Todo el mundo perdió la cuenta. Ya nadie puede precisar a ciencia cierta cuántas veces el senador Carlos Reutemann ha dicho que no será candidato a la presidencia de
Y sin embargo, a pesar de esa actitud esquiva, el "Lole" sigue siendo la "gran esperanza blanca" de una parte importante del peronismo, en especial aquella que ha decidido enfrentar a Néstor Kirchner.
Reutemann fue la figura más cotizada de aquella famosa foto de familia del llamado Peronismo Federal o disidente, plasmada en los inicios de junio, cuando el grupo de dirigentes distanciados del PJ oficial prometió unirse detrás de un candidato común para darle pelea a Kirchner. O a quien encabece la propuesta del oficialismo.
Es, en verdad, un escenario que el santacruceño no quiere ver, convencido de que si la oferta peronista opositora se desdobla, crecen sus propias chances.
Lo notable es que ese día la foto todavía no había viajado a las redacciones cuando Lole salió a decir lo siguiente: "Yo me senté a esa mesa con la única condición de no ser candidato a nada".
Fue un capítulo más del sinuoso declaracionero de Reutemann. Que incluyó picos de exaltación positiva, como cuando sugirió que apuntaría a
Una estrategia
Es curiosa la reacción que se produce cada vez que Lole se autoexcluye de la pelea presidencial. Raudos, voceros oficiosos de su esquema político más cercano —siempre con eje en Santa Fe— enseguida salen a relativizar sus palabras y a decir que en verdad todavía es muy temprano para hablar de postulaciones.
Se entiende la estrategia: saben que si, efectivamente, se instala la idea de que Reutemann ya no ofrece futuro se produciría una suerte de diáspora de la tropa propia de la que, incluso, podría beneficiarse el kirchnerismo.
Por estas horas, el peronismo es un hervidero de versiones intramuros que tienen que ver con Reutemann. Varias fuentes lo definen como el único detrás del cual podría ordenarse y alinearse el cúmulo de grandes egos que atentan contra la salud del espacio anti K. "Si Lole se postula se bajan todos los otros", resumen los voceros, aún cuando no son reutemistas.
Tanto en el PJ disidente como en el kirchnerismo puro se escucha la versión de que Lole lanzará su postulación a principios del año entrante y cuando esté un poco más claro el panorama respecto a la reglamentación y puesta en marcha del nuevo sistema electoral que debería regir el comicio de 2011.
Los K arriesgan, incluso, que Reutemann es el único que haría que el santacruceño abandone la carrera para bendecir a un delfín que lo enfrente.
Cálculos a varias puntas
Dicen que la posibilidad de ese lanzamiento explica el apuro de Felipe Solá por instalar su propia candidatura presidencial, acaso con la esperanza de posicionarse mejor a la hora de negociar espacios conjuntos.
Cerca de Solá aseguran, sin embargo, que éste evalúa únicamente la idea de encabezar la fórmula del espacio disidente y que cualquier otra oferta (¿número dos del binomio? ¿Candidato a senador?) será rechazada en cualquier mesa de negociación.
"Prefiero quedarme dos años más como diputado nacional", dicen que dijo.
Un dato a observar es la movida de Francisco de Narváez para mostrarse, ahora sí, decidido a pelear la gobernación bonaerense.
Algunas fuentes deslizan que el Colorado tomó esa decisión guiado por dos motivos. El primero: un descenso en su imagen, fruto de su intento de nacionalizar un proyecto que siempre tuvo impronta provincial. El segundo: porque habría existido una reunión a solas con Lole, en la que éste le habría anticipado —juramentando un pacto de silencio— su decisión de jugar en 2011.
"Reutemann Presidente, De Narváez gobernador", se esperanzan los denarvaeístas.
Mauricio Macri dejó trascender que, a pesar de que la gestión en
Caso contrario, intentará ser una suerte de "frutilla del postre" del esquema presidencial del PJ rebelde, aún cuando está lejos, muy lejos, de sentirse justicialista.
Eduardo Duhalde, otro que se ha lanzado a la presidencial, es una suerte de arquitecto de aquella foto del PJ opositor. Fue el primero que leyó el mapa político e intuyó que Kirchner le temería a esa alianza entre capitostes peronistas.
Operadores del duhaldismo deslizan por estas horas la versión de que Lole no va a jugar la pelea mayor pero que Duhalde está tratando de convencerlo para que acepte ser su candidato a vicepresidente. "Duhalde-Reutemann", sería la formula imaginada.
Algunas fuentes creen que el santafesino, que sigue teniendo una imagen relativamente buena, le sumaría bastante al bonaerense.
Otras analizan que, en verdad, Duhalde le restaría a Lole. Y que éste, contrariamente a cierto recuerdo maldito de su época de piloto de Fórmula 1, nunca aceptará ser segundo.
Mariano Pérez de Eulate
NA