Avances y retrocesos, borrones y cuentas nuevas, la aparición sorpresiva de algunos potenciales candidatos y la vuelta de otros que parecían fuera de carrera, acuerdos que se caen o resucitan y chisporroteos varios, caracterizan los movimientos del oficialismo estas frenéticas horas electorales en la Provincia.

La señal de "recalculando" aparece con inusitada frecuencia en los GPS con que los políticos de ese heterogéneo buscan alcanzar definiciones en materia de armados y nombres. Quizás sea comprensible. Quedan apenas cuatro días para que las fuerzas inscriban sus alianzas y frentes y 14 jornadas para que presenten las listas de candidatos, tanto a nivel nacional como bonaerense.

El impacto de un escándalo

En el oficialismo bonaerense, las pulseadas electorales se desenvuelven en un clima signado por la inquietud que generan el escándalo Schoklender y sus derivaciones.

La Gobernación reaccionó desde el primer minuto frente a la estafa que se habría concretado con los fondos públicos federales que se giran a Madres de Plaza de Mayo para la construcción de viviendas. Desmintió a Sergio Schoklender en su afirmación de que había dado un predio en comodato al ministerio de Desarrollo Social e hizo pública la participación y el rol del ex apoderado de la Fundación en una de sus tantas empresas, Meldorek.

La dirigencia peronista evalúa el eventual daño electoral sobre la Casa Rosada y la figura de la Presidenta en particular y cree que, por lo pronto, ya le está provocando un sensible perjuicio al candidato oficialista porteño, Daniel Filmus.

Estima, en cambio, que el oficialismo de la Provincia podría quedar al margen del impacto, aunque se estremeció cuando los funcionarios del ministro De Vido intentaron, en el Congreso, responsabilizar a gobernadores e intendentes por el control de los fondos que se destinan a las obras de las Madres.

Pero despliega su mayor actividad constructora en otras provincias, la Fundación levanta casas en tres municipios bonaerenses: Tigre (885), Almirante Brown (160) y Ezeiza (84).

La realidad indica que ese programa de viviendas ha sido manejado directa y excluyentemente entre el gobierno nacional y la Fundación, pero la intención de derivar "culpas" molestó y preocupó a funcionarios y referentes bonaerenses.

Turbulencias

En tanto, el cierre electoral genera nuevas turbulencias en el oficialismo provincial.

En ese sentido, recrudeció la pulseada por el/la compañero/a de fórmula de Daniel Scioli, donde a los nombres de Cristina Alvarez Rodríguez y Gabriel Mariotto volvió a sumarse el de Julián Domínguez, mientras grupos como el Movimiento Evita de Emilio

Pérsico y los intendentes transversales que lidera el "Barba" Gutiérrez, entre otros, reflotan sus aspiraciones de colocar un hombre propio.

Todos los esfuerzos por incidir, con todo, podrían resultar inútiles. A medida que se acortan los plazos crece la convicción de que la Presidenta tendrá la última palabra y que el candidato a vice podría ser finalmente alguien que no figure en las apuestas.

"¿Ya acordaron con La Cámpora?", les pregunta Scioli a los referentes peronistas territoriales que intentan involucrarlo en la definición de las listas para la Legislatura.

El Gobernador ha delegado la participación en esa tarea en los ministros que integran su "mesa política" con una premisa: que las nóminas de las ocho regiones incluyan representantes de las organizaciones sociales y figuras K, el sindicalismo y, fundamentalmente, de la agrupación juvenil ultra K, antes de ser elevadas a la Casa Rosada para su "redacción final".

La idea es que los candidatos de La Cámpora no aparezcan como una "imposición de arriba" sino como una "incorporación natural" en la Provincia. Pero se trata de una inclusión difícil de conciliar para los dirigentes del PJ, que no conocen a ningún "camporista" notorio en sus regiones y ya bastante tienen con sus propias pulseadas por ocupar los lugares claves de las listas.

Malabares y lapiceras

Lo cierto es que los cierres de esas nóminas agravan las tensiones en un espacio donde Scioli —que acentúa su actividad pública concentrándola en temas de Seguridad— combate los rumores de "fugas" de estas horas con movimientos que se asemejan a los de los malabaristas chinos que corren de palito en palito para que los platillos sigan girando y evitar que se caigan.

La promesa de que los sectores que terminen excluidos de las listas de candidatos tendrán lugar en el Ejecutivo durante su eventual segundo mandato es la clave para mantener los platitos en el aire.

Mientras tanto, en la primera línea del oficialismo se agudiza una pulseada que ya generó un dura discusión hace una semana, en el marco del congreso del PJ bonaerense: la designación de los apoderados —los dueños de las lapiceras con que se firman las listas que se inscriben en la Justicia Electoral— del Frente para la Victoria a nivel nacional y provincial.

Se descuenta que Carlos Zannini será el apoderado nacional y la Gobernación puja por ubicar a un hombre propio para el mismo cargo a nivel provincial.

En una fuerza en la que resulta un clásico que los apoderados reciban un llamado telefónico cuando ya están entregando las nóminas y, en el último segundo, tachen el nombre de un candidato (que se enterará que no lo es cuando sea tarde para todo) y escriban otro, esa función es, por un día cada dos años, la más codiciada.

Marisa Álvarez
NA