Si algo parece caracterizar al ministro de Economía es su sentido de oportunidad para exponer sus falacias discursivas, coordinando a la perfección extemporaneidad con un excelente sentido del humor como cuando por ejemplo solía expresar que “la inflación, en caso de existir, solo afectaría a las clases altas”.

Esto, traducido a términos más coloquiales equivaldría a decir “que para errarle tiene una extraordinaria puntería”.

Hace pocas horas, Amado Boudou, dijo desde Francia que el pago al Club de Paris "es el último gran problema a resolver por la Argentina”.

Desde el ovni por el cual parece haber sido abducido el máximo referente del Palacio de Hacienda, debió haber tenido una visión bastante distorsionada de la realidad nacional. ¿Qué otra explicación puede haber para semejante razonamiento?

Para el Lic. Boudou, el pago al Club de París no solo constituiría un problema superior al desastre que estamos viviendo por estas horas a nivel local sino que además, luego de ese, ya no habría ningún otro de relevancia.

Sin embargo, desde una perspectiva lo suficientemente benevolente se podría pensar que se refería exclusivamente a la materia económica, y ni aún así es posible asimilar su reflexión con lo que venimos observando desde hace varios años: falseamiento de los indicadores oficiales, impuesto inflacionario, contabilidad creativa en las cuentas nacionales, presupuestar en menos los recursos previstos para luego decir que hubo superavit fiscal y utilizar ese supuesto excedente con absoluta discrecionalidad, dilapidación de fondos del Anses, hacer figurar pasivos como activos en el balance del BCRA para simular excedente de reservas, seguir pagando la ilegitima deuda externa que no ha sido sometida a ningún tipo de análisis oficial a partir de la conformación de una comisión ad hoc para que la investigara seriamente, y etcéteras mucho más graves por su vinculación con la ilicitud y la complicidad.

Siguiendo con la secuencia de disparates, el ministro también expresó que el mecanismo de usar reservas del BCRA para cubrir deuda externa resultó exitoso pese a la resistencia de la oposición, por lo que podrían usarse unos 6 mil millones nuevamente a tales efectos, aclarando que no se pensaba pagar en efectivo dado que el gobierno nacional estaba “defendiendo los intereses de la Argentina”.

Boudou, manifestó asimismo su conformidad luego de la reunión con el director del Club de París y admitió que existen muchas expectativas de poder avanzar en las discusiones.

Finalmente, luego de explicar las etapas que conformarán las negociaciones, dijo que lo prioritario era determinar un plan de pagos que permita a la Argentina “seguir creciendo y teniendo inclusión social”.

Tal como parece, el Sr. ministro de Economía de la Nación sigue conservando intacto su particular sentido del humor.

Nidia G. Osimani