En los últimos días el legislador nacional Francisco de Narváez, ha dado un vuelco en lo que a críticas al kirchnerismo respecta y, esta vez, ha achicado el campo de batalla desde la Nación hasta la provincia de Buenos Aires.
Luego de que el gobernador Daniel Scioli fuera a Brasil a tomar cátedra sobre la manera más eficiente de construir favelas, fue duramente cuestionado por De Narváez a raíz de los altos índices de pobreza de dicha provincia. "El gobernador Scioli hace con la pobreza lo mismo que los Kirchner con la inflación: tratar de esconderla", destacó el legislador luego de las declaraciones emitidas por el Gobernador, en las cuales sostuvo que "el crecimiento de las villas de emergencia no está relacionado con el aumento de la pobreza" y que "la asignación por hijo está haciendo bajar los índices de pobreza e indigencia".
Es que, entusiasmado con las problemáticas bonaerenses, el empresario afirmó que "es inadmisible que el Gobernador niegue la grave y triste realidad en la que viven millones de bonaerenses que no tienen vivienda digna, ni agua potable, ni cloacas, ni asfalto, ni veredas, ni seguridad ni acceso al trabajo, cuando las estadísticas de su propio gobierno dicen que hay más de 2 millones de bonaerenses viviendo hacinados en la marginalidad.”
Pero ¿qué hizo que el empresario, al que acostumbramos ver centrado en la esfera nacional y ocupado en los problemas de nacionalidad que lo impiden ser un completo candidato presidencial, de repente se vea inmiscuido en la problemática que a los bonaerenses azota?
Hace unos días atrás, un periodista de este medio tuvo un breve intercambio de palabras con uno de los operadores políticos de De Narváez, y le planteó de manera ingenua este mismo argumento: "por qué de repente tanto interés por la provincia y cómo sortear los obstáculos de la nacionalidad colombiana", inquirió el cronista.
–“Qué, ¿no entendés?, Francisco apunta a Papa para ser obispo, el tipo es brillante.” Fueron las escuetas y claras palabras que pusieron fin a la cuestión.
De Narváez sabe que su nacionalidad le pone difíciles trabas en las ruedas de la carrera presidencial, pero al parecer, él nunca estuvo pensando en eso, si no en volar más bajo, pero con toda la popularidad acopiada que ganó en estos últimos tiempos.
La estrategia parece ser parte de las tácticas propias de un empresario. Estrategias y estrategas del poder, lo increíble es que, al momento de solucionar los problemas de la población, las ideas brillantes merman paralelamente a los bolsillos de la gente.
Equipo de Política
Tribuna de Periodistas