Hace pocos días nos conmocionábamos con la cantidad de mujeres policías secuestradas y asesinadas en Ciudad Juárez, la urbe más violenta de México. El caso más resonante fue el de Erika Gándara de 28 años, la única oficial de Policía del poblado de Guadalupe Distrito Bravos (vecino de Ciudad Juárez), quien fue secuestrada en su vivienda por un grupo de hombres armados durante el pasado mes de diciembre.

Pues parece que la Argentina se sigue reflejando en México en lo que a corrupción y narcotráfico representa. El día 12 de enero último, una oficial de la Policía Federal, que denunció ante sus superiores presuntas irregularidades ocurridas en la seccional donde desempeña funciones, se encuentra desaparecida, de acuerdo con la denuncia formulada por su madre Silvia. 

Verónica Maidana, de 29 años, desapareció el miércoles al mediodía, cuando mantuvo la última comunicación telefónica con su madre desde la zona del barrio porteño de Constitución.

“Mi hija tenía dos celulares, la pareja de ella le pidió uno que no usaba y un día abrió ese celular y se dio cuenta de que este señor usaba el celular de mi hija para liberar la zona de los pungas y todas las cosas habidas y por haber”, relató la madre de Verónica a diferentes medios.

Según lo que narró, eso provocó la ruptura de la pareja y la mujer habría denunciado los hechos a Asuntos Internos. A partir de ese momento la vida de Verónica se tornó un calvario, su denuncia no fue bien vista ni por sus compañeros ni por su ex novio. Cartas con amenazas, mensajes intimidatorios escritos con letras recortadas llenas de insultos y amedrentaciones, y hasta un intento de atropello por un auto le esperarían a Verónica.

"Ahí empezaron los aprietes, le mandaron mensajes intimidatorios y llamados amenazantes porque al parecer Asuntos Internos le informó al jefe de la seccional 1ra lo que estaba pasando con la denuncia, y empezaron las represalias" indicó la mujer. 

A Adrián Arias, lo apartaron de la Brigada de Investigaciones pero lo dejaron seguir trabajando en la Federal.

Silvia tiene fuertes dudas de que los hechos tengan relación con denuncias que su hija habría efectuado hace tres meses contra sus propios compañeros de trabajo.

La mujer también comentó que el mismo miércoles, cerca de las 6:00 de la mañana, la oficial había salido de su domicilio con destino a la comisaría 49 para cumplir con sus trabajos cotidianos, aunque en el trayecto un auto intentó atropellarla. 

"Tenía que entrar temprano, pero cuando estaba yendo la quisieron atropellar con un automóvil. Verónica pudo evitar la agresión y volvió a casa muy nerviosa, me dejó todas sus cosas, y al mediodía se fue de nuevo", relató Silvia, madre de la oficial a diferentes medios televisivos. 

Continuando, Silvia destacó que el último contacto con su hija se produjo ese mismo día cuando en una comunicación telefónica Verónica dijo que "andaba por Constitución", pero después de eso ya no tuvo más noticias de ella. 

Hace aproximadamente tres meses la oficial de Policía había denunciado a un grupo de compañeros de la fuerza porque se enteró de que supuestamente "liberaban" zonas del microcentro porteño en connivencia con "punguistas" que operaban en ese sector.

Esta situación hace sospechar a los familiares que el intento de atropellarla con un automóvil y la posterior desaparición de Verónica podrían tener relación con la denuncia realizada ante Asuntos Internos de la fuerza y podrían tratarse de una represalia organizada por sus compañeros.

Como si fuera poco, a la oficial la apartaron de su lugar de trabajo y la enviaron a la Comisaría 49 de Saavedra ubicada en un lugar muy alejado de su vivienda al que debe concurrir tomando al menos tres colectivos. 

Tras una reunión mantenida con altos funcionarios de la comisaría 49, Silvia formuló declaraciones a la prensa en las que resaltó la necesidad de recibir ayuda de parte del gobierno porque "durante estos meses mi hija me decía que sus compañeros le habían
soltado la mano".

Absolutamente convencida de que la desaparición está estrechamente ligada a las denuncias, la angustiada mujer señaló que "la Policía Federal nunca hizo nada para cuidarla, la expusieron y ahora pasa esto que es una pesadilla".

“Yo estaba haciendo compras en Solano y vi a Verónica muy asustada. Le pregunté qué le pasaba y me contestó: ‘Me tuve que volver por el problemita que vos ya sabes’”, especificó Silvia. Luego de eso, la oficial regresó a su trabajo. Desde Constitución se comunicó con su mamá y le dijo por última vez: “Llegué bien porque tomé otro camino, aunque si me pasa algo, vos ya sabés”. A partir de ahí, cuando el reloj del miércoles marcó las 13.30, su destino es una incógnita.

“Ella me dejó su celular, que ayer lo presenté ante la comisaría porque tiene mensajes que dicen ‘perra, por tu culpa bajaron al primo’, ‘a la gente como vos que no sabe cerrar la boca se le corta la lengua’ o ‘vas a llorar sangre’”, manifestó Silvia.

El jueves por la tarde, la familia Maidana fue a la casa de Arias. Allí, él los recibió y les dijo que “no sabe nada” y que “no está involucrado en el tema”. Para defenderse, afirmó: “Yo también recibo mensajes anónimos”.

En el día de ayer, autoridades del Ministerio de Seguridad dispusieron el pase a disponibilidad preventiva del oficial Adrián Osvaldo Arias por la desaparición de Verónica. Mientras, un grupo en Facebook creado por este periódico mantiene al tanto sobre el caso y logra recolectar pistas para la aparición con vida de Verónica. 

Eliana Toro