Dicen que la orden la dio Néstor Kirchner antes de morir. En todo caso, si efectivamente empezó a cumplirse, como ha trascendido, la tropa kirchnerista no hace más que mostrar la intención de respetar el plan elaborado por el desaparecido líder, de cara a la elección del 2011.
Otra vez, el control de la provincia de Buenos Aires –esa obsesión que tenía el santacruceño en vida— es el eje de la jugada en cuestión: sutilmente, el oficialismo empieza a operar sobre el llamado Peronismo Federal. Que, en verdad, en territorio bonaerense pasa por la figura de Francisco De Narváez.
Se trataría de una movida que busca "vaciar" ese espacio opositor de perfil peronista. Tarea de seducción que, luego del fallecimiento de Kirchner, ha quedado a cargo de operadores con oficinas en la Casa Rosada.
Un golpe político
Es curioso, para De Narváez la salida de escena del ex presidente fue un golpe político fuerte. Desapareció su contrafigura, el objeto de confrontación que le había servido para construir su armado provincial, todavía hoy un poco débil. Lo mismo le pasó a otros dirigentes opositores.
Según esta lógica de cooptación y convencido de que no habría internas en el peronismo porque nadie le daría batalla, Kirchner buscaba edificar un rival en la Provincia, donde aparentemente los colores oficialistas serán defendidos por Daniel Scioli. Es el truco de elegir a tu propio enemigo.
¿Pero justo se inclinaba Néstor por el que había logrado vencerlo en 2009? Es posible. Es que el kirchnerismo especula con un escenario en el que De Narváez competirá por la gobernación pero sin candidato en el rubro mayor de la boleta.
Justamente en un comicio donde traccionará muchos votos el postulante presidencial. Es una desventaja objetiva para el "Colorado".
Encima la fuerza política de De Narváez no está en su mejor momento. Está distanciada —aunque sin romper del todo— del PRO, esquema que responde sólo a Mauricio Macri.
Al punto que Jorge Macri, primo del alcalde porteño, ya está diciendo que él es candidato a gobernador de su espacio. O sea, un rival interno de De Narváez, cuya candidatura hasta hace poco no se discutía.
Algunas deserciones
El denarvaísmo viene de sufrir, además, algunas deserciones. Como la del senador provincial Antonio Nieto, quien saltó al kirchnerista Frente para la Victoria. O el caso más resonante del diputado Emilio Monzó, que llegó a presentarse como armador provincial del "Colorado".
Pues bien, Monzó acaba de despegarse del espacio. El asegura que se dedicará a armar un grupo "sub 45" con ambiciones grandes pero está muy extendida la versión de que, en verdad, se puso a disposición de la construcción de la candidatura presidencial de Macri.
Es que, según las fuentes consultadas, la tarea de reclutar a Monzó recayó en el mencionado Jorge Macri y, sobre todo, en el ministro de Espacio Público porteño, Diego Santilli, un amigo entrañable.
Otras versiones sitúan a la ya célebre pelea entre Monzó y el sindicalista petrolero de Avellaneda Alberto Roberti —tan dura que casi se convierte en una escena de pugilato— como el origen de la deserción del ex intendente de Carlos Tejedor.
Roberti es el esposo de la diputada provincial Mónica López, espada del "Colorado" en la Legislatura. Ese matrimonio, junto a Alfredo y Gonzalo Atanasof, a Osvaldo Mércuri y al senador Alfredo Meckievi, de Dolores, componen el núcleo duro del ex duhaldismo que está con De Narváez.
Digámoslo: en la coqueta central de campaña del diputado nacional, en el barrio porteño de Las Cañitas, viven estas presencias con cierta actitud culposa.
Por cierto: asoma un nuevo nombre como mandamás de la campaña de De Narváez, sillón caliente que se ha devorado a varios. Es el del jefe del gremio de empleados de los juegos de azar, Daniel Amoroso. Hombre de la política de la Ciudad de Buenos Aires, Amoroso tendrá la tarea de entenderse con la tropa provincial del Colorado. Polémica interna en puerta.
Operativo de seducción
Lo dicho: el kirchnerismo ha empezado una tarea de seducción a los peronistas que están "del otro lado", siguiendo la directiva de Néstor de tratar de que todos los peronistas compitan por adentro del PJ. Se emitió un mensaje: "Hablemos con todos".
Apunta el oficialismo a explotar a su favor esas grietas que parecen aflorar en el denarvaísmo, a propósito del estilo de conducción muy ligado a lo mediático que tiene el "Colorado".
Existen algunos nombres apuntados: Juan José Alvarez, a esta altura más cerca del Gobierno que de la oposición, Graciela Camaño, Atanasof padre.
Según fuentes K, el límite de esta voracidad seductora es el propio De Narváez. Porque tampoco es cuestión de quedarse sin rival.
Acaso el viernes último, cuando reunió a la tropa provincial en La Plata, de Narváez haya buscado prevenir este posible drenaje de dirigentes.
"Nosotros tenemos una ventaja. La relación suya con la gente es directa e inalterable", aseguran los hombres que lo acompañan en sus caminatas por la Provincia. Quedan otros interrogantes que serán determinantes para saber si el kirchnerimso tendrá éxito en su tarea: el rol político—partidario que adopte la presidenta Cristina Fernández una vez que elabore su duelo.
Algo de lo que antes jamás se había ocupado.
Mariano Pérez de Eulate
NA