Ayer habló Aníbal Fernández, compareciendo ante la Cámara de Diputados. Fiel a su estilo, lo hizo en medio de gritos destemplados, escándalo y chicanas de la peor estofa. No sólo para él el delito disminuyó, sino que además se dio el lujo de irritarse ante el informe de Sara Torres, asesora de la diputada de la Coalición Cívica Fernanda Gil Lozano, sobre el acuciante drama de la trata de personas. Pues para el jefe de Gabinete, en este país no sucede esto sino también se trata sólo de una sensación. Habrá que ver qué piensan de esto las madres de Marita Verón y de Alejandra Aguirre, dos víctimas simbólicas del tráfico de personas. Ante el desaguisado ministerial, la CC optó por retirarse en bloque pero Fernández siguió en la suya sin inmutarse siquiera cuando la aludida diputada le espetó airada: “Mirame a los ojos, caradura, estás a favor de la trata de personas”. Muy interesante planteo, ya que si alguien con el poder que ostenta dicho alto funcionario no hace nada al respecto, o lo que es peor, directamente ignora lo que sucede, el grado de complicidad ante esto es altísimo al menos por omisión.

“Si nos hubiésemos sentado a hablar con la Juventud Sindical (en los '70), el país sería otro”, manifestó Cristina Kirchner el martes en el acto del Luna Park. Aunque esto suene conciliador 40 años después del baño de sangre previo al Proceso, en ese entonces ninguna de las organizaciones en pugna estaban dispuestas a esto, menos aún las que habían optado por los fierros. Cuyos dirigentes, luego de desatado el horror represivo, abandonaron a su suerte a los miles de perejiles que creyeron que ellos eran también jóvenes idealistas. El contador residente en Vilanova i la Geltru puede dar firme cuenta de ello, aunque se haga el otario.

Hace un rato, en sólo 20 minutos, el ministro de Economía Amado Boudou también ante Diputados expuso el presupuesto para el año que viene. En él, pronosticó un dólar a 4,05-4,15$ y una inflación anual de sólo el 8,9%:”Una vez finalizada la exposición del ministro de Economía, el diputado de Proyecto Sur Claudio Lozano consideró que el Presupuesto 2011 ‘está bordeando la ilegalidad, es inconsistente’, y ante la prensa acreditada en el Congreso disparó duro contra Boudou: ‘Es un verdadero caradura que venga a presentar el presupuesto 2011 sin haber explicado todavía el 2010’. Para el diputado de Proyecto Sur, ‘están administrando cerca de $ 80.000 millones por fuera del presupuesto del 2010 hay más de $ 60.000 millones de gastos que no están presupuestados siquiera. Lo que queda claro es que el Gobierno viene a plantear un presupuesto dibujado buscando que la oposición lo rechace con el objetivo de de manejarse con una prórroga de manera tal de tener las manos libres para hacer cualquier cosa’. Lozano fue lapidario y señaló ante Urgente24 ‘vamos a un escenario de alta inflación con desacelerización de la económica y retraso cambiario y ajuste por devaluación’”, según constató este mediodía el sitio homónimo.

Crispación de la sinrazón

Les gusta a los adherentes a este modelo reírse del término crispación, siguiendo a pie juntillas el dudoso humor de Néstor Carlos Kirchner, cuando se mofaba de Clarín hace un tiempo atrás. Verdaderamente, aunque más les pese, el enojo es el sentimiento que más los caracteriza. Pues se enojan cuando alguien discrepa, cuando se les dice que están equivocados, cuando se les advierte que su percepción de la realidad es diferente a la del resto de los argentinos, se rayan cuando llueve, cuando no llueve, cuando protesta el campo por las retenciones abusivas, cuando la gente explota de ira al reclamar seguridad, cuando se piden salarios justos, cuando, en fin, alguien tiene la tremenda osadía de pensar u opinar distinto.

Lo paradójico de todo esto, es precisamente que ellos se creen (y los creen) progresistas. Gracias a ese peligroso travestismo ideológico, los que irremediablemente quedan en la vereda de enfrente, como se dijo en un análisis anterior, son procesistas, ultraderechistas, conservadores, fascistas, opositores irredentos de este modelo nacional y popular. Y te la tenés que bancar, sobre todo los ataques aludidos anteriormente en la web, a cargo de twiteros, bloggeros y facebookeros rentados por el oficialismo cuyo fin último es intoxicar el ciberespacio de burlas, denuestos y puteadas varias.

Ante semejante parafernalia, resulta engañoso comentario de la señora Presidenta el martes, en virtud de un dudoso revisionismo histórico, pues precisamente ni su marido ni sus adláteres se caracterizan precisamente por la tolerancia, la concordia y la conciliación con adversarios y opositores. Sobre todo, en un día como hoy en que se conmemoran los aniversarios del golpe de estado de 1955, y la tristemente célebre Noche de los lápices, de 1976. Dos monumentos sangrientos de lo que puede lograr la violencia política, fruto de elevar fin último la crispación de la sinrazón.