"El nuevo lanzamiento de se implanta en Garay al 700, entre Piedras y Chacabuco. Sus unidades van de los 33 a 78 m2
La firma ha denominado a las unidades Suites & Studios ya que han sido pensadas para maximizar la renta por alquiler temporario, uso de residencia o como estudios.
Quartier San Telmo se presenta al mercado bajo el esquema de ‘Fideicomiso con Costo Cierto de Construcción’; esto significa que se contará con un costo cierto para la construcción de todo el conjunto. Esto reduce fuertemente la variabilidad con respecto a los fideicomisos al costo habituales (en que se cuenta inicialmente solo con una estimación).
El edificio contará en este caso el ‘Club Quartier’ en piso 27 el cual incluirá un gimnasio de última generación, una pileta cubierta climatizada con sectores de hidromasajes, un spa con vestuarios y sauna para ambos sexos, 2 terrazas-solarium y 2 salas de estar (lounge) con Wi Fi .
Contara también con un sector de Administración previsto para coordinar y gerenciar el alquiler temporario de las unidades, laundry, vestuarios de personal y sistema de valet-parking.
Seguramente la comercialización será un éxito, ya que el reducido ‘ticket’ de las unidades amplia el espectro de los potenciales compradores." Así el 18 de septiembre pasado, la empresa inmobiliaria Argencons lanzaba con bombos y platillos el anuncio de su nuevo emprendimiento. Con el correr de los meses, concluidas las fanfarrias, se pudo establecer los verdaderos alcances del emprendimiento. En un barrio donde el déficit habitacional llega a guarismos alarmantes, con decenas de personas pernoctando en la calle, o debajo de la autopista 25 de Mayo o en el Parque Lezama, esto tiene un vaho de delirio tremendo.
Ante esto, los vecinos de San Telmo, junto con las organizaciones Basta de Demoler, San Telmo Preserva y Proteger Barracas, lanzaron una junta de firmas el domingo 14 de marzo en la tradicional Plaza Dorrego, que se continuó en los siguientes domingos, a fin de que pueda implementarse un parate a la construcción de dicha mole. Pero tal petición parece quedar en nada: "La Defensoría del Pueblo resolvió recomendar al ministro de Desarrollo Urbano que a los efectos del otorgamiento de permisos de construcción en el área definida como Casco Histórico, se dé intervención al organismo de aplicación de las normas de protección patrimonial, y considere la posibilidad de analizar las particularidades del entorno con los desarrolladores de la Torre Quartier San Telmo.
El emprendimiento se está ejecutando sobre un terreno de 4.000 m2, frente a la avenida Juan de Garay y las calles Piedras, Cochabamba y Chacabuco. Este edificio, que estará destinado a oficinas y viviendas, con estacionamientos y servicios complementarios, alcanzará una altura de casi 90 metros.
El Área de Protección Histórica Nº1 (APH 1) de San Telmo, está delimitada por la avenida Paseo Colón y la calle Perú, entre Plaza de Mayo y Parque Lezama. Para esa zona, la normativa propone para la avenida Juan de Garay una altura máxima de 22 metros y para las calles transversales entre 13 y 16 metros. Sin embargo, el APH 1 no llega a abarcar todo el Casco Histórico, por lo que el terreno donde se emplazará la Torre Quartier San Telmo no cuenta con protección normativa.
En tal sentido, en los fundamentos de la resolución se enuncia: “Cabe preguntarse entonces si no debería haberse planteado desde el Estado una alternativa en el caso que nos ocupa para que, en lugar de la construcción de una 'torre' de 90 metros de altura en el considerado Casco Histórico, el mismo emprendimiento pudiera llevarse a cabo con menor impacto para el barrio tanto en lo paisajístico o visual como lo que hace a las condiciones de habitabilidad ya que, indudablemente, se alterarán factores como el asoleamiento y la circulación de aire”. En buen romance, una vez más ante la voracidad de particulares el Estado se transforma en un ente sordo, mudo y ciego.
El dolor de ya no ser
El que fuera famoso por ser el primer barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya no tiene ese aire mítico que se desprendía de sus adoquines y sus casas bajas. Ya desde hace más o menos una década que es una Babilonia mistonga donde cual Babel vernácula se escuchan casi todos los idiomas. Ante ese aluvión comerciantes vivillos han elevado el precio de los alquileres de comercios a cifras astronómicas. Si alguien que alquilaba uno por 500 pesos mensuales, pega un respingo al verificar que el dueño pretende subírselo a 3000. Al no poder afrontar semejante diferencia, no tiene que más remedio que emigrar si no quiere perecer víctima de esta epidemia especulativa.
Lo mismo sucede con el mercado inmobiliario, en el cual familias asentadas en el barrio desde hace décadas no pueden afrontar este delirio y deben mudarse a otros barrios, como Barracas, Caballito o Flores.
Cada noche, las oleadas de familias cartoneras que revuelven la basura recuerdan a los sobrevivientes de este barrio las funestas consecuencias de una política excluyente y restrictiva que vino para quedarse.
Fernando Paolella