"El sueño de la razón engendra monstruos".
Francisco de Goya Lucientes
Al son de tambores, piquetes, protestas varias y cortes de
calles, transcurre el diario devenir de esta Argentina atribulada. Mientras en
el Congreso Nacional oficialistas y opositores se desgañitan en el tratamiento
de la oprobiosa ley K de medios, su majestad Cristina Fernández Wilhem de
K pasea sus reales por la capital del mundo, haciendo uso de la palabra en
defensa, entre otras cuestiones, del "cuento persa", es decir, el atentado a la
AMIA. Como es su costumbre, también herencia de su dilecto marido, volvió a
condenar a Irán por la masacre de la calle Pasteur y reiteró la
petición/exigencia de que dicho país extradite a los culpables a dedo sindicados
como partícipes necesarios de dicha masacre. Coherente con el accionar de Barack
Obama y sus aliados, que nuevamente han puesto sus miras en el plan nuclear
persa para regodeo de su archienemigo israelí.
De más está decir que esa puesta en escena es otra
estrategia para, al menos por unos días, sustraerse voluntariamente de la locura
imperante, en gran parte fomentada y desatada por políticas erróneas made in
K. Sobre todo, del escándalo derivado por el descubrimiento de la
denominada mafia de los medicamentos truchos; que salpica directamente no
sólo el financiamiento de su campaña electoral sino además saca a la luz la
inmensa tragada de las obras sociales manejada por los sindicalistas adictos.
Como muestra, el juez federal interviniente Norberto Oyarbide
espera citar a declaración indagatoria al pope de los bancarios Juan José Zanola,
contra las cuerdas luego de que el 23 del corriente la justicia laboral
dictaminó anular las elecciones a causa de varias denuncias de fraude.
Justamente, ayer jueves, se allanó un departamento de su pertenencia ubicado en
Peña al 2700, en pleno barrio porteño de Recoleta, para seguir buscando pruebas
incriminatorias.
Pero jornadas atrás, otro desaguisado provocó las iras de
propios y extraños. El inefable INDEC declaró que la pobreza había disminuido
ostensiblemente en todo el territorio nacional. A pesar de la oleada de
críticas, sobre todo de la Pastoral Social de la Iglesia, dicho desprestigiado
organismo ni siquiera rectificó semejante información insidiosa.
Días extraños
La semana pasada, una cadena de mails convocaba a la
población a manifestarse al son de cacerolas contra todo este estado de cosas
para el 21 de septiembre, el pasado lunes. No fue de alcance nacional, como se
esperaba, sino que se sintió nada más que en los barrios porteños de Palermo,
Belgrano, Recoleta y Nuñez. Para alegría y sarcasmo del oficialismo en pleno,
que rió a mandíbula batiente infiriendo que los únicos que protestaban eran los
integrantes de la "p...oligarquía", Luis D'Elía dixit. Parece que el
resto de los argentinos prefiere rumiar su descontento entre cuatro paredes,
tragándose la bilis a causa de los pesares que son sometidos por esta pareja que
nos maltrata desde arriba.
Y mientras tanto, la razón de Estado sigue soñando en la cama
de Olivos. Pero no lo hace precisamente con los angelitos. Vaya uno a saber con
qué clase de monstruos feroces lo hace. Preparados para saltar en cualquier
momento, sobre los presentes de cada uno de los que habitan en este suelo a
veces, olvidado de Dios.
Fernando Paolella