Últimamente en nuestro país todas las pelas parecen haberse vuelto políticas, incluso en la farándula argentina.

Desde que el kirchnerismo del segundo mandato logró cooptar —a partir de las cuestionadas candidaturas testimoniales— a una serie de personajes televisivos con la esperanza de mejorar la imagen por demás alicaída desde el conflicto con el campo, el gobierno invitó al escenario oficialista a personajes como Nacha Guevara o Andrea del Boca, entre otros, que comenzaron a defender a capa y espada a “el modelo”. Lo cierto es que el circo que pensamos que no duraría demasiado parece estar extendiéndose más de lo planeado y con consecuencias bastante peligrosas.

En la madrugada de ayer, al menos tres hombres que maniataron y amenazaron con armas al encargado de seguridad del edificio donde vive la conocida conductora Mirtha Legrand, tardaron 15 minutos en desenvolverse por el amplio departamento de la diva para acudir a su caja fuerte y a sus joyas.

Los ladrones no sólo tenían llaves de la entrada del edificio, sino que manejaban la información de que el guardia, de más de 70 años, tenía que ir al baño seguido y allí lo redujeron.

El robo fue perpetrado cerca de las 2 de la mañana, cuando el departamento estaba vacío, ya que Legrand había anunciado públicamente que viajaría a la ciudad entrerriana de Colón para asistir al festejo de un casino. Con el departamento desocupado, los asaltantes se llevaron la caja fuerte de 80 centímetros de alto ubicada dentro del ropero de la conductora, y al bajar sustrajeron el microprocesador que controla las cámaras de seguridad del edificio.

Tanto Legrand como algunos efectivos policiales confirmaron que el robo fue perpetrado gracias a la complicidad de alguien de confianza, ya que ninguna puerta fue violentada; sin embargo la conductora insiste: “no puedo sospechar de nadie, toda la gente que me rodea es de muchísima confianza.”

Lo cierto es que luego de la pelea pública entre actores K y Legrand, y desde el cable de Wikileaks donde se conoció que Sergio Massa durante su gestión al frente de la Jefatura de Gabinete, decidió aceptar la invitación al programa de Mirtha, pero que una vez en el estudio y minutos antes de salir al aire recibió una llamada de Néstor quien le ordenó retirarse del canal porque Legrand era “una figura de la oposición", pelearse con “la chiqui” estuvo presente en la agenda de varios personajes esta semana, y concatenar los hechos resultó inevitable.

Es dable recordar que el ministro de Economía Amado Boudou, había hablado a fines del mes pasado en el programa ultra oficialista 6.7.8, sobre la conductora en los siguientes términos:

 "Cuando Mirtha dice soy rubia por afuera y por adentro, sus palabras son doblemente discriminatorias. El mensaje de Mirtha es muy denso, muy pesado y, a su vez, se transmite a través de la no política". Luego la productora del canal K puso en el aire un compilado del ciclo de Legrand en el cual Mirtha reprochaba a una colega por su posición "demasiado politizada, muy de izquierda".

Así, los demás artistas tan súbitamente militantes, no le declararon la guerra ni a la inflación ni a la pobreza, sino a Mirtha Legrand.

En un programa uruguayo, el reciente oficialista Federico Luppi se refirió a la veterana conductora como “una ignorante pobre de espíritu”. Un par de días después, Legrand consideró que las palabras del actor estuvieron "desubicadas y fuera de lugar. Emplea los mismos términos que empleó el jefe de Gabinete Aníbal Fernández cuando se refirió a mí", añadió públicamente.

Con ese panorama los rumores que ligan el asalto con el enfrentamiento ideológico de algunos personajes faranduleros, no se hiceron hecho esperar.

El titular de Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat, Luis D´Elía, divulgó en su cuenta de Twitter que la animadora se “hizo afanar para victimizarse y culpar al gobierno”. Y remarcó que “Mirtha dijo que la gente decía que en el ataúd no estaba Kirchner, hoy yo digo que la gente dice que es un autorrobo”. La misma versión fue reproducida con exactitud en casi todos los portales de noticias que publicaron el hecho. A pocas horas de lo acontecido, algunas dudas pueden apreciarse en el asunto:

¿Por qué Mirtha en su primera declaración pública aseguró que “no se trató de un robo cualquiera, sino de uno muy importante”, cuando horas después su hija Marcela dijo a los medios que, “cuando la abran (a la caja fuerte) se van a llevar una sorpresa, dado que lo que encontrarán dentro no logrará que haya valido la pena el esfuerzo que necesitaron para mover y llevarse la caja”?

¿Por qué la producción de América TV le recomendó antes de su programa habitual del día de hoy no dar demasiados detalles sobre el efectivo que se encontraba en la caja de seguridad robada?

¿Por qué se intentó minimizar la suma?

¿Por qué se habla de profesionales del delito al haber hecho algo tan poco común en un robo doméstico como deshacerse de las cintas de seguridad, pero que según Mirtha no fueron tan duchos porque les faltó llevarse algunas joyas que tenía en un cajón?

¿Por qué desde el gobierno nacional prefirieron no emitir opinión sobre el asunto cuando en enero de este año el jefe de Gabinete manifestó "solidaridad" con la conductora televisiva, quien sufrió un escrache por parte de una agrupación kirchnerista?

Por más que Legrand haya negado implicancias políticas en el asalto, ¿no es al menos llamativo que este suceso ocurra en un momento tan tenso entre la conductora y el oficialismo, sobre todo en lo que a “seguridad” respecta?

Es posible que tres asaltantes movilicen “a mano” una caja de seguridad de 100 kilos y un CPU? 

La frase que Mirtha hoy propinó en el habitual lugar que le da a sus anunciantes en el escritorio de su programa: “no voy a hablar más de inseguridad porque me trae muchos disgustos”, ¿encierra a este asalto como uno de esos disgustos que le provocan tocar el tema de la inseguridad?

Si bien en un principio se había estimado que lo robado se trataba de $600 mil, ahora los investigadores estiman cifras mucho más altas y en dólares, lo que significaría un asalto casi express con pocos antecedentes en el país. 

Equipo de Investigación de Tribuna de Periodistas