Los argentinos nos podemos quedar sin educación, sin salud, sin seguridad, pero evidentemente, no nos podemos quedar sin fútbol.
Lamentablemente, este parecería ser el criterio de quien nos gobierna, Néstor Kirchner, ya que en lugar de ocuparse de los verdaderos problemas a los que estamos sometidos, ahora se está ocupando en cómo armar la trama para quedarse con la televisación del fútbol.
¿Pero cómo? ¿No era que el Estado no debía intervenir en este conflicto? Así lo afirmó el multifacético Aníbal Fernández, pero claro, como reza el dicho popular, “En boca del mentiroso, todo resulta dudoso”, y es evidente que es así.
El conflicto nace cuando Futbolistas Argentinos Agremiados decide no comenzar el torneo Apertura 2009 en tanto y en cuanto los clubes no se pongan al día con los jugadores.
Ahora bien, Don Julio Grondona, hábil de reflejos, inmediatamente invierte la carga de la prueba, y él mismo determina que no comenzará el torneo hasta que la situación se normalice.
Una cuestión un tanto ambigua, ya que la AFA está conformada por esos mismos clubes que no tienen, precisamente, las cuentas en orden.
Grondona, rápidamente, advierte que de esta situación conflictiva puede sacar provecho, ¿Cómo? Es simple; cualquiera sabe que a ningún gobierno le causa gracia que existan conflictos, y menos uno como este, que involucra, ya sea de forma directa o indirecta a muchísima gente.
Por más que Aníbal Fernández haya salido a decir que el Estado no iba, ni debía intervenir, no es difícil adivinar que a la corta o a la larga, de una forma u otra, si lo iban a hacer.
Parecería ser que como suele ocurrir en la mayoría de las veces, siempre el hilo se corta por lo más delgado, y en este entrevero, la parte más delgada es la televisión, que en realidad, y por más que muchos se empeñen en decir lo contrario, no sólo son los que menos responsabilidad tienen en el problema, sino que, contrariamente, la empresa que tiene los derechos televisivos, no sólo contribuyó permanentemente con dinero para los clubes, sino que además se ofreció para aportar el dinero en cuestión.
Como dijimos al principio, Don Julio Grondona es muy hábil y vio que del conflicto, que dicho sea de paso él es el mayor responsable, podría sacar una buena tajada, y comenzó a hacer circular la idea de realizar un nuevo PRODE “bancado” para solucionar el problema.
Pero evidentemente, Don Julio no es el único dirigente hábil y especulador, y es ahí cuando Néstor Kirchner ve la posibilidad de meter una cuña en la grieta.
Kirchner, tan hábil y especulador como Grondona, lo manda a llamar y le ofrece el doble de lo que actualmente le da la empresa dueña de los derechos, TSC (Televisión Satelital Codificada). (1)
De esta manera, entre Kirchner y Grondona, van agudizando un conflicto que no es tan difícil de resolver, ya que se hubiera resuelto rápidamente si la AFA hubiese aceptado el dinero por parte de TSC.
¿Cuál es la verdadera razón por la que Grondona fue tentado por Kirchner? En realidad, no es una son varias.
La primera, es tratar de perjudicar, de cualquier manera, al Grupo Clarín, que es accionista del 50% de TSC. La segunda, obviamente, un gran negocio, y finalmente, seguir con la lógica kirchnerista de tener injerencia en cualquier empresa y/o negocio que tenga que ver con los medios de comunicación.
No es ninguna novedad que a Kirchner le encantaría manejar todo el espectro radial, televisivo y gráfico si pudiera. No tenemos más que repasar algunos hechos, como la creación del “Observatorio de medios”, la facilitación para adquirir medios a amigos, como el Grupo Szpolski, con Radio América, Electroingeniería con Radio Del Plata, la futura creación del multimedia satelital estatal, y el más grosero, el caso de su ex chofer Rudy Ulloa que se convirtió en el propietario de multimedios más importante de Santa Cruz.
Ahora, a Kirchner se le ocurrió otro despropósito, que la AFA rompa el contrato que tiene con TSC y que nada menos Canal 7 se haga cargo de la televisación con el apoyo técnico y logístico de Telefé, que como sabemos no sólo es el competidor directo de Canal 13, sino que además mantiene muy buena relación con el kirchnerismo.
De esta manera, se trata de insertar en la opinión pública, especialmente, que el malo de la película es la empresa dueña de los derechos de televisación del fútbol, cuando en realidad es todo lo contrario. TSC cumplió, hasta la fecha, perfectamente los términos contractuales.
Lo que no se dice, es quiénes son los verdaderos responsables, que son, ni más ni menos, los dirigentes de los clubes de fútbol, únicos responsables y artífices de los desastres económicos de los clubes.
Lo que tampoco se dice, es que de ninguna manera ni Canal 7 ni Telefé están en condiciones de hacerse cargo de las transmisiones del fútbol.
La situación, es más que clara, Kirchner quiere perjudicar de cualquier manera al Grupo Clarín, y para lograrlo, no tiene ningún escrúpulo en tentar al “dueño de la pelota”, Julio Grondona, que parece estar dispuesto a venderle el alma al diablo.
Pablo Dócimo
(1) https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=5102