dr. Quiñones, argumentando que la deserción se debía a que este se quedó con el dinero que le había dado el régimen para la compra de equipos, cosa que es totalmente falsa dado que de ninguna manera el gobierno cubano envía a ningún integrante de ninguna delegación que viaje al exterior con dinero, precisamente para evitar que se fuguen de Cuba.

    2- El “sistema médico de excelencia” que esgrime el régimen castrista es sólo para turistas que pagan esos tratamientos, mientras los cubanos no pueden acceder a tan prodigioso sistema de salud.

    Esto quedó demostrado con la autorización de viajar a la Argentina de la madre de Hilda Molina, Hilda Morejón Serantes, quien llegó a nuestro país en mayo de 2008 para recibir la atención médica adecuada que requería su delicado estado de salud.

    Curiosamente, la abuela del Dr. Quiñones no podía recibir dicha atención en Cuba, “el paraíso médico” de Latinoamérica.

    3- Casual y, sorpresivamente, se le otorga el permiso de salir de Cuba a la Dra. Molina a pocos días de las elecciones. Ello habla a las claras de que esto, para los Kirchner, no es más que un acto de marketing y “oportunismo político”.

    De todas maneras, la autorización de salir de Cuba a la Dra. Molina no deja de ser una buena noticia, más allá de que, aparentemente, a los Kirchner la jugada no les haya salido como ellos pretendían.

    De hecho, las declaraciones de la Dra. Molina no bien puso un pié en nuestro país, no fueron precisamente las que el gobierno esperaba. Si bien la médica agradeció en todo momento la intervención del gobierno nacional, los Kirchner esperaban que estos agradecimientos fueran mucho más efusivos y que no fuese tan crítica del gobierno cubano.

    No por casualidad, en la reunión que tuvieron el día martes la Presidente y la Dra. Molina, no se permitió la presencia del periodismo.

    En dicha reunión, Cristina, le habría “sugerido” a la médica cubana que no haga declaraciones tan duras contra el gobierno cubano, ya que esto podría generar que su estadía en la Argentina se redujera a sólo de 30 días y no se le renovara el visado como le habían prometido en un principio.

    No obstante y, siendo coherente y consecuente con sus ideas, Molina aprovechó la oportunidad y pidió a la Presidente argentina que luche por los derechos de los presos políticos cubanos porque “Cuba no tiene futuro con un régimen que destruye a las familias”.

    Pero eso no es todo. Según pudimos saber a través de distintos círculos nacionales e internacionales, la Argentina le habría pagado a Cuba una importante suma de dinero para que el régimen accediera a este hecho tan inusual, incluso se dice que se condonaría la deuda que Cuba tiene con Argentina.

    Dicha deuda fue originada por un préstamo otorgado por el gobierno de Héctor Cámpora en 1973 para la compra de automóviles Fiat 125 y maquinaria agrícola. En 1995 se consolidó el monto por 1.278 millones de dólares, y para la Argentina, hoy asciende a 2.000 millones de dólares, entre capital e intereses

    También se especula con que se enviarán medicamentos y alimentos sin cargo en muestra de agradecimiento. No debemos olvidar que para el régimen castrista, el hecho de permitir la salida de cualquier disidente es algo totalmente impensado.

    En definitiva, y como ya hemos dicho, más allá de las especulaciones y las negociaciones que pudieron haber existido, la noticia no deja de ser buena y alentadora, y finalmente, esta gran mujer, luego de 15 largos años de lucha, pudo reencontrarse con su hijo, su madre y conocer, finalmente, a sus nietos.

Pablo Dócimo