“Con el plan de lucha anunciado, el bloque piquetero le hace el juego a la derecha reaccionaria, a los conspiradores del Regimiento de Patricios y a las trasnacionales que quieren seguir expoliando al pueblo”, afirmó el ex piquetero Luis D’Elía el martes 1 de junio y se asoció al banquete oficial que encuentra complot y complotistas hasta debajo del tacho de la basura. Aunque ya hace un tiempo algunos integrantes del kirchnerismo venían anunciando de esto, el pasado jueves 20 el ministro de Defensa José Pampuro recibió un inesperado llamado nocturno del presidente Néstor Pingüino Kirchner. ¿El motivo? En el Regimiento de Patricios se estaba realizando una cena para festejar el próximo 25 de mayo, pero en realidad era la eventual tapadera (según los cráneos de inteligencia pinguinera) de una conspiración destinada a tramar un golpe de Estado. Fue Horacio Verbitsky quien, a través del ahora ultraoficialista Página 12, lanzó a rodar esta versión y los días subsiguientes gran parte del elenco gobernante se dedicó a advertir a la ciudadanía de una posible resurrección de los heraldos negros.

 Si bien luego no se encontró la presencia de ni siquiera un miserable fascista a la luz, ni a la sombra, ni agazapado, ni escondido, ni al aire libre, el kirchnerismo y sus satélites estatales y paraestatales aprovecharon la volteada para pegarle una vez más al escaso periodismo que no quiere transar con el Komisario Alberto Fernández. Por si las moscas, bah.

Deben ser los fachos, deben ser

 Seguramente muchos memoriosos recordarán aquel radioteatro denominado La revista dislocada, allá por el segundo peronismo de mediados de los 50. En el citado, un personaje hilarante cada vez que ocurría algo que lo superaba, repetía sin cesar Deben ser los gorilas, deben ser. Y así precisamente se denominó posteriormente a los opositores que pergeñaron y llevaron adelante la masacre del 16 de junio de 1955 y el levantamiento del 16 de septiembre del mismo año.

 Pero más acá en el tiempo, en nuestros días otoñales de junio, el oficialismo intenta torpemente revitalizar eso pero con su torpeza intelectual, cae en lo estrictamente circense y bufonesco. Porque se confunde crítica y criterio independiente con golpismo solapado, liberalidad de opinión con derechismo galopante y crónico, y conducta ética con prácticas propagandísticas emparentadas con el más rancio fascismo.

 Hasta el cansancio se ha manifestado desde este sitio que bajo ningún aspecto se busca deliberadamente el fracaso de Néstor Kirchner, ni ninguno de los que escriben en él es parte integrante de alguna oscura logia de trasnochados fans del Proceso.

 En lugar de saltar como leche hervida, y recurrir a censuras, aprietes, amenazas y otras yerbas, el oficialismo debería tomar debida nota de cada crítica bien intencionada hacia su gestión, preguntándose si la misma tiene fundamento real y si es así, iniciar un diálogo franco y abierto para oxigenar la democracia. Pues, ¿acaso no afirmó recientemente el propio primer magistrado que “me encanta la prensa crítica, el debate de ideas. No hay ni censura ni apriete, Radio Nacional está abierta para el que quiera”.

 Entonces, de acuerdo con esto, todo intento de amordazar o amedrentar está de más. Pero si lo mencionado por el presidente se acata, pero no se cumple; quiere decir que se está mintiendo. Y los responsables no son los mensajeros, sino quienes no saben o no quieren interpretar adecuadamente el sentido del mensaje.

 Fernando Paolella