Cada vez que leo un artículo sobre los problemas de América Latina veo que le están echando la culpa a los políticos, los burócratas, la policía, los militares, los intelectuales, o la izquierda, lo cual estoy de acuerdo que todos ellos son parte del problema.
Si de esos políticos que en su mayoría, pero no todos, son un bando de corruptos, demagogos e incompetentes que usan la política para engrandecer sus egos y fortunas. Hablan del amor a la patria y solo saben robarle y abusar del pueblo.
Los burócratas, muchos de ellos con bajo nivel de educación y mal pagados pero con alto nivel de corrupción e incompetencia lo cual impiden resolver los problemas y el progreso del país.
La policía tan mal pagada que a menudo atrae a un elemento con bajo nivel de escuela, incapaz de resolver la mayoría de los crímenes, corruptos, cometiendo actos de criminalidad y vendiendo sus servicios a los elementos criminales, deshonrando al uniforme y el país.
Los militares que tanto hablan de honor y de su deber, muchos rompen sus juramento a la nación pues en vez de defenderla de agresión externa a menudo se entrometieron en la política interna. Quisieron llevar las riendas del país con sus golpes de estado y tratándolo como si fuera una unidad militar. Fracasan como militares y políticos además de corromperse en el poder.
Los intelectuales con sus ojos pegados en los libros, con sus teorías sacadas de libros y asociándose con la izquierda, soñando con lo imposible que es crear la sociedad perfecta rehúsan despertar y terminar de ese aislamiento con la realidad.
La izquierda todavía sueña en llevar el país camino al socialismo aunque está más que probado que es un sistema fracasado lo cual no quieren admitir.
Esa misma izquierda que tanto habla de la democracia, los derechos humanos y del ciudadano, cuando solo hace es apoyar gobiernos dictatoriales y asesinos que llevan sus países a la bancarrota tratando de implantar el socialismo.
Esta izquierda llena de aquellos que rechazan totalmente la voluntad del pueblo y el sistema electoral pues quieren llegar al poder por el camino de las armas e imponer su dictadura socialista creando miseria y derramamiento de sangre. Piensan que su manera es la única y están dispuestos a destruir el país para salvarlo de sí mismo.
Pero en todos estos escritos se comete el error de omitir los principales culpables. No, no son los capitalistas, los países ricos ni los Estados Unidos al cual le echa la culpa de hasta de los desastres naturales.
Los principales culpables somos nosotros, si los ciudadanos de los respectivos países de América Latina. Si los ciudadanos que aunque critican la corrupción la toleran y la mantienen pagando sobornos por favores económicos y políticos a esos burócratas mal pagados y políticos delincuentes.
En América Latina el pueblo cree que el gobierno debe y puede resolver todos los problemas cuando en realidad los empeora. Un pueblo seguidor de caudillos y pensando que el hombre fuerte pondrá orden al país cuando en realidad son parte del problema.
Los ciudadanos honestos y competentes que tanto critican la corrupción e incompetencia en el gobierno son los primeros que rehúsan involucrarse o participar en la política o las fuerzas armadas, rindiendo el poder y la dirección del país al elemento menos capacitado debido a su corrupción, incompetencia y de pocos valores cívicos.
Hasta que los ciudadanos de América Latina no se enfrenten a la corrupción en vez de sola criticarla, hasta que los ciudadanos honestos, competentes y con valores cívicos se involucren en la política, hasta que los empleados públicos no sean bien pagados para atraer y escoger las mejores y capaces personas, los problemas seguirán.
Hay que darse cuenta que los países prósperos es donde la corrupción no es aceptada o impera, donde la honestidad y competencia en el gobierno prevalece, donde los buenos y honestos ciudadanos se involucran en la política.
Ulises Larramendi
ularramendi3@yahoo.com
Los Ángeles, California