En los días que siguieron a la muerte de Néstor Kirchner, algunos columnistas de los diarios recordaron anécdotas del ex presidente de las que fueron protagonistas.
En Clarín, Julio Blanck evocó que “Néstor Kirchner era un presidente que andaba con plata en el bolsillo. Alguna vez manoteó unos billetes de 100 pesos para pagar el almuerzo que terminaba de compartir con su jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y dos periodistas”. Y añadió: “Años después, todavía Presidente, en una larga sobremesa en la quinta de Olivos sacó su billetera y mostró el generoso contenido al periodista. ‘¿Ves?, acá tengo todo el sueldo de este mes. Si no lo puedo gastar... No pago esta comida, si quiero ir a un lugar me llevan, la ropa tampoco me la compro’”.
También en Clarín, Walter Curia recordó una frase sobre la ciudad de Buenos Aires que Kirchner dijo delante de él: “La bruma de junio en esta ciudad me emputece”.
En La Nación, Joaquín Morales Solá recordó un diálogo un tanto más ríspido: “luego de una de las muchísimas veces que vapuleó a este periodista (…) nos reunimos para tomar un café” y “se produjo este diálogo que lo pinta de cuerpo entero:
-Usted sabe que lo que me imputó es absolutamente falso- le dije.
-Sí. Pero usted quiere que otro presidente ocupe este despacho- me respondió.
-¿No cree que estamos hablando de dos cosas distintas?, le pregunté.
-No -me contestó-, y pasó de inmediato a hablar de otro tema”.
En Página, Mario Wainfeld recordó que, “como se conoce, (Kirchner) a veces se enfadaba por una nota. Al cronista le tocó, en varias ocasiones. Llamaba por teléfono o discutía de cuerpo presente. ‘¿Puedo criticar?’ empezaba, burlón. Había leído en detalle, podía embroncarse mucho o chicanear o las dos cosas”.
Fuente: DsD
Redacción de Tribuna de Periodistas