Ya no llama la atención la cantidad de muertos que van cobrando día a día los accidentes de transito. Estos accidentes no son solamente la consecuencia de la falta de responsabilidad de los conductores: la falta de medidas punitivas efectivas, pero claras y transparentes por partes de quienes las imponen, hacen que en la Argentina tengamos cerca de 8.000 muertos al año.
Muchos de estos muertos no se conocen en los medios de prensa a diario, a no ser en oportunidades como las de hace unos días, donde un móvil policial cobró la vida de dos policías y seis civiles y en la ciudad particular Nordelta fallecieron cuatro jóvenes al despistarse con su auto y sumergirse en un arroyo de casi doce metros de profundidad.
¿De qué sirve rasgarnos las vestiduras por algunos hechos de resonancia que todos conocemos, donde hay un centenar o más de muertos cuando con sólo esperar nada más que cinco días, empatamos esa cifra de fallecidos por los accidentes en el manejo de vehículos? Por lo expuesto, algunas policías del mundo como la de Castillos en España ha realizado estudios basados en ensayos científicos bajo el uso de los mas confiables y probados métodos.
Para ello se ha diseñado una situación experimental de desaceleración brusca de un vehículo sin colisión final controlando la velocidad inicial mediante un cinemómetro y registrando la distancia de huellas de fricción de frenado y la distancia de detención del vehículo arribando a las siguientes conclusiones: la fórmula ofrece un intervalo de velocidades iniciales (v0) que se ajusta a la velocidad real del vehículo siendo por tanto válida para la estimación de velocidad de los vehículos a partir de las huellas de fricción de frenado.
De esto cabe destacar que, para detener totalmente la marcha de un vehiculo a 130 km/h, harán falta aproximadamente 50 metros para lograrlo, siempre que reaccionemos dentro de las primeras 25 décimas de segundo ante el obstáculo, lo que no hace sencillo el tema ya que los reflejos condicionan mucho la atención, amén de que, hoy en día, mucha gente conduce hablando por celular y mucho peor otros que lo hacen mandando mensajes de texto, con lo cual desatienden totalmente el manejo de sus unidades.
Por lo dicho, es importante que nos concienticemos en un "no al alcohol", "no a las drogas", "no a la imprudencia", con la cual podemos no sólo arruinar nuestra propia vida y a de nuestra familia.
Cuando hablamos de seguridad ciudadana, no sólo hablamos de delito, tenemos que considerar también estos fenómenos del comportamiento social que a veces pasan inadvertidos pero cobran más victimas que las que pueden llevarse las balas de los delincuentes. Eso sí, sin tanta repercusión mediática.
Alberto Weckesser