Sábado por la tarde, vísperas de Pascua, en la redacción del diario el periodista duda, ¿llamaré ó no? el entrevistado nunca quiso responder… ¿por qué lo haría ahora? Desde que su “jefe político” le ordenó salir a defenderse en los medios hace ya unos cuantos meses había juramentado un pacto de silencio.

Pero la denuncia efectuada por Gabriel Brito era demasiado dura: él y su abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten anticiparon que el próximo jueves se presentarán en los Tribunales de Comodoro Py a denunciar al Frente para la Victoria en sede penal y civil y ante la Unidad de Investigaciones Fiscales (UIF).

No solamente del partido oficialista hablamos, también recaerá dicha denuncia sobre el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ex superintendente de Servicios de Salud, Héctor Capaccioli; y los recaudadores Hernán Diez y Sebastián Gramajo, junto a otros integrantes del Frente a nivel nacional.

También se denunciará a Néstor Lorenzo, Néstor Vázquez, Juan Caracoche (de Cooperativa Vernet), Jorge Fidalgo (de Crédito Sur) y a los responsables de otras financieras sospechosas y empresas que no pueden justificar sus movimientos de dinero, ni sus aportes, ni siquiera la compra de medicamentos de alto costo que fueron a parar al APE.

Fue esto lo que precipitó el llamado a Sebastián Gramajo, quien de entrada no quiso responder. Cuando alguien lo interroga, se pone pálido, tartamudea, balbucea, trata de explicar lo inexplicable.

Pide por favor que no salga su nombre, pero esta vez toma coraje y entre balbuceos explica que a él le llegaron cuatro cheques firmados y sellados del banco Credicoop por parte de Gabriel Brito, titular de Global Pharmacy Service S.A., los cuales se acreditaron en la cuenta del FPV.

También dice que el acta firmada en la Superintendencia de Salud del 12 de noviembre de 2008, donde interviene la escribana Andrea Rey, la firmó Brito a cambio de “favores políticos”. Sin embargo, no niega que el dinero en la cuenta de Brito no pertenecía a él ¿Sabrá a quién pertenecía entonces?

Luego agrega que Brito solicitó copia de la factura del FPV para incluirla en su declaración jurada.

Lo que no dice Gramajo es que a Brito nunca le entregaron dicha factura. Se la dieron a otra persona, que seguramente es Capaccioli y él probablemente se la haya entregado a Lorenzo.

Consultado sobre esto, Brito vuelve a repetir hasta el cansancio que el dinero se lo entregó Lorenzo y la copia la solicita porque nunca tuvo el original en su poder. Ese documento siempre lo tuvo Lorenzo, a quien en una de las tantas pesquisas ordenadas por el juez Norberto Oyarbide, le fueron encontrados los documentos de ese y otros aportes, como los de Carlos Torres, Carlos Torresín y Julio Posse. Todo, en el domicilio del “Yabrán de los medicamentos” con una carátula que decía “Aportes a la Campaña 2007”.

Tal vez por ello, Brito insiste en un careo con Gramajo, actualmente —inexplicablemente— gerente de la ANSES, donde jura que no sólo hará tartamudear a este último, sino que lo hará balbucear hasta hacerlo quebrarse y decir toda la verdad.

A fuerza de ser sincero, Gramajo debería hablar con toda la sinceridad ya que suele mostrar un perfil ultra católico. Sin embargo, no ha sido este escándalo su mejor aporte a la verdad, ya que una persona religiosa jamás hubiese manejado fondos oscuros provenientes del lavado de dinero, los carteles de la droga y manchados con la sangre de tres jóvenes asesinados.

Carlos Forte