Ficha técnica
Título para Latinoamérica: De dioses y hombres
Título original: Des hommes et des dieux
Dirección: Xavier Beauvois
Guión: Xavier Beauvois y Etienne Comar
Género: Drama – Solo apta mayores de 13 años.
Reparto: Lambert Wilson (Christian), Michael Lonsdale (luc), Jacques Herlin
(Amédée), Philippe Laudenbach (Célestin), Xavier Maly (Michel), Loïc Pichon
(Jean-Pierre), Olivier Rabourdin (Christophe), Jean-Marie Frin (Paul), Olivier Terrier (Bruno).
Montaje: Marie-Julie Maille - Producción: Martine Cassinelli y Frantz Richard
Fotografía: Caroline Champetier – Distribuidora: Energía Entusiasta
País: Francia, Año: 2010. Duración: 120 min. Estreno Argentina: 07/07/2011. El film del director Xavier Beauvois, se convertirá por derecho propio en un puerto obligatorio a la hora de conceptualizar dramaturgia social-religiosa. Una obra de autor, que escapa a preconceptos y clisés y nos pone ante la disyuntiva del ser humano a la hora de elegir: por la integridad de una comunidad religiosa, o por la dependencia social que un pueblo tiene con dicha obra.
El libro de la película ha sido confeccionado merced al revisionismo histórico reciente. Basado en hechos reales, tomando como hipótesis más precisas a la referida implicancia del ejército argelino en el secuestro (26 de mayo de 1996), y posterior asesinato de siete de los nueves monjes cistercienses. Dos zafaron del penoso final en circunstancias “tragicómicas”.
Des hommes et des dieux (De dioses y hombres)- mejor sería traducir “de hombres y de dioses”, no pretende narrar el integrismo religioso post colonialismo argelino, sí, una lección antropológica de hermandad inter-étnica. “Los unos” (los monjes franceses), y “los otros”, la comunidad musulmana - en las montañas del Magreb-, viviendo en perfecta paz y armonía.
El paraíso profético de entonces, se ve jaqueado con el asesinato de unos trabajadores croatas, en manos de una célula integrista islámica. La angustia y el estupor se apoderan de la región, y una patrulla del ejército argelino, ofrece custodiar las cercanías incluyendo el monasterio. Dicha ayuda es rechazada- no sin cabildeos- que le traerá dolores de cabeza al líder del grupo religioso el hermano Christian (Lambert Wilson).
Beauvois presenta un relato visceral y realista. Montará una serie de dispositivos cinematográficos, para darles vigor y naturalismo a estos monjes residentes del Monasterio del Atlas, en Argelia. Recorre tres años de dicha comunidad religiosa (1993/96). Durante los cuales se ve la obra asistencial de ayuda de estos bienaventurados: con su médico curando a los pacientes de la vecindad, con sus productos del campo alimentando a los necesitados, etc.
Yendo a los dispositivos en sí, notamos una exquisita muñeca del director a la hora de ponerlos en práctica y con éxito. Trabajando con los “tiempos muertos” (largos espacios y silencios, que parece no ocurrir nada, pero que sin embargo sucede y mucho…); las “imágenes o ruidos cristalizados”, que dan la base a la escena que se juega. En primer término: silencios y respiraciones profundas con sonido amplificado (cargan de tensión al cuadro escénico). En segundo lugar: llaves y puertas que se abren y cierran – filmada con cámara montada al hombro, el momento culmen-, cuando son secuestrados los monjes del monasterio.
Pero sin dudas, la escena relevante y que marcará un hito dentro de la cinematografía contemporánea, es la referida a lo que llamo “La Última Cena”. (momentos antes del secuestro de los religiosos): en majestuoso plano travelling, la lente de la cámara disfruta posando sobre los rostros de los monjes. Un increíble calidoscopio de gestos dramáticos, da vida a una escena memorable. La tensión, el amor que se profesan como cuerpo místico, el futuro trágico que abreva en la atmósfera y la resignación… (¿?) ¿Cómo saber lo que ocurre en cada cerebro cuando el cadalso está presto y llama a cada puerta?
El cónclave de los monjes franceses: minutos antes de la “Última Cena”. Una magistral historia de convivencia religiosa-social difícil de olvidar.
Galardonada con el “Gran Premio del Jurado” (Festival Cannes, 2010), este film de imponente dramaturgia, nos redime de la insoportable levedad de lo cotidiano; nos eleva. En boca del fraile Christian (exquisitamente interpretado por Lambert Wilson) “el amor espera todo; el amor perdura para todos”…Incluso, más allá de la vida.
Gustavo Contarelli
Puntaje del film: 5 Tribunas ¡Imperdible!
Puntaje actor protagónico: Lambert Wilson (Christian) 5 Tribunas
Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima
Excelente película y excelente comentario. Saludos cordiales al autor.