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JUICIO EN BAGDAD, LA ESCENA DEL CRIMEN

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(ANYONE BUT BUSH)
(ANYONE BUT BUSH)

    Habían instalado una Dysneilandia del terror, con montaña rusa y todo. Mickey Mouse ya estaba en los tapices de Bagdad. Fotografiaban el horror a espaldas del miedo, testimonio escueto de la perversidad, la imagen adorada de la bestia en el reflejo del oscuro revelado fotográfico. Clic Kodack. Ninguna instantánea más perfecta, que el propio horror. Los rostros reflejan el gozo de una misión cumplida, y que eran simples peones de una orden superior. Muchachos del campo, niñas de extraviadas infancias dentro de la Unión, tan lejos de casa con esas instrucciones de  manuales, órdenes verticales: “cúmplase”, Yes, Sir. Chivos expiatorios, los verdugos, conejillos de indias, sus víctimas. Quizás nunca antes se empedró un camino más difícil para la reelección en la Casa Blanca. Viet nam fue una guerra miserable, pero esto es sevicia, perversidad, maldad, un viaje espontáneo al infierno. Dentro de los viejos muros sanguinarios sólo se ha construido más horror.
   No hay retorno de este despeñadero, y se viene el Gordo Moore, antes del 4 de julio con  Fahrenheit 9/11, que incendia la temperatura de la libertad, estatua sangrante de Abu Ghraib, el palacio carcelario de Saddan Hussein. que el Number One puso ad valoren, con su manual de torturas.
  
 
(Pienso en Filadelfia, no precisamente en los saltitos que dio Rocky Stallone en Fairmount Park, sino en el sitio fundador de la Nación. El pasado no puede transformarse en un frío plato de lentejas o en el esqueleto vacío de un Hot Dog. Perros que nos ladran en silencio en esta guerra sin fin, y que ridículo resulta el aventurerismo idiomático, prehistórico, del Fin de la Historia del inefable Francis Fukuyama. ¡Todo  es posible in America!, hasta lo imposible, como ocultar la verdad del mundo en un puñado de polvo miedoso. Se me apaga en un ruido amarillento, leproso, artificial, la vieja Campana de la Libertad, aquí en Filadelfia. Independence National Park, hermosos jardines para otra época, debiera verme con el poeta en  el Twenty 21 y brindar porque la noche está estrellada y titilan azules los astros a lo lejos.  Le hablaría de irnos a Groenlandia, la isla de hielo más grande del mundo, mientras se patina en silencio y al otro lado del planeta la Tierra es una  endemoniada bola de fuego que no cesa de auto combustioanarse. Los rostros se miran y se borran en el hielo, pero es una imagen real, que le pertenece al instante. Algo que más nadie puede repetir, nuestros rostros que en silencio repite la nieve.
  
 
Había una vez una isla en un reino muy lejano...Margarita era su soberana, y sus 56 mil habitantes querían y aún desean, deshojarse de Copenhague... En verdad, el lugar ideal es La Patagonia, el límite del Sur que se extiende más al Sur. Ahí, donde los sueños son aire, mar y tierra, fundaría un periódico con el poeta y a ratos enseñaría en una escuelita. Es mi paréntesis personal, señor Editor. ¿Qué sería de un periodismo sin sentimientos, historias, sin la gente?)

  
Aunque días atrás, El Number One anunció la demolición del recinto carcelario, como una manera de limpiar la sangre,- como si la tortura y la muerte resistieran otro maquillaje,-un juez militar calificó el sitio de escenario del crimen y revocó la orden presidencial. Aún los pies no dominan la cabeza y el sombrero o la boina, ceden paso oportuno a las ideas.
    Leo las portadas de la prensa mundial en esta pantalla alucinada de información, muchas tapas se repiten con la misma, idéntica información, se privilegian los mismos hechos con el mismo hilo de una puntada idéntica. Todo se resume en unas cuantas palabras: guerra, terror, Irak, muertos de espanto, inmolaciones, muro de Israel, Palestina, Franja de Gaza, petróleo, Afganistán, Chechenia, y todo este carrusel, apunta al Number One. ¿Quién detiene a Lucifer? 
  
Me sorprende si, un titular del diario chileno El Mercurio, muy conservador y disciplinado con Washington, cuando dice: “Resistencia iraquí decapitó a rehén surcoreano”. Por primera vez leo la palabra resistencia y no terroristas.  (sic?) ¿Lapsus linguis?. ¿Es señal que avanzamos Sancho sobre la misma piedra, pero con un mejor estilo que el de los Molinos de Viento? El Cid cabalga, amigo Quijano, cosas veredes, mi señor.
    Me imagino en esta noche más inmensa, sin el poeta, deambulando por los laberintos kafkianos y borgeanos  a GWB, en El Castillo del terror de la cárcel de Abu Ghraib, porque ahí están las pesadillas del mundo, para que ir más lejos. Allí se desplomaron nuestras convicciones, la razón de la sin razón, una guerra contra nosotros mismos. La teoría de la autodestrucción del stablishment, no es imaginaria.  Hollywood y el Gordo Moore, tienen un material virgen  por explorar. Corre el rollo. Y es también la película rusa en Chechenia, de los dos grandes protagonistas de la Guerra fría, perdidos en la noche del siglo XXI, un laberinto construido a imagen y semejanza del terror.
    Me sorprende la noche, con esa mirada de otros tiempos, sin fundación, arraigo, de esa negra de Sudán, en Dauf, desplazada de sus propios pies, deshabitada de si misma, como de millones de otras personas en el mundo, es la ausencia de los tiempos que sus ojos matizan un mundo ciego. No hay retorno para un mundo en constante fuga. Los caminos del desierto son reales, no espejismos, existen desde antes del viento. El hombre y el camello hicieron una huella imborrable en los tiempos. Un hogar definido por las estrellas y el gran espacio de arena inimaginado.
    Estos son pies sin dirección. Cuerpos abandonados al azar de una materia que se les transforma en invisible escenario. Huyen de si mismo para no convertirse en sombras. Millones de desplazados, errantes en sus propia tierras, gitanos, palestinos, negros, árabes, y del lado nuestro, el paisaje es un largo sendero hincado en Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica y México, que se cuela por  el  “Sueño Americano”, como esa rata campera que describe Ezra Pound en su poema. Pienso en el pavo de plástico el Día de Acción de Gracias en Bagdad, rodeado de una tropa que ignoraba lo que venía y de un país aún creyente, más allá de ese memorable día. El pavo de plástico fue un mal presagio, un chiste. Detrás de todo, estaba la fantasía, una antesala brillante de la mentira. Parece un mundo lleno de judíos. La pobreza errante, y el agiotismo con su santa mirada libidinosa. Muros, catedrales, lamentos y más Fukuyama con declaraciones sobre el 11 de septiembre de Manhattan,  francamente vacías, anodinas, obvias, plásticas, cosméticas, simplemente tardías por inútiles y de un esquisto cliché.
  Un  posible backlash (reacción negativa), dice ahora, como el síndrome de Viet nam. “Nuestros Gurú”, no conducen a Roma y menos a la Casa Blanca. Debemos pensar en lo que hizo Aladino ese día mágico  ante las 99 ventanas, cuando buscaba a su esposa Badrú’l-Budllr y la falsa vieja santa de Fatmah, intentaba desunirlos con estratagemas.
    Haile Selasse, el último emperador de la pobre Etiopía, ignorada casi por los mapas, brindaba un banquete en su palacio preferido: Laberinto del Templo. El pobre Emperador era más derrochador, quizás por la tradición, e incluía en sus cenas, 20 pavos,
800 huevos duros que serían rellenados, antes de ser asados, con 30 canastos de bollos de carne sazonados con  perejil y especias. Luego, se asarían 2 antílopes gordos, bañados en manteca de leche de camello. Una vez los pavos asados y rellenos,  servían de relleno de los antílopes. Los huevos duros completarían el relleno   de los antílopes. Seguidamente se traía un camello vivo hasta el jardín, donde era sacrificado y asado sobre las brasas, sin el cuero. Cuando el camello estaba a punto de quedar asado, era rellenado con los antílopes, completando los espacios vacíos con pescado. Los convidados eran recibidos,  con sus  cubiertos de oro, a modo de entrada, con cochinillos y corderitos asados. Luego, se servía un guiso y una carne de buey fría con salsa negra. El plato principal, el camello relleno, se trozaba hasta que cada comensal recibía en su plato un trozo de camello, uno de antílope, uno de pescado y uno de pavo con su correspondiente relleno. La democracia perfecta en el corte y distribución, en un Reino que moría de inanición.
    Filadelfia, Filadelfia, raíz, principio, cuna,  nacimiento, origen, pasado, historia, una calle donde nace mi mano, Elfreth´s alley, la libertad no se piensa, se toma.
We, the people".

 

Silvia Banfield

 

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