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La Ciudad de Buenos Aires siempre ha sido “La Niña Bonita” a seducir por parte de todos los políticos relevantes que fueron pasando por la cima del poder en estos últimos años.
Todos, Alfonsín, Menem, Duhalde, Cafiero, Kirchner, Fernández Wilhelm, y aún aquellos que no supieron dar buena pisada a nivel nacional, han querido “poner el pié” en la europea “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Buenos Aires”. Todos quisieron “jugar”, imponer su ficha su hombre, y muy pocos lo lograron. Buenos Aires resulta una dama muy distante del resto de los distritos argentinos.
Distante pero no menos codiciada, Buenos Aires, es una megalópolis que aún cuenta con algo de la ciudad cosmopolita con que soñaron los hombres de la generación del ´80: una especie de grotesca ciudad “europea” enclavada en Suramérica: “La Capital de un Imperio Que no Fue” la bautizaría un escritor francés de los años ´20. Así, en una Ciudad del siempre envejecer, que siempre aparece con la misma cantidad de habitantes empadronados desde 1947, existe una avenida “afrancesada y parisina” y otra “española y madrileña”, una gigantesca cuadrícula que le debemos al otrora intendente Cantilo, quien se opuso a los intereses de los terratenientes de su tiempo, y obligó a la apertura de las calles en “cuadrícula” en todos los barrios, y fomentando la creación de los espacios verdes (en aquellos años suficientes, en estos insuficientes).
Aquellos eran tiempos en donde los liberales eran liberales, los conservadores, conservadores; los socialistas, socialistas; y los radicales, radicales, todos tenían su ideología que no vendían por dos monedas.
Buenos Aires fue una ciudad progresista... de 1880 hasta hace 50 años
Tan claro tenían el proyecto de poder y de gobierno los Conservadores y Roquistas que en la misma Ley de creación de la Ciudad ya se habla de la construcción “de una avenida de 100 metros de diámetro dentro de su superficie” lo que se concretó años después, la original circunvalación que es la Avenida General Paz, una proto autopista como las que solo se podía ver en las grandes potencias de aquellos años ´30, Alemania y EEUU. Esa “General Paz” la que se construyó en apenas 4 años, fue un verdadero récord, y fue un ejemplo de la inversión pública. Inversión pública que fomentaron los conservadores primero, los radicales después, y los peronistas por último, nótese que luego de estas expresiones políticas se desdibujan la idea de Ciudad, el proyecto de Ciudad, los proyectos a largo plazo, transformándose, lamentablemente, el Estado Porteño solo en una caja de cobro político, de acomodo, y de generación de “empleados públicos”.
El síntoma de la falta de inversión real de los últimos 40 o 50 años es notado por cualquiera que peine algunas canas. todos vemos como se “toca mucho la guitarra” pero la inversión (en serio) en la urbe brilla por su ausencia, vemos solo “cosméticas” bicisendas, y otras pavadas para el marketing, y falta la inversión en serio, como debería ser en servicios públicos, espacios verdes, trasporte, viaductos ferroviarios, terminar la circunvalación de la Ciudad, etc.
“Aquellos” conservadores hicieron el puerto, el puerto madero, las obras sanitarias, Retiro y Constitución, cientos de puentes y accesos, los subtes, los viaductos ferroviarios (que hoy serían prioridad) conocidos como “arcos de Palermo”, abrieron las avenidas, el servicio de cloacas, el empedrado de todas las calles, el entubamiento del arroyo Maldonado del Medrano y del White, los hospitales hoy centenarios, la costanera (sur y la norte) el Parque del Centenario y decenas de obras sin las que sería hoy impensable vivir en nuestra Ciudad. Todo lo contrario a “esto” que tenemos en los últimos 40 o 50 años, la misma cantidad de años que “aquellos”, años en donde no se ven obras de envergadura, sino, demasiados “negocios”
La autonomía que no hay
Así las cosas, con el atraso señalado que viene de décadas, desde el año 1996 los porteños elegimos a una figura ejecutiva denominada de manera rimbombante “Jefe de Gobierno”, que de “Jefe” tiene bastante poco, y de “gobierno” apenas algunas facultades todas “bien atadas” (como hubiera dicho “El Caudillo”) por los distintos mecanismos de poder que ya supimos exponer en notas anteriores (1)
La inexistente autonomía se le ha achacado a la denominada “Ley Cafiero” (Ley 24.588) una legislación que fue necesaria (su sanción, no su contenido) toda vez que la autonomía es fruto de la reforma constitucional del año 1994, el “Pacto de Olivos”, y nació con su paradojal genética. Mediante esta ley se logró maniatar los facultades de la Ciudad respecto del Estado Federal, con el cual comparte, metro a metro, los 202 Km2 más concentrados de la República.
En concreto, pisamos un suelo que no es una provincia, no es una “Ciudad Estado” y al parecer es “autónoma, pero no tanto” un engendro de los tantos que estamos acostumbrados a crear los Argentinos, cuando nos dedicamos a “tirar la pelota afuera” en vez de jugar el verdadero partido.
El Proceso de Kafka: un libro inconcluso… Kafka no conoció la Argentina...
Además de todos los avatares políticos, económicos y sociales, y ser caja de resonancia haciendo eco en toda la política vernácula, Buenos Aires es la residencia de todos los “novios” que se enamoran de ella, ergo, todos los políticos provincianos que un día se “instalan” como legisladores en el Congreso Nacional, cargos a los que se intentan atornillar, y de donde no se quieren mover, ni volver a sus provincias, salvo a “cosechar” los necesarios votos como para... seguir atornillados a sus cargos...
A la Buenos Aires “autónoma” no le podía pasar algo peor en su nacimiento: los porteños hicimos ganar en 1996, como primer “Jefe”, a un senador por entonces imbatible electoralmente llamado Fernando de la Rúa. Como buen Radical, se paso un par de años “debatiendo” sobre las funciones, competencias, leyes, códigos, funciones, mandatos, prohibiciones, etc. etc. mientras tanto, Carlos Menem, lo ninguneaba y lo llamaba “Intendente” ridiculizándolo hasta el hazmerreír, toda vez que podía. De la Rúa claro, ayudaba.
Siendo De la Rúa un conservador encorsetado en el “ala” derecha del radicalismo, supo también colocarse en el papel de “progresista” cuento bastante redituable por estos lares, y por aquellos tiempos, cuento que hasta le llegaron a creer sus amigos más cercanos, como el radical Alfonsín y el progresista “Chacho” Álvarez, hoy ferviente Kirchnerista (cargo de por medio, claro).
Triunfante la Alianza en 1999, por fin, puede “acceder” al poder el verdadero progresismo en la Ciudad, con los gobiernos del ex fiscal Aníbal Ibarra, quien logra representar eficientemente su espacio e ideología: 6 años si hacer absolutamente nada, “lapsus interruptus”, es echado por la Legislatura (Órgano continuador del siniestro “Concejo Deliberante Porteño) mediante un mecanismo que, quien lo repase, no podrá creer que alguien pueda ser “echado” de esa manera: Ibarra fue echado por los mismos legisladores que lo habían acompañado en su proyecto reeleccionista menos de 2 años antes.
El breve interinato de Télerman no logró conmover a los porteños, lo que permitió el ingreso a la Jefatura de la coqueta Ciudad europeizada y turística, al hijo del poderoso empresario Franco Macri, hoy, radicado en el Brasil.
Así, el “esquema ideológico” de una Ciudad que se ufana de no tener ideología (y votar veletísticamente en consecuencia) no ha cambiado, desde 2007.
Los porteños pareciera que carecemos de ideología, sabemos que vivimos donde más se ha invertido desde 1810, y donde se posan todos los “ojos”. Pruebas al canto, el dicho popular, donde atiende Dios, que está en todas partes, pero, lógico, tiene la oficina... en Buenos Aires. En Buenos Aires lógicamente están las embajadas, las famosas “20 manzanas” de la “City” que otrora “subían o bajaban” gobiernos.
Al parecer, los escenarios no parece que fueran a cambiar, según los últimos “sondeos de opinión”. Alguna vez, los “ecuestólogos” y vendedores de humo que dicen hacer encuestas, lograron ponerse de acuerdo (al menos una vez en la vida) en un punto: en la “Capital” existieron 2 esquemas, uno antes de Cromagnon, y uno después de dicho hecho que segó la vida de 200 jóvenes: la relación “Progresismo” Vs. Conservadurismo” fue 55% Vs. 45% y, desde Cromagnon, esa relación se invirtió, el 55% rechaza lo “progre-izquierdoso”
Las lecturas del 2011
Todo hace pensar, y las primeras mediciones aún sin los candidatos lo confirman, que la relación “conservador-liberal” Vs. “Progre-izquierda” no podrá revertirse.
Así, según informa “ARESCO Instant Research” (2), que dirige Julio Aurelio, muestra aún sin candidatos, y que, a pesar de la pésima gestión del Ingeniero Mauricio Macri, sus “potenciales” candidatos no obtendrían una suma de votos inferior al 33% (un poco menos si el candidato es Rodríguez Larreta) sobre el 24% que sumaría Daniel Filmus, de lograr imponerse a la interna y además a los “íntimos deseos” de la conducción de la Presidente Fernández Wilhelm. Los que conocen los “secretos de Olivos” hablan de una “predilección” de la referida Presidente, en todo sentido, por el joven, vital e impetuoso Ministro de Economía “Aimeé” Boudou. Tercia Tomada, pero lejos y sin medición. Los otros interlocutores son los referentes necesarios de los otros sendos candidatos para octubre, María Eugenia Estenssoro, que mediría un 7.6%, y el elegido de Proyecto Sur, Claudio Lozano, que rondaría 6.35%. Estos candidatos cuentan con el poco conocimiento de los opinantes, y aún está muy verde la eventual “proyección”, pero no resulta muy irracional creer que el 70% o el 75% ya estaría bien definido entre estas 4 opciones: el resto se “repartirá” votará en blanco o no irá a votar, con lo cual se aplica el famoso eufemismo “proyección”.
También ha de considerarse que sería muy difícil una segunda vuelta para un candidato “K” en el distrito, que siempre le fue adverso. Es dable de destacar que los que más tienen para crecer, en este marco, pueden ser los candidatos de Carrió y “Pino” Solanas, pero siempre en un esquema parecido. Potenciales votos que volcarían la segunda vuelta, que caso de sufragar, en uno u otro sentido, pero que difícilmente lo hagan “en masa” a favor de un K.
En conjunto o separadas de las nacionales, aparece este panorama: una torta en donde suman mayormente 4 actores.
También, lo que no es un dato menor, es bueno recordar que la Capital es el electorado con mayor edad promedio, el 33% de los empadronados tiene por lo menos 60 años, sumado esto a que los jubilados porteños son los que más ganan, dentro de lo paupérrimo de los retiros, y resultan ser los más perjudicados por el constante aumento de los mínimos jubilatorios, pero no el resto de los beneficiarios, con lo cual, los votantes adultos, jubilados y porteños (ese enorme caudal) son los que más tienen la sangre en el ojo con el veto “progresista” a la Ley Jubilatoria del 82% móvil, sancionada en 2010.
Otro dato que resultaría una barrera impeditiva para el ex joven Grossista Filmus, son sus juntas: su cercanía a “Tito” Nenna y sus fotografiados “amigos” los muchachos de la toma del “Parque Indoamericano” no solo provoca cólicos entre las clases medias de la zona norte de la Ciudad (que son la mayoría del electorado), sino que también provoca retortijones en las barriadas populares del sur, quienes, peronistas muchos de ellos, odian los cortes, las tomas, los piquetes, los escraches, y todas estas políticas “fantásticas” que parece empecinado el gobierno nacional en difundir. Ni que hablar de la cuestión seguridad, el punto más reiterado entre los sectores medios y bajos de la Ciudad, que en definitiva, son los que viven en las zonas menos resguardadas y más vulnerables.
Por último, hay que recordar las pésimas decisiones políticas que tomaba en vida el extinto Néstor Carlos Kirchner, que no solo arruinó (para el pejotismo) la elección a Jefe de Gobierno del año 2007, haciendo competir dos fórmulas del PJ (Filmus obtuvo el 24% y Télerman el 22) sino que con su tozudez y maledicencia innata, obligó a Filmus a presentarse a una segunda vuelta ridícula, en donde obtuvo menos votos que la sumatoria de ambos “PJ”, con un magro 38,50%, frente al 46% obtenido por los dos candidatos de primera vuelta.
Y aún peor, le permitió a Macri alzarse con un 61,50%, un porcentual insólito que creemos no se repetirá (los dementes están en extinción) un verdadero cachetazo lapidario y definitivo para el gobierno nacional. Cachetazos estos que los porteños se han acostumbran a propinarle a los insolentes.
A los insolentes como lo son los kirchneristas, se entiende.
José Terenzio
(1) https://periodicotribuna.com.ar/8229-los-fantasmas-de-la-legislatura-portena-capitulo-i.html
