El debate político argentino en los próximos meses será: ¿Todos juntos contra CFK para que no arme un régimen autoritario, o simplemente cada uno con su identidad (centroderechistas con centroderechistas y centroizquierdistas con ídem) y si se pierde, mala suerte?
La primera opción es la que planteó (muy mal) Mauricio Macri; y la segunda, la de Hermes Binner y el socialismo y gran parte del radicalismo.
Ricardo Alfonsín propone un mix muy particular. Aceptaría ir con De Narváez pero no con Macri, que está más allá de la línea límite: ¿Por qué no lo está De Narváez?
Hay que interrogarse sobre la cuestión de fondo que esta discusión plantea. No se trata de visiones o necesidades tácticas mezquinas de cada grupo, como han martillado no sólo Macri, sino muchos medios que están entrando en estado de histeria ante el aproximarse de las elecciones presidenciales.
Una coalición amplia con 5 o 6 puntos básicos de acuerdo como propuso Macri sólo se justifica ante una emergencia democrática: a su modo, los PJK que tildan todo atisbo de coalición opositora de Alianza o de Unión Democrática, tienen razón. Aunque sólo en el 55 había una grave emergencia democrática. Como era rutina en esa época, la sociedad civil llamó a los militares, cometiendo un error histórico gravísimo que se pagó y se paga aún hoy.
En el 99-2001, la Alianza, que nació débil, estalló a las primeras tensiones de la gestión. Menem, además, no planteaba una emergencia democrática, más allá de sus afanes de poder obvios.
Ahora, en 2011/15, ¿una coalición heterogénea como la que plantea Macri detrás de su candidatura, lo hará mejor, teniendo en cuenta las tensiones socioeconómicas que heredará de la era K? Enumeremos algunas: inflación, gremialismo con superpoderes, puja distributiva desatada, retraso del tipo de cambio, aislamiento financiero internacional y un kirchnerismo que en la oposición actuará con la misma brutalidad de siempre (el kirchnerismo no se disolverá en el PJ como pasó con el menemismo).
Resulta difícil ver a Macri y a su limitado grupo de confianza, su mesa chica, lidiando con éxito con estos asuntos y a la vez manteniendo intacta una coalición heterogénea. En el otro platillo de la balanza habría que poner todo el apoyo que recibirá del establishment.
Pero antes que estas cuestiones de método hay que analizar la cuestión de fondo. Para responderle que sí a Macri (pero no en el modo y estilo que él quiso imponer) hay que considerar que en Argentina hay una emergencia democrática o que se está en camino de tenerla. ¿La hay o la puede haber?
Y en este punto es cuando la biblioteca se divide en dos, dirían los abogados. Hay rasgos hegemónicos en el kirchnerismo desde el 2005, como mínimo. Y desde la muerte de El se ha acelerado la radicalización, como es de conocimiento general. Y un triunfo en octubre, más aún en primera vuelta, sería interpretado por los Gurkas que acompañan a CFK como una ratificación popular de esas opciones radicales.
Ante una victoria neta del PJK se pueden dar por seguras nacionalizaciones de varios sectores; la profundización de la ley de medios y el derribo definitivo del Grupo Clarín, que sería dividido en varios subgrupos, lógicamente sumisos a los mandatos del gobierno (tal vez quedaría como único núcleo mediático insumiso el propio diario); el adoctrinamiento a través del sistema educativo se profundizaría, así como la saturación de la blogósfera y de internet en general. La oposición se vería hostigada de mil maneras y habría una purga en la Justicia de magistrados rebeldes. El "modelo" Indec-Moreno se generalizaría en la administración pública.
En suma, si no sería una emergencia democrática admitamos que se le parecería bastante. El planteo de Macri conecta así de manera inopinada con el debate académico y periodístico de estos días sobre el hegemonismo K y su construcción de sentido común. En cualquier caso y desde el lugar que sea, parece válida la respuesta: hoy no hay emergencia democrática, pero ciertamente la habrá si CFK es reelecta y profundiza la radicalización que se ha visto en estos últimos meses.
Pablo Díaz de Brito
CADAL