En mi libro "Lecciones de Política Económica" (p 84) que escribí en 2004 cuando recién irrumpía la dinastía K y nada hacía presumir la pesadilla de hoy, hace 6 años, dije:
"La inflación es un fenómeno económico monetario que reconoce como su causa principal la ineficiente y desordenada administración de las finanzas del Estado. Cuando éste emite moneda sin respaldo, carece de reservas en divisas, interviene en el mercado financiero captando fondos para conjugar los abultados déficit de su presupuesto y desarticula todas las variables económicas, origina necesariamente inflación y a veces, la tan temida hiperinflación.
Estos graves desórdenes transforman al dinero circulante en papeles sin valor (rubbish money, dinero basura) con la secuela de corrupción, especulación desenfrenada, desinversión, recesión y estanflación (la perniciosa inflación con recesión) que pauperiza a los países que sufren estas lacras.
Si por el contrario el Estado adopta un comportamiento monetario serio, no emite moneda espuria, no interviene en el mercado financiero, elimina los déficit presupuestarios, deja los espacios productivos a la actividad privada que aun con sus defectos sin dudas es mejor administradora y generadora de riqueza, la inflación cede hasta reducirse a su mínima expresión.
Esto no significa auspiciar un 'Estado ausente' como ya se dijo, sino un Estado que controla los excesos y suple las carencias, no desentendiéndose de los más débiles, marginales y de quienes requieren ayuda para mantenerse dentro del sistema".
Los gobernantes inflacionarios y quienes los siguen, tratan por todos los medios de adjudicar la gran culpa de la inflación a los empresarios formadores de precios, a los mayoristas y minoristas, a todos los pícaros que venden, a los especuladores y a la actividad privada en general.
Para ello se sirven de los "Guillermo Moreno", para perseguir empresarios, examinar sus costos, imponerles precios máximos y realizar todas las puestas en escena para demostrar demagógicamente, que se preocupan seriamente por la gente, los más necesitados, los desprotegidos.
Pero, ¡oh casualidad!, del gobierno no dicen nada, es inocente de todas estas especulaciones y remarcaciones de precios que sólo las practican los lucrativos empresarios privados para satisfacer sus deseos infinitos de ganancias desmedidas e ilegítimas.
Nadie, ni Cristina, ni Néstor, ni Aníbal, ni Florencio, ni Boudou, ni De Vido, ni Pichetto, ni Rossi mencionan, aunque sea tibiamente, el tema de la inflación. Eso sí, ¡dirigen todos sus misiles y ojivas nucleares contra la "antipatria especulativa"!
El Estado es el mega empresarioque no tiene competencia.
En ningún país existe empresa, multinacional o nacional, monopólica u oligopólica, local o extranjera, que pueda competir ni asimilarse al Estado como operador económico.
Bill Gates, con sus U$S 51.000 millones, es la sexta parte de Argentina que aunque vapuleada, mal administrada y en default, es de magnitud económica seis veces mayor, con un PBI de U$S 300.000 millones.
Slim, el mexicano más rico del mundo (con Telmex por ejemplo), es también de la envergadura de Microsoft, seis veces menor que nuestro país.
¡Y qué decir si las comparamos con EEUU con diez y siete billones de dólares de PBI!
Entonces ni individualmente ni en el poder económico más concentrado pueden los privados causar inflación, es decir, aumentos generalizados y sostenidos de precios en todos los rubros y en todo el país. Pueden, por cierto, hacer aumentos puntuales dentro de sus negocios, pero la ausencia o restricción de la demanda y la persecución del Estado por mono u oligopolios, o aumentos indebidos de precios, volverán las cosas a su lugar.
El Estado es el único causante de la inflación
Sólo y exclusivamente el Estado puede causar inflación. Y ésta no es una frase hecha: es cierta y demostrable en los hechos y en la doctrina tradicional y actual, monetarista o keynesiana. Algunos datos locales confirmarán mis afirmaciones:
Entre 1982 y 2002 el gasto público promedió un 23% del PBI. En 2009 registró un 32%, o sea un gasto adicional de $ 30.000 millones.Nuestros gobiernos desde 1920 hasta ahora, no han podido elaborar presupuestos sin déficit, es decir, han debido emitir moneda para compensar tales déficit, emisiones inflacionarias por supuesto, y endeudarse en el exterior cada vez más.
Somos 40 millones viviendo siempre mal y cada vez peor, pero los continuamos votando, radicales y peronistas, peronistas y radicales, mechados con varios militares, han realizado una tarea eficiente y continua, sin pausa: van destruyendo y deteriorando más al país, que es tan maravilloso que crece de noche, cuando los políticos duermen, según la irónica frase.
En 2002 el gasto estatal era U$S 25.000 millones; en 2008, U$S 103.000 millones; en 2009 U$S 145.000 millones, gasto que nunca antes había sido superado. EEUU tuvo en 2007 un PBI de 13,220 billones de dólares y hoy, 2010, un gasto público de 1,35 billones.
Los gobiernos de Argentina, de los peores de la clase, carecen de financiación externa, cortaron relaciones con el organismo que más barato les financiaba, el FMI, confiscó los depósitos jubilatorios y se financia con
El gasto público, sin financiación externa, se financia con emisión monetaria llamada "monetización del déficit", moneda falsa que ingresa al circuito económico y provoca necesaria e inexorablemente inflación porque la moneda se devalúa, aumenta la demanda y la inversión es mínima.
Y como corolario, el gobierno, para el que no existe inflación y "de eso no se habla", tiene la necesidad de tornar mentiroso al Indek, porque con una tasa real de 25% a 30% el organismo presenta una inflación de
Que el gobierno baje considerablemente la inflación significaría disminuir drásticamente el gasto y sabemos que así el "modelo K" es insustentable.
Los datos aportados son de registros oficiales. Los comentarios corren por mi cuenta y si alguien no los comparte, estamos en democracia (¿sí?) de modo que serán muy bienvenidas las críticas.
Luis Sarmiento García
Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales
Los Andes