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Velocidad de la crisis entrampa a políticos de riña y resalta a los de consenso

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(¿DÓNDE SE UBICARÁ CFK?)
(¿DÓNDE SE UBICARÁ CFK?)

Como en el fútbol, en materia política el desafío es también jugar en velocidad sin perder precisión. Pero cuando el vértigo se hace ingobernable, aun con la cancha demasiado embarrada, cuando ya hay muchos lesionados por los choques y se está a punto de que el partido termine en un cero a cero infeliz, alguien debe decidir parar la pelota y congelar la situación, en nombre de la supervivencia de todos.

 

Esto es lo que ha empezado a suceder tímidamente en el subsuelo de la clase dirigente en la Argentina de estos días, que observa a muchos políticos aún metidos en el campo de juego a los codazos limpios, trampa sobre trampa, muy calientes e incapaces de pensar, mientras la tribuna, cada vez más nerviosa por las consecuencias económicas de tantos desatinos (inflación creciente, falta de inversión y desempleo), ha comenzado a silbar.

El problema más difícil de encauzar es que la Presidenta de la Nación, la natural referí de cualquier diferendo, estuvo jugando fuerte para un lado y ha quedado claro que considera a los del otro bando (la oposición, los jueces y los medios) como enemigos antes que como adversarios. Cómo equilibrar las necesidades políticas, con la responsabilidad, la propaganda y hasta con sus ideas de golpe institucional en ciernes, es lo que Cristina Fernández en su rol de número uno de la Argentina, parece que no ha podido conciliar todavía.

Pero el desborde emocional in crescendo de la Presidenta ha ido más allá, ya que en menos de una semana abochornó al Congreso y a la Justicia en dos oportunidades, redobló la apuesta al negar públicamente la división de poderes que consagra la Constitución y generó un conflicto inédito en la Argentina, lo que sirvió para darles aire suficiente a los halcones de la otra parte.

En primer término, la Presidenta les anunció a diputados y senadores en sus propias narices un nuevo decreto de necesidad y urgencia de idéntico tenor a otro previo ya interdicto por la Justicia, que ordenaba pagar la deuda con reservas, después de haberle hecho saber a la Asamblea Legislativa que lo había anulado “habida cuenta de que el Congreso también ha comenzado sus sesiones ordinarias”, les dijo. O fue un acto fallido o una burla premeditada.

Ese mismo día, señaló también que se necesitaba una Justicia que sea “independiente del resto de los poderes políticos y, fundamentalmente, de los poderes económicos concentrados”. Y para no olvidar a los medios, también disparó: “Necesitamos jueces que fallen no de acuerdo con la tapa de Clarín, sino al Código Civil y al Código Penal”. Además, tiró al aire una grave acusación sobre que los juzgados tienen “tabulados los precios de excarcelaciones o eximiciones de prisión y, entonces, los criminales que entran por una puerta, salen por la otra”. Otro acto fallido hacia posturas autoritarias, demasiado a la derecha de sus habituales expresiones públicas.

Hay que tomar nota como un hecho central de la gravedad de la situación que se vive en la Argentina que todo esto ocurrió nada menos que el lunes pasado. Aún no ha transcurrido siquiera una semana, lo que demuestra la dinámica que adquirió la crisis, sobre todo porque el jueves hubo más.

Ese día, la Presidenta redobló la apuesta y se declaró francamente en rebeldía y sin apelar a otros fallidos, resolvió verbalizar públicamente lo que probablemente constituía parte de su pensamiento íntimo, aunque quizá lo había mantenido escondido por ser algo impolítico para su trayectoria y su investidura, cuando dijo que no va a acatar los fallos de la Justicia, al tiempo que se plantó en desconocer el rol del Congreso, sobre todo en relación con el Banco Central.

 También usó algunos argumentos más propios de la “derecha neoliberal y amante de los mercados” que siempre ha dicho combatir, cuando marcó que “cada vez que tomamos una decisión, la Bolsa subió, los bonos subieron… y desciende el riesgo-país. Cada vez que el Gobierno actúa, la economía sube; cada vez que actúa la oposición en el Parlamento, con ayuda de algún juez, la economía baja”.

Confundir la especulación financiera con la suba y con la baja de la economía, “too much”, diría la Presidenta, expresión que muchos podrían volver a repetir, tras haber escuchado a Hebe de Bonafini y a Hugo Moyano promover en la semana el pago de la deuda.

No obstante, y pese a fundamentos tan rígidos, en ese último discurso Cristina tendió algunos puentes interesados para que la oposición le diga cómo se hace para pagar la deuda sin ajustes “y si la que tienen ellos es mejor que la nuestra, juro aquí, delante de todos, que voy a adoptar esa forma, pero quiero que me la expliquen”, prometió. Lo hizo blanqueando de paso que la Ley de Presupuesto ha autorizado el endeudamiento, ya que “reconoce que hay una brecha de financiamiento para el Estado Nacional de 55 mil millones de pesos” y que la lógica indica que se tomen las reservas a 0,5% y no dinero prestado a 14% anual o más.

Sin embargo, el tema merece una vuelta de tuerca, porque necesidades de diferentes dependencias, conocidas después de enviar el proyecto del Presupuesto al Congreso, estarían aumentando el agujero a 90 mil millones de pesos, por lo que sería lógico que los números del Estado sean sometidos a una revisión urgente, quizás como el primer paso para encontrar estrategias conjuntas entre oficialismo y oposición. “No nos negamos a nada”, dijo el viernes, el ministro del Interior, Florencio Randazzo.

La mojada de oreja de la Presidenta se asienta en la lógica de que, debido a su heterogeneidad de bolsa de gatos, el discurso opositor no es tan sencillo de estructurar, lo que le da ventaja a la hora de disparar argumentos. La oposición se sabe vulnerable, debido a que está unida únicamente por un discurso antikirchnerista, que se terminó de galvanizar debido a las trapisondas y las agresiones del oficialismo.

El problema para Cristina, no obstante, no es solamente que los opositores ya no le creen, sino que algunos oficialistas han empezado a recular. Es más, el vicepresidente provisional del Senado, el senador José Pampuro y la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, le han marcado la cancha públicamente, a través de los medios.

Esa doble función presidencial de ser juez y a la vez parte del núcleo duro del kirchnerismo es lo que parece estar potenciando la escalada de la crisis y lo que dificulta cualquier “salida por arriba”, tal la frase que acunó Leopoldo Marechal y que Pampuro acaba de refrescar para ayudar a que la situación pierda virulencia, mostrándose como una de las palomas más sensibles del FPV.

Pero como el senador, tercero en la línea de sucesión, no sólo se refería a una cuestión física, sino a la necesidad de que sean las cabezas las que ayuden a ponerle paños fríos a la situación, le pidió públicamente al Ejecutivo “que nos instruya para ir destrabando los temas” y “voluntad política” para solucionar los conflictos. Ya se verá si su propuesta es avalada finalmente por la mesa chica K, donde talla Néstor como un superhalcón, y si Pampuro está dispuesto a quedarse de ese lado de la cerca o si se escinde con otros colegas en un bloque que, sin dejar de apoyar los fundamentos de la Casa Rosada, no avale los desaguisados institucionales.

En este aspecto, flaco favor ha hecho al funcionamiento del Congreso la Comisión de Acuerdos que funcionó sólo con presencia opositora, cuando decidió ejecutar a Mercedes Marcó del Pont antes de escucharla, lo que provocó la reacción del oficialismo, más allá de las expresiones de la Presidenta aludiendo a un “acto de venganza de la más baja estofa”.

La normativa indica que la titular del Banco Central, nombrada por el Ejecutivo aún está “en comisión, durante el tiempo que insuma el otorgamiento del acuerdo del Senado de la Nación”, tal como lo prevé el artículo séptimo de la Carta Orgánica, aunque alguna mente afiebrada haya pretendido reformar esa redacción con otro DNU para mantenerla en su puesto.

Por suerte, Marcó del Pont sacó a relucir su propia racionalidad, quizás para frenar esa movida a la que no le interesaba adscribir, cuando dijo que ella dependía de lo que decidiera el plenario del Senado y que si no le daban el plácet se iría, algo que no cayó nada bien en la Casa Rosada, probablemente porque la economista sintió temor y no quiso seguir acompañando una aventura de incierto final legal para ella misma. Una cosa es aceptar un DNU como una ley en expectativa y con ello autorizar la transferencia de fondos al Tesoro y otra es desconocer al Poder del que, sin dudas, depende el BCRA.

Sin embargo, y aunque la gran bronca con la funcionaria no es el pase de las reservas a Hacienda, sino el ardid que ella y el Directorio se prestaron a ejecutar en la mañana del lunes, aun antes de que el DNU se hubiese publicado en un agregado al Boletín Oficial durante la tarde, no está tan claro que su pliego sea rechazado esta misma semana, ya que primero la sesión deberá encontrar a 37 senadores dispuestos a sentarse en sus bancas y después a una mayoría persuadida para despedirla.

No sería de extrañar que ese tratamiento se retire del temario hasta que se la escuche y en esto también han trabajado Pampuro y el vicepresidente Julio Cobos, en charla reservada con Gerardo Morales.

En relación al pago con reservas, si hoy se hiciera una compulsa en el Congreso, las mayorías de ambas Cámaras aprobarían una ley al respecto, algo que el Gobierno podría terminar enviando, si el DNU de la discordia es rechazado en la semana. Inclusive, el radicalismo ya aventura que buena parte de las divisas que se querían usar para pagarle a los privados no se necesitarían realmente, porque una parte serían para pagar bonos al propio sector público, especialmente a la Anses, con lo cual se achicaría el problema, ya que los organismos oficiales serían compelidos a renovar.

En la misma línea de tendido de puentes, los jueces pidieron bajar el tono y “no ser actores del incendio”, mientras que ya se sabe que la Iglesia dará a conocer esta semana un duro documento a favor de la responsabilidad de los tres poderes del Estado que, a la vez, buscará acercar a las partes, aunque no desde una mediación formal.

Por eso, la semana que se inicia tendrá como condimento principal saber si priman el diálogo y el consenso y si la dinámica desatada puede ir amenguando o si los devaneos destituyentes del matrimonio Kirchner les van a volver a torcer el brazo a las ganas que tienen las mayorías de reencauzar la situación y, con ello, les van a dar más aire a los halcones del otro lado.

Si es así y la cosa vuelve a tomar la velocidad, no va a faltar quien patee la pelota afuera, de muy mala manera. 

Hugo E. Grimaldi
DyN

 

5 comentarios Dejá tu comentario

  1. Una cosa que me ha llamado la atencion, y no para bien precisamente, es esta tendencia que hemos desarrollado en la Argentina a mirar las cosas como si de un partido de futbol fuera. El futbol es un juego deportivo, la realidad de un pais, su cotidiano, ¡no es un juego!. Y mirar asi las cosas hasta contribuye a una vanalizacion de las mismas; y, quien vanaliza una realidad en cierta manera la esta negando. No se trata de patear la pelota de un lado para el otro, la politica exige otro tipo de tomas de decision. Por cierto NO es un juego, es una disciplina y por que no, ¡hasta un arte!. Si es cierto que nuestra clase politica (cualquiera sea el nivel que ostente) ve la realidad como un partido de futbol, entonces es comprensible que el pais vaya como va. Y es comprensible que aunque cambien los gobiernos, y se pase de una ideologia a otra, las cosas siempre sigan igual. Porque de ultima estamos en juego de pelota. Fue a partir del 78, con la dictadura militar, que se comprendio el poder del futbol para alejar a la gente de los problemas reales, que por cierto son los mas acusiantes. Y fue a partir de ahi, que la clase dirigente se ha servido sistematicamente de este deporte para hacer politica. Asi lo hizo menem, cuando a traves de ciertos periodistas deportivos, saco a la gente a festejar un subcampeonato que ya se habia ganado una semana atras, y que cuando vino la seleccion (que era perdedora de hecho del campeonato) le ofrecio el balcon de la casa rosada, y por supuesto que el estaba presente. Y todos sabemos, que por ejemplo en los campeonatos mundiales de futbol, mientras a la gente se la llena de informacion al respecto, las clases dirigentes estan trabajando en sus componendas. Componendas, que por supuesto,no son para beneficiar a sus pueblos, son para su propio beneficio. No me gusta el futbol, porque simplemente nunca lo supe jugar, pero no tengo nada contra el deporte en si mismo, es mas, es una sana practica. Lo que me molesta es que de una buena vez no se aprenda a mirar las cosas tal como son. Un partido de futbol como un entretenimiento, la politica como un estado real de cosas. Y que la vida no es un partido de futbol, y menos aun los destinos de todo un pais. Me molesta enormemente ese lenguaje futbolero que hemos sabido conseguir aplicado a todos los estamentos, como si todo fuera un pase, una gambeta, un amague y todo eso... Mientras tanto las arcas del pais se vacian (si no estan vacias ya), hay gente que duerme en las calles, hay gente que muere de hambre en el Noroeste argentino y padecen de desnutricion, y la lista es larga.... Ahora, me interesa saber si la clase que se proclama dirigente en nuestro pais tiene respuestas para esos problemas, y cuales son sus soluciones. Si no las tienen, entonces habra que pensar en otra cosa, en otra gente. Porque pensar que la Argentina es un pais con dos tipos de ciudadanos (los que mandan y los que obedecen, lo que seria los de arriba y los de abajo), puede servir en el futbol, pero no le sirve a una nacion.

  2. Si bien ,es una foto que no la favorece,...miremos las últimas y comprobaremos ....como en 2 años de gobierno ....como cambió su rostro....rasgos de una persona agresiva.....cuello de una anciana....gestos y miradas de alguien irritante al máximo.......ahora yo me pregunto el dinero la hace feliz.....el poder lo va a dejar en el 2011 .....y ........y......

  3. Germán: en mi juicio el Sr. Grimaldi ha estado acertado al utilizar al fútbol como metáfora, ya que así lo entiende cualquiera. Porque, lamentablamente en este país se sabe mucho más de fútbol que de política. Saludos.

  4. Carla: ¿Estas tan preocupada por la apariencia de Cristina Kirchner? ¿Es tan importante eso?. Yo, en lo personal, la apariencia fisica de un politico me importa poco. Prefiero apostar a su idoneidad en la funcion que se le encomienda y por la que se le paga. Pues, que sea lindo, feo, bajito, alto, gordito o flaco, con anteojos o sin anteojos, con arrugas o sin arrugas, no tiene nada que ver con su capacidad para dirigir los destinos de ese pais. Si seguimos siendo tan superficiales en nuestros analisis, quizas, para definir los candidatos a las proximas elecciones debamos ir a buscar entre las modelos de Pancho Dotto. Ahora,no creo que en materia de crecimiento lleguemos muy lejos. La pregunta a hacerse es ¿CK sirve y cumple eficientemente su rol para la funcion con la que se le paga con los erarios publicos, que pagamos todos nosotros?. Adelanto mi respuesta, ¡no!. Esa es la pregunta importante a hacerse.

  5. Para ALBERTO ANZOATEGUI : fue un detalle .. tal cara es igual a su gobierno.....cada vez mas complicado.....mi voto será pensado ...aclaro...de kk nunca mas

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