El traspié de hoy de la oposición porteña en la Legislatura demostró lo difícil que le resultará traducir su ofensiva por el caso de espionaje en dividendos mayores.

Si bien la conversión del parlamento porteño en teatro de operaciones acarreará costos políticos para Mauricio Macri, por ahora no hay amenaza de inestabilidad institucional en la Ciudad.

Un legislador opositor lo reconoció en diálogo con Noticias Argentinas: "Si no hay movilización o reclamo popular va a ser difícil alcanzar las mayorías para avanzar en la Legislatura".

En la sesión de este martes apenas hubo algunos gritos contra la bancada del oficialismo, mientras una marcha no muy concurrida del MST-Nueva Izquierda llegó hasta las puertas de la Legislatura para reclamar la renuncia de Macri, pero tuvo cero repercusión.

Esa situación es muy diferente a la que vivió Aníbal Ibarra, destituido como jefe de Gobierno por su responsabilidad "política" en la tragedia de República Cromañon.

En aquel momento, el actual legislador de Diálogo por Buenos Aires contaba con un bloque diezmado que contrasta con este del PRO, superior al número clave de 20 miembros.

Además, fue clave la presión popular ejercida por los familiares de las víctimas para torcer la voluntad de algunos legisladores que no tenían una posición definida.

A la inversa, Ibarra no estaba procesado mientras que Macri se prepara para enfrentar un juicio oral acusado por asociación ilícita. Por eso para el líder del PRO por ahora el problema es más  judicial que político.

Gabriel Profiti
NA