"Falta mucho tiempo", debe ser hasta ahora la frase más utilizada por los políticos de todos los signos cuando se les consultan cuestiones electorales.

 La respuesta, sin embargo, empieza a agotarse. Los relojes que tienen marcados los diversos plazos procesales hacia los comicios internos del 14 de agosto y las elecciones generales del 23 de octubre ya están en marcha, generando un aumento en espiral del nerviosismo y las tensiones hacia adentro de cada fuerza.

 El almanaque dice que en menos de dos semanas (para el viernes 15) el gobernador Scioli tendrá que haber firmado el decreto de convocatoria a los partidos políticos para que definan en elecciones abiertas, simultáneas y obligatorias los candidatos a gobernador y vice, legisladores provinciales, intendentes y concejales.

 Y para entonces deberá tener reglamentada y promulgada la ley que establece ese nuevo sistema de selección de postulantes, denominado "primarias" en la norma.

 Demora de 15 meses

 Todo indica que el Gobernador recién hará pública esa reglamentación 48 o aún 24 horas antes de formalizar el llamado a primarias. En rigor, el texto de la ley es fuertemente reglamentarista y deja poco y nada librado a la decisión del Poder Ejecutivo.

 Pero se ha demorado un año y tres meses en concluir esa tarea porque desde el momento mismo en que se dictó la norma con una cláusula impulsada por el oficialismo que prohíbe el mecanismo de listas colectoras (es decir, que varios candidatos a intendente de un mismo espacio, por ejemplo, puedan enganchar sus listas a un mismo candidato a presidente y a gobernador), sectores del propio oficialismo pretenden que en la reglamentación se establezca alguna pauta que permita sortear esa prohibición.

 Sectores del kirchnerismo —desde la propia Casa Rosada— han impulsado la habilitación de las colectoras desde el comienzo. Y luego se sumó el sciolismo, interesado en que un grupo de intendentes vecinalistas afines al oficialismo (como el marplatense Gustavo Pulti y el de San Martín, Ricardo Ivoskus) puedan contar con esa alternativa.

 Pero a la mayoría de los intendentes peronistas, que irán en busca de su reelección, los inquieta profundamente la posibilidad de que se reediten las colectoras.

 Lo cierto es que, a once días de que se agote el tiempo para reglamentar la ley, la Gobernación todavía evalúa qué hacer, aunque más cerca de definir un texto que permita una variante de las colectoras —las llamadas "listas de adhesión"— que de cerrarle definitivamente el paso a ese tipo de movidas electorales.

 El Ejecutivo acumuló esa demora por intereses y pujas del oficialismo, aún cuando se trata de una ley que, por supuesto, establece pautas para todas las fuerzas políticas y constituye una herramienta básica de la vida institucional de la Provincia.

 Pero no menos cierto es, también, que prácticamente no se ha escuchado a la oposición reclamar por semejante sumisión del interés general al partidario.

 Sistema complejo

 Mientras tanto, el otro plazo que se acerca es el de la presentación de las listas de candidatos. Ese trámite deberá cumplirse antes del 26 de junio. Pero el actual sistema de internas, que se utilizará por primera vez, contiene una novedad saliente: nada de lo que se defina en esos comicios podrá ser alterado después, para las elecciones generales.

 Las fuerzas que piensen hacer alianzas entre sí y listas que combinen candidatos de todas ellas, deberán definir primero esos frentes y esas nóminas, para presentarlos a los comicios internos como una unidad electoral cerrada y definitiva.

 El peronismo bonaerense (intendentes y demás referentes) se encamina hacia ese plazo sin diálogo político con Cristina Kirchner —con excepción de las comunicaciones entre la Presidenta y el Gobernador, que no suelen incluir demasiadas precisiones sobre estrategia y definiciones electorales—, sólo con contactos dispersos que no alcanzan a despejar las dudas más crueles con algunos ministros y "operadores" de Olivos.

 Se encamina también en medio de una profundización de la avanzada de sectores ultra K y cristinistas para ocupar lugares en todas las listas de legisladores y concejales y con dos objetivos mayores: el compañero de fórmula de Scioli y las candidaturas a intendente de varias comunas clave.

 Frentes y unidades

 En ese marco, en el peronismo crece la idea de consolidar acuerdos entre la Gobernación, los intendentes, el sector sindical de Hugo Moyano y los grupos K con los que han mantenido siempre buena relación, para poder presentar en algunas semanas una suerte de "frente provincial" homogéneo y cerrado, en torno de candidaturas ya consensuadas.

 Suena, incluso, una fecha para realizar un acto que exprese ese "frente", el sábado 7 de mayo. Y un lugar, el estadio de Gimnasia, en el Bosque platense. Sería el lanzamiento de Scioli a la reelección. Y ahí estaría ya definido su compañero de fórmula.

 El radicalismo bonaerense y sus potenciales aliados arrancan, en tanto, esta etapa sumidos en una incertidumbre aún mayor que la de hace unos días, debido a la crisis abierta en torno de su candidato presidencial.

 Y el Peronismo Federal y el macrismo aparecen estancados en un mar de indefiniciones también por la falta de decisiones sobre la postulación presidencial.

 Casi todos (radicales, peronistas disidentes, macristas), sin embargo, alimentan la idea, ahora, de un acuerdo opositor que cambie el panorama de las alternativas electorales. Se verá.

Marisa Álvarez
NA