Surgieron en Estados Unidos, pero los siguen jóvenes de todo el mundo. Eso sí, nada tienen que ver con el estilo hot de las antiguas princesas del pop.
Esta es la nueva generación de ídolos adolescentes, pero esta vez, con un perfil a imitar.
Las cantantes de pop ya no tienen que besarse entre sí o salir media desnudas encerando autos en un video. Tampoco el rock & roll necesita ya de artistas destruyendo habitaciones de hotel o detenidos conduciendo en estado de ebriedad. Los chicos de hoy siguen a una camada totalmente diferente, nada de alcohol, cero drogas y una imposición del modelo familiar que convoca a más de un padre agradecido con el rey de la industria en entretenimiento: Walt Disney.
Jóvenes artistas como Miley Cirus (Hanna Montanna), Demi Lovato, Selena Gómez y Jonas Brothers, entre otros; muestran en sus respectivas sit com´s de Disney Channel, valores que estimulan a los chicos a imitarlos. La amistad y la unión familiar, acompañada de un sano sentido del humor, demuestran que no sólo estos chicos se portan bien, sino que saben cantar, bailar y tocar muy bien la guitarra.
Aunque crecieron en un mundo dominado por el éxito rápido sin mucho esfuerzo, estos adolescentes rompen con el mito y dan más valor a la familia y a los amigos.
Por ejemplo, los Jonas Brothers usan en su mano izquierda un anillo conocido como anillo de pureza, una metodología impulsada por el ministro de la Iglesia Bautista, Denny Pattyn. Los que usan este anillo están comprometidos a aguardar hasta el matrimonio para su primera experiencia sexual. Este sistema se impulsó para evitar que las jóvenes norteamericanas quedaran embarazadas e implementar la abstinencia sexual. Casi la totalidad de los chicos que participan hoy del canal Disney, son fieles miembros de la comunidad del anillo de pureza.
Según Victoria Hardy, directora ejecutiva de una investigación realizada por la multinacional del entretenimiento, “apelamos a una generación positiva y socialmente concientizada que utiliza la tecnología que les rodea para crear un impacto positivo en sus vidas y en su comunidad, los chicos de todo el mundo ya están mostrando profundos valores familiares y patrones de conducta que tendrán un gran impacto en el futuro”.
El público pre y adolescente es uno de los más difíciles por las características propias de la edad, pero también uno de los más sensibles. Es una etapa de construcción de la personalidad, de indecisiones y de cambios, pero captar a un cliente adolescente y mantenerlo satisfecho, puede provocar muchos años de colocación de productos y fidelidad. Y es que no todos apuestan a manejarse por el lado correcto para logarlo o reparar si lo que se está ofreciendo a este público beneficia o perjudica su escala de valores.
En fin, entretenimiento para jóvenes y tranquilidad para padres es la idea que viene imponiendo la compañía de entrenamiento familiar a la cual representan. Otro acierto de Disney.
Alexis Montefiore