Son de público conocimiento los últimos sucesos de violencia en los cuales cayeron víctimas policías en servicio, particularmente revistando en filas de la Bonaerense. Pero sus homólogos de la Federal no la están pasando mejor, dado que atraviesan una situación dramática debido a la escasez de insumos, hostigamiento y persecución por parte de la superioridad de dicha institución y absolutamente huérfanos de representación por parte de su máxima conducción.
Hace un par de días llegó a esta redacción un informe anónimo proveniente de efectivos descontentos de una repartición policial sita en Capital Federal, más concretamente en el tradicional barrio de San Telmo. Como se entiende en este tipo de situaciones, se mantiene en absoluta reserva tanto la identidad de quien elaboró el mismo como también la del resto del personal afectado a esta anómala situación. El mismo se transcribe a continuación:
A quien Corresponda:
Por intermedio de la presente me dirijo a usted, con el respeto que se merece, con motivo de ponerlo en conocimiento, las diferentes y complicadas situaciones que se están viviendo y padeciendo en el numerario de la Comisaría 14°.
El personal de dicho numerario, esta cumplimentando servicio, bajo presión absoluta de “abuso de autoridad”, “hostigamiento”, “persecución” y “maltrato psicológico”, por parte del Sr. Jefe de la misma Comisario Carlos Osvaldo RIVAS. No cumplimentando con el Capitulo I, Articulo 12 del Decreto Nº 1.866/83 de la Reglamentación.
Asimismo los que dicen ser su gente, el Ayudante (f) Luchina Gisela A/cargo de la Oficina de Administración, quien por ser mujer del Sr. Comisario BRONDO Roberto, 2° Jefe de la Dirección General de Operaciones, se siente una persona con poder, y eso hace que el personal no pueda dirigirse a ella, porque no les soluciona ningún tipo de situación y responde a las inquietudes del personal respondiendo en reiteradas oportunidades, que les dejen de “romper las pelotas”, léxico no acorde para la función de la encargada de dicha oficina.- Es soberbia mal hablada, y cabe destacar que la Sra. Oficial cobra treinta (30) servicios de ferroviaria, los cuales no son cumplimentados, en virtud que se encuentra de tres meses y medio de embarazo. Conjuntamente con el Cabo (f) Valenzuela Carolina, Agente (f) Arce Débora, ambas de la misma oficina, quienes figuran en el servicio bajo régimen de Policía Adicional, siendo el beneficiario “Parque Lezama”, así dejándose al descubierto que el personal del numerario ya antiguo en cumplir con este servicio, fueran despojados como animales de dicho Parque. Asignándole a cada una diez (10) y nueve (9) días consecutivamente.
Dentro de las falencias negativas de los hechos, también el Sargento (f) Opiosso Mariel, quien cumplimenta sus funciones en la oficina de judiciales, figura en la planilla de asignación de adicional del parque, veintiuno (21) días, obviamente no concurre a dicho servicio, quedándose en la oficina o tratando de hostigar al personal bajo tono de voz amenazadora al dirigirse a los subalternos.
El Cabo Preste Ramón, quien se encuentra a cargo del mantenimiento edilicio, es uno más de estas personas desagradables, soberbias y manipuladoras, quien se encarga de crear un ambiente pesado y “aplica” como se dice comúnmente a los Agentes, Suboficiales y a un que otro Oficial, dejando en claro la falta de conducción del Sr. Comisario, el mencionado Suboficial tiene asignado el servicio adicional, siendo el beneficiario la cancha de San Lorenzo sito en Av. Fernández de la CRUZ y VARELA, pero este es cubierto con personal de servicio ordinario a quienes lo hacen figurar franco de servicio, pero los días cubiertos en la planilla figura el Sr. Preste, cabe destacar que también figura catorce (14) días en el parque Lezama.
En reiteradas oportunidades, el personal de la dependencia fueron maltratados por este grupo de personas quienes se consideran con poder absoluto, para trasmitir como ellos indican las directivas del Sr. RIVAS, siendo este una persona con antecedentes visibles de desprolijidad, aspecto de un bebedor compulsivo de los que fueron testigos policías y civiles de tal situación, cuando por lo menos una vez al mes, realiza almuerzos en el quincho de la comisaría y verdaderamente es lamentable el aspecto con el que termina, no conforme con eso envía a comprar más bebidas alcohólicas, siendo su preferida el whisky, comentan personas allegadas a el, para quedarse hasta altas horas de la noche, retirándose de la dependencia acompañado por uno de secuaces hasta su vehículo, y es considerable una falta de respeto hacia la comunidad de San Telmo y de los policías uniformados, una persona de poca ética moral, para el cargo que generosamente le concedió la institución, no cumplimentando con el Articulo 535 inciso ñ) de la ley para el personal de la Policía Federal Argentina.
Acorde, a lo antes mencionado el personal de la Comisaría 14°, trabaja agotado en virtud, que a pocas horas de finalizar su servicio ordinario en forma obligatoria, los hacen quedar al Servicio Prevencional Especial, servicio que antes era repartido en las distintas oficinas y personas mencionadas anteriormente.- Y al querer solicitar mediante una planilla días, la respuesta era “no alcanza el dinero, ni los días”, y a partir del día que la Superioridad ordeno que las oficinas si querían realizar el servicio lo bebían hacer cubriendo una parada, automáticamente, pasaron a usar la misma temática, con el Parque Lezama que es de, “figurar, no cumplimentar, y cobrar”. Despojando una vez más al personal que pierde horas de sueño, de familia, de descanso para poder sobrellevar las diferentes situaciones económicas para un mejor bienestar para sí y los suyos.
Mientras, el Sr. Comisario Rivas y su gente, llevan una vida más placentera y mejor remuneración, gracias a la perdida de descanso del personal, obligándolos a realizar un servicio que “no es obligatorio, sino voluntario”, y de menor valor que el del Parque Lezama u otros servicios adicionales.
Por lo expuesto, queda agregar que no les basta, con recargar al personal sino que los fines de semana el personal cumplimenta servicio en tres (3) fracciones de ocho (08) horas, siendo el horario de 22:00 A 06:00, 06:00 A 14 Y 14:00 A 22:00 horas, para luego ser enviados a los diferentes eventos deportivos de cancha, llevados a cabo en el ámbito capitalino, siendo el mismo de “carácter voluntario y se cumplimentara franco de servicio”, según estipulado en la orden del día interna Nº 27, de fecha 11/02/2004.
Como si esto fuera poco y es de público conocimiento, el Sr. Rivas recibe dinero a cambio de un personal uniformado, para la seguridad de los siguientes comercios, a saber: la distribuidora de golosinas Potigian, sita en la Av. Regimiento de Patricios y Espinoza, abona la suma de pesos cinco mil ($ 5.000) para obtener custodia las 24:00 horas. El correo Ocasa de la Av. Caseros y Bolívar la misma suma, asimismo los supermercados CHINOS de Av. Patricios, el de Irala y Pilcomayo, entre otros aportan dos mil quinientos pesos ($ 2.500), los restoranes como El Arbol De Humberto I°, Manolo sito en Cochabamba y Bolívar, Undici en la intersección de la Av. Martín García y Av. Montes de Oca, Club Social XXI Av. Caseros y Bolívar, entre otros la suma de tres mil pesos ($ 3.000), y se podría seguir nombrando como comúnmente se les llama “Quintas Del Comisario”.
Esta, como otras situaciones, hace que la comunidad tenga mal vista no a la persona porque no individualizan, sino al uniforme que la persona lleva puesto, y lamentablemente muchas veces, tratan y creen que todos son iguales, y lo que menos se imaginan y que es penoso saber, que la culpa del malestar del personal de la Comisaría 14°, como en otras dependencias, son los que se hacen llamar y necesitan que uno los llame Señores, son los que “maltratan, hostigan”, “persiguen”, “sancionan sin motivo”, “denigran”, y “hacen abuso de su autoridad”, y además hace oídos sordos a las diferentes problemáticas referente al servicio, motivo por el cual el personal solicito vía jerárquica planteárselos, y el Sr. Comisario se negó rotundamente atenderlos.
Considerándose esta información muy importante, se espera una respuesta positiva, para el bienestar de la totalidad de los policías federales, y sus familiares, en virtud que muchos de ellos pierden la vida, por estar sobre cargados de horas de servicio.
Por último, para ir resumiendo y terminando ya que se considera que su tiempo es valioso, por el cargo y jerarquía que obtuvo seguramente con mayor esfuerzo al del Comisario Rivas.
- La misma nota será enviada a las siguientes entidades:
- Jefatura de la Policía Federal Argentina.
-Dirección General de Comisarías.
-Dirección General de Asuntos Internos.
-Gendarmería Nacional Argentina.
Y en caso de no observar algún cambio con respecto a la tranquilidad de los encargados de la seguridad de la comunidad. La misma será enviada a los medios de comunicaciones radiales y televisivas.
Lo anterior es toda una muestra de que en dicha institución vertical —también plagada de honestos policías que se sienten desamparados frente a tamaño abuso de poder y desidia—, los tiempos se están acortando demasiado rápido’’.
El presente informe, elaborado por quien escribe estas líneas, vio la luz el 25 de marzo de 2009, en Agencia Nova. La historia terminó más o menos, toda una postal de esta Fuerza. El comisario titular de dicha repartición, Carlos Rivas, fue removido de su cargo, tanto como su segundo, volviendo la normalidad y descomprimiendo la situación. Pero el par de efectivos que se animaron a denunciar estas irregularidades y elaboraron el informe de marras, fueron trasladados a otras dependencias policiales, ocasionándoles trastornos a causa de las distancias entre las mismas y sus hogares.
La Federal debe estar para proteger y servir a la comunidad, y no dependiente de los caprichos de ciertos políticos que hace décadas la degradan utilizándola para sus trabajos sucios.
Fernando Paolella