"Es la economía, estúpido" fue la frase letal que utilizaron los demócratas de Bill Clinton en 1992, para vencer a George Bush, padre.
El ex presidente conservador venía de triunfar en la operación bélica denominada “tormenta del desierto” que le permitió a los Estados Unidos hacer retirar a las fuerzas iraquíes de Kuwait.
Derrotado militarmente Saddan Husseim, se pensaba en 1991 que la reelección del viejo líder era un hecho y que los republicanos lograrían un histórico cuádruple mandato consecutivo, si se sumaban las gestiones de Ronald Reagan y el mencionado texano.
Sin embargo, aparecieron los nubarrones en la economía doméstica y el por entonces joven gobernador de Arkansas, de gran carisma, logró consagrarse gracias a que encarnó la idea de un “cambio” en la conducción de un gigante que comenzaba a demostrar una balanza comercial cada día más deficitaria.
En la reciente historia democrática de Argentina, la frase “the economy, stupid” puede aplicarse sin temores a cada uno de los comicios que hemos tenido desde 1983.
Repasemos para luego analizar la cantidad de inexactitudes que se publican en los diarios de la presente jornada:
1= Consagrado Raúl Alfonsín como presidente de la Nación, llegaría en 1985 su primer test electoral. Gracias al plan Austral que congeló la suicida inflación del ex ministro Bernardo Grinspun, el radicalismo volvió a imponerse en todo el país, dejando casi en ridículo a un peronismo que clamaba por una urgente renovación. “The economy, stupid”.
2= Dos años más tarde, con el fracaso de Juán Sourrouille, la feroz remarcación de precios que sufría la nueva moneda, el austral, llevó a la UCR a una durísima derrota, donde perdió buena parte de las gobernaciones alcanzadas tras la dictadura militar, especialmente, la de la provincia de Buenos Aires, que quedaría para Antonio Cafiero. “The economy, stupid”.
3= En 1989, cuando la hiper y los saqueos asolaban al país, Eduardo Angeloz fue borrado en primera vuelta, ya que Carlos Menem se impuso con colegio electoral propio, “the economy, stupid”.
4= Luego, gracias al plan de convertibilidad y estabilidad monetaria de Domingo Cavallo, llegarían rotundas victorias memenistas en el 91, 93 y 95, ya que por entonces un justicialismo volcado hacia las privatizaciones salvajes, tras la caída del muro de Berlín y el comunismo, reinaba sin apuros en una Argentina enamorada del ”uno a uno”. “The economy, stupid”.
5= Las facturas por la “fiesta” del peronismo y el liberalismo comenzó a pagarse en 1997, cuando ya la Argentina había entrado en una recesión que excluía del consumo a millones de compatriotas, Dos años más tarde, la desocupación y el parate se agravaron aún más y Eduardo Duhalde se convertiría en el segundo candidato peronista en la historia en terminar derrotado en un comicio presidencial (el primero había sido Italo Lúder). “The economy, stupid”.
6= La Alianza tomó la bomba de tiempo que le legó el menemismo y terminó de estrellarse a fines del dos mil uno, con el final por todos conocido. Su elección de ese año fue tan extravagante que ningún candidato a legislador decía representar a Fernando de la Rúa, mientras que centenares de miles de compatriotas sufragaban colocando la figura de Clemente en las urnas. “The economy, stupid”.
7= En el dos mil tres, el kirchnerismo llegó al ballotage luego de que el presidente Duhalde anunciara que Roberto Lavagna, el hombre que había reencausado la economía devastada, se quedaría en su puesto si Néstor vencía en los comicios del primer semestre. “The economy, stupid”.
8= Finalmente, de la mano de una economía que se recuperaba a tasas chinas tras un ajuste inhumano y el fuerte viento de cola internacional, los K lograron sendas victorias en el 2005 y en el 2007, llevando a Cristina al sillón de Rivadavia, Sin embargo, debido a la aguda crisis internacional del año pasado y a un “modelo” que intentó llevar la presión tributaria más allá del treinta y cinco por ciento del PBI, colisionando contra el campo, el oficialismo terminó derrotado en el mes de junio. “The economy, stupid”.
Concluyendo
Hoy en día siguen los analistas formulando teorías sobre los efectos electorales de la celebración del 25 de Mayo bicentenario o de una hipotética buena actuación de la selección de Diego Maradona en el mundial de Sudáfrica.
A todos ellos, que no tienen mejor entretenimiento, hoy por hoy, les recordamos que en el cuarto oscuro del 2011, como siempre, los argentinos decidirán individualmente mirando más el interior de su propio bolsillo que cualquier ideal democrático o principista.
Una inflación desbordada puede condenar a los K a la derrota y Comodoro Py o el exilio.
Un fuerte crecimiento del consumo con precios estables nos pondrán frente al horror de cuatro años más de Néstor en la Casa Rosada.
Así de simple y lapidario.
Marcelo López Masia