Con el alto precio de haber alimentado la confrontación, las antinomias y las controversias de los 200 años de historia argentina, el matrimonio presidencial y Mauricio Macri volvieron a polarizar el show político durante los festejos del Bicentenario.

Como venía ocurriendo a partir de la causa por escuchas ilegales que lleva el juez Norberto Oyarbide, los apellidos Kirchner y Macri, o las corrientes políticas “oficialismo” y “macrismo”, ni siquiera dejaron de lado sus diferencias para los festejos del 24 y 25 de Mayo.

La excusa fue el Teatro Colón. Las acusaciones del macrismo al kirchnerismo por el procesamiento del jefe de Gobierno porteño motivaron a la Presidenta, según afirmó, a no concurrir a la reapertura del teatro.

Sin embargo, esa situación fue claramente capitalizada por Macri, quien junto con sus funcionarios destacó la “pluralidad” de las invitaciones a la gala que incluyeron a sus más acérrimos opositores como Aníbal Ibarra; así como el presidente de Uruguay, José Mujica; el vicepresidente Julio Cobos; el titular de la Corte, Hernán Lorenzetti; y gente del espectáculo que no suele comulgar con el gobierno nacional como Mirta Legrand y Susana Giménez.

¿No fue un error de la Presidenta no sólo no ir ni enviar a ningún funcionario al Teatro Colón sino tampoco invitar a ex presidentes a la cena en el Salón Blanco? Seguro que sí.

Pero bajo el manto del Bicentenario y del feriado largo, comenzaron a tejerse algunos movimientos políticos en la alicaída oposición, que aún debe resolver el panorama político interno de partidos y alianzas, para luego intentar construir una alternativa seria al gobierno nacional.

Duhalde intenta avivar el fuego del peronismo antikirchnerista y propone definir, dentro de ese espacio, una fórmula presidencial.

El radicalismo afrontará el 6 de junio próximo una interna por la UCR bonaerense que, en verdad, podría ser relevante para las aspiraciones presidenciales de Julio Cobos y Ricardo Alfonsín.

Porque si el hijo del ex presidente se impone, podría ser el envión que necesita para confirmar su postulación al 2011. Lo único que parece estar claro en el radicalismo es que el socio elegido es el Partido Socialista y muy probablemente el GEN de Margarita Stolbizer.

Elisa Carrió, inmersa en un particular silencio, daría la batalla en soledad, con la Coalición Cívica. En tanto “Pino” Solanas tiene ganas de transformar lo que parecía iba a ser su candidatura en la Ciudad, por una postulación nacional, de manera de consolidar ese espacio que hoy disputa con Martín Sabbatella.

Claro está que todavía falta el desarrollo del Mundial de Fútbol de Sudáfrica. De modo que antes de julio, es poco probable que se avizoren las esperadas definiciones.

Walter Schmidt
DyN