La absolución del ex presidente y actual senador Carlos Menem en la causa por venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia dejaron en evidencia que su acercamiento al kirchnerismo le sentó muy bien, después de favorecer en variadas oportunidades al gobierno nacional desde el ámbito de la cámara alta.
Con su abstención, favoreció el ingreso de Mercedes Marcó Del Pont al Banco Central en abril del 2010. También se había ausentado en la votación de la iniciativa opositora para aprobar el 82% móvil a los jubilados, aunque no alcanzó para evitar el desempate de Cobos (favorable a la ley) y posterior veto de la Presidenta. Y además, tampoco había brindado su presencia durante el tratamiento del polémico Decreto de Necesidad y Urgencia 298, que finalmente fue aprobado por mayoría del kirchnerismo en el recinto.
La polémica figura de Menem (hoy aliado a las filas del gobierno nacional) presenta un gran parecido con el recuerdo de un ex presidente de un país vecino, Brasil. A Fernando Collor de Mello le tocó ejercer la presidencia de Brasil en un momento muy difícil del estado carioca, asumiendo en 1990 cuando tuvo que sortear una terrible hiperinflación de 2.751% anual, fruto del fracaso de las políticas ejecutadas por su antecesor José Sarney (Plan Cruzado de 1986, Plan Cruzado II / Plan Bresser de 1987 y el Plan Verano de 1989).
La joven figura de Collor, ejerció una campaña en la cual diseñó una imagen de renovación política, totalmente alejado de los circuitos tradicionales de representación y liderando un partido nuevo (El Partido de la Reconstrucción Nacional). Las políticas aplicadas por el nuevo presidente se caracterizaron por la creación de una nueva moneda, el cruzeiro, y medidas tendientes al enfriamiento de la economía, tales como el congelamiento de precios y salarios y la privatización de empresas públicas.
En este sentido, la realidad que envolvió al ex presidente Menem no fue muy diferente, ya que este debió asumir tras la renuncia de Raúl Alfonsín, lurgo de dejar un índice hiperinflacionario de 1.923% tras el descontrol que se desprendió por la poca efectividad del Plan Austral (1985) y Plan Primavera (1988,) que no tuvieron éxito en frenar el disparo de la inflación que había comenzado durante ese lapso.
El ascenso de Menem al poder exhibió algunos matices importantes porque fue una figura que se mantenía en crecimiento dentro del seno de un partido tradicional como el justicialista, y tras la dimisión de su antecesor absorbió el casi obligado apoyo del partido saliente (la UCR), todo dentro de un esquema institucional bipartidista que marcó a casi toda la historia argentina hasta ese entonces.
Menem también adoptó un paquete de medidas similar al de Collor. Privatizó gran parte de las empresas públicas, en un contexto muy bien detallado a continuación por Patrick Stapleton Mc Cormick (Profesor de la Universidad de California, Santa Bárbara, EEUU) en un estudio comparativo entre las gestiones de ambos ex mandatarios, que fue publicado por la Revista Argentina de Ciencia Política. Mc Cormick afirmó que “en tan solo en el término de cuatro años (1990-1993) fueron transferidas al sector privado 82 empresas y unidades de negocio, 27 servicios fueron otorgadas en concesión y 86 áreas del sector petrolero adjudicadas en concesión”. El mismo estudio afirma que la suerte de Collor De Mello no fue la misma debido a que tuvo que enfrentarse con un sector burocrático tan importante como eficiente, implantado desde la dictadura que había gobernado Brasil desde mediados de los años 60´ hasta la recuperación democrática de los 80´, además por el incipiente pluripartidismo (que obligó a Collor a negociar con todas las fuerzas políticas que integraban el parlamento) que finalmente determinó que “de las 66 empresas incluidas en el Programa Nacional de Desestatización, 15 fueron vendidas bajo el gobierno de Collor”.
Más allá de cuestiones del manejo del poder centralizadas en un elevado nivel de “presidencialismo” y de la adhesión a los programas del “Consenso de Washington”, orientados a rebatir las crisis de los países latinoamericanos a través de un fuerte recorte de la participación del Estado en la economía, y en la completa liberalización de capitales y apertura completa de los mercados, a dichos ex presidentes los unieron las sospechas de corrupción e irregularidades.
Collor fue denunciado por su propio hermano, Pedro Collor, “una red de tráfico de prebendas, contratos ilícitos y desvío de fondos, orquestada por el ex tesorero de campaña y amigo íntimo del mandatario” tal como publica la biografía escrita por el Centro de Estudios y Documentación Internacionales de Barcelona (CIDOB). Esta publicación, muy interesante también, cita que “En octubre de 1991 el presidente del monopolio estatal Petrobrás presentó la dimisión como protesta por haber sido presionado por Paulo Farias (ex tesorero de campaña) para hacer una operación irregular” y también hace referencia a la oscura participación de la esposa de Collor, “acusada de apropiarse de dinero de la Legión Brasileña de Asistencia, un organismo público de asistencia social”.
En el caso de Menem, además de la causa de venta ilegal de 6.500 toneladas de armas y municiones en 1991 y 1995 a Croacia y Ecuador, iniciada por una denuncia del abogado Ricardo Monner Sans en el año 1995 (sumada también a la sospechosa explosión de la fábrica militar de Río Tercero en donde se habría diseñado el material bélico en cuestión), su gestión estuvo salpicada por otros casos memorables como “la leche contaminada” que involucró al ex secretario privado de Menem, Miguel Angel Vicco, y en donde “por medio de una contratación directa, dispuesta por el decreto 1295 de Menem, el Estado compró 1.960.000 kilogramos de leche en polvo que resultó no ser apta para el consumo, según estudios bromatológicos”, tal diario La Nación el día 17 de septiembre de 2002, tras un fallo judicial que demoró 11 años y que decidió la absolución de todos los imputados. También el polémico caso “IBM-Banco Nación” cuya causa “se inició en 1994 por el pago de 21 millones de dólares en coimas en la licitación 60/93 del "Proyecto Centenario" para que la empresa IBM informatizara 525 sucursales del Banco Nación” que determinó la culpabilidad de siete acusados recién en el año 2009, según indicó diario La Nación, del 11 de noviembre 2009.
Mientras Menem fue absuelto de culpa y cargo el pasado martes 13 de septiembre , pudo gestionar su mandato presidencial de diez años y medio sin ningún tipo de inconvenientes, afrontó una elección presidencial en donde resultó ser el candidato más votado (pese a su posterior renuncia a la participación en segunda vuelta, que consagró como ganador a su rival, Néstor Kirchner) y también logró ocupar una banca en el Senado nacional por la provincia de La Rioja en las elecciones del 2005, la realidad de Collor fue muy distinta. Las instituciones y la opinión pública de Brasil se mostraron muy activas tras la difusión de tantas sospechas de corrupción. El parlamento inició una investigación en el año 1992 al entonces presidente donde pudo comprobar que “en los dos años largos de Gobierno el patrimonio de Collor se habría multiplicado con creces gracias a la maña delictiva de Farias. Una de las mudanzas más sospechosas fue la fastuosa reforma de Casa da Dinda, la quinta privada del presidente en Brasilia, cuyo importe, cinco veces superior al salario correspondiente al jefe del Estado, Collor aseguró haber podido cubrir gracias a un préstamo personal de un banco uruguayo”, como indica la investigación de CIDOB.
La constante movilización de la población en contra del presidente, su creciente impopularidad debido a la mala gestión económica y al gran avance en las investigaciones de un poder legislativo que se puso a la altura de las circunstancias, llevó a ser separado temporalmente de su cargo por 441 votos a favor, 38 en contra y 23 ausentes en la cámara baja. Collor presentó su renuncia el mismo día en que el Senado iba a decidir su destitución, aunque no pudo evitar ser inhabilitado para ocupar cargos públicos por ocho años.
Paradojas del destino, Collor volvió a la vida política de su país siendo también electo senador en el año 2006. Si bien tanto Menem como Collor de Mello no fueron encontrados culpables por el sistema judicial de ambos países, vale la pena tener en cuenta que el país vecino logró un mayor avance en materia institucional a partir del caso Collor, y que en nuestro país contamos con una gran materia pendiente tanto en el sistema judicial, como en los mecanismos de control aplicados por el congreso a los gobiernos de turno y también respecto a la movilización de la sociedad civil a raíz de la discusión de estas cuestiones tan sensibles en el área de la opinión pública.
Jonatan Brunetti
Brasil es muy, pero muy distinto a nosotros, ellos se mivilizaron para sacar un gobierno corrupto, aca se movilizan para apoyar un gobierno corrupto, defender el saqueo, el robo de los Bona fini, Kirchrner, de Vido, Jaime, etc. esa es la diferencia inmensa que separa a ambos paises, y la justicia, que falla segun le convenga al gobierno y no a escondida, sino descaradamente se o dice a la sociedad toda, y Menen que se puede decir de esa inmundic///, que es parte de esta banda K, NO TENEMOS FUTURO COMO REPUBLICA, PESE A QUIEN LE PESE
Si por faltar a la seciones del senado, el gobierno apaño judicialmente a este inmundo ser, el gobierno de los K es inmundo igual, cag...andose en la vidas de los muertos en Rio Tercero, y en el desfalco al estado nacional, solo le importa su circulo de orgia monetaria, no condoliendose ante el desastre de el choque de trenes en Flores, ahi se ve el inmundo alma que tiene CRISTINA Y TODO EL EQUIPO DE GOBIERNO, le inporta tres carajos la poblacion,, solo ellos Y LO DICE AHORA LA CRIS,"" A VER, SI ALGUIEN LE HARA UNA PELICULA A ELLA, POR EL PASO POR LA HISTORIA ARGENTINA"" eso es de no ver la realidad, solo existe su propio ombligo, esta reloca esta mina