A principios de 1995 la sociedad se desayunó con uno de los mayores escándalos que se iban a vivir a lo largo de ese año: se descubrió la tristemente célebre venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia por parte de Argentina.
Todo esto no hubiera revestido las connotaciones que tuvo si no fuera por que involucró a funcionarios de alta jerarquía, desde el ex Presidente de
El contrabando a Ecuador, por ejemplo, provocó una pelea en el Gobierno y un escándalo internacional, porque como miembro del “Protocolo de Río”,
Parte de la información que manejaba Carlos Menem Jr. estaba relacionada con este tema. No hay que olvidar que el escándalo de las armas se inició, justamente, el mismo día que Junior encontró su muerte al volante de su helicóptero. No es casual.
Esa mañana del 15 de marzo de 1995, unas horas antes de que se produjera la caída de la aeronave, el abogado Ricardo Monner Sans había radicado en el juzgado federal de Jorge Urso la denuncia que originó la causa por los envíos ilegales de armas a Croacia y a Ecuador que tuvo en jaque a medio Gobierno.
Por este y otros temas, Junior creía que estaban traicionando a su padre sin que este lo supiera. Nunca imaginó que lo que estaba indagando involucraba, en algunos casos, a su propio padre, entonces presidente de
Zulema Yoma asegura que, pocos días antes de morir, Carlitos le confesó que estaba corriendo peligro. Que tenía la seguridad de que lo iban a matar en cualquier momento. “Habló de armas, tráfico de drogas, que estaban traicionando a su padre”.
Inclusive, la ex primera dama está convencida de que Carlos Menem sabe quién mató a su hijo, pero que no se juega. Que Carlitos vio algo que no debía ver y que Ramón Hernández es el Rasputín que se sigue moviendo en las sombras.
Una de las coincidencias más increíbles entre ambas causas se da en la figura del fiscal González Valle, que participó en la causa por la muerte de Junior y también fue designado como adjunto de Carlos Stornelli en el caso de las armas.
El tiempo fue demostrando, en el tema puntual de las armas y a pesar de la ingenua defensa de muchos de los funcionarios salpicados, que toda la operatoria se había manejado desde las más altas esferas del Gobierno.
Como ejemplo, podemos tomar las declaraciones que hicieron en su momento el Comandante de Operaciones Aéreas, brigadier Hector Genolet (encargado del control de la salida de aviones), y el brigadier Juan Paulik, acerca de que el Gobierno sabía —por lo menos después del segundo de los cuatro vuelos que transportaron el cargamento—, que las armas llegaban a Guayaquil y no a Caracas.
En el mismo sentido, el traficante de armas Diego Palleros aseguró en un reportaje aparecido en Clarín el 29/07/98, que Carlos Menem, su Gabinete y el jefe del Ejército, general Martín Balza, "sabían perfectamente" que las armas autorizadas a salir del país con destino a Venezuela y Panamá entre 1991 y 1995, en realidad, eran para Ecuador y Croacia, respectivamente.
La entrevista, realizada por Ana Gerschenson en la celda que ocupa Palleros en la prisión de máxima seguridad de Johannesburgo, ahonda en algunos detalles que comprometen a personas muy importantes del quehacer político y merece ser transcripta en su totalidad:
-Usted jura que es inocente, pero ¿por qué entregó armas a Ecuador que estaba autorizado a vender sólo a Venezuela?
-Habría que preguntarle a Fabricaciones Militares. Ellos me llamaron como intermediario para que les consiguiera compradores porque necesitaban vender el stock fuera de uso, que había quedado de la guerra de las Malvinas. Hayton Trade consigue la representación y comienza a buscar compradores. Una vez que se consigue el comprador nuestra tarea termina: el envío, los papeles de Aduana y la entrega es responsabilidad de Fabricaciones Militares, Hayton Trade no interviene para nada.
-De todas maneras, usted tramitó un certificado de destino final de las armas en Venezuela que resultó ser falso...
-Yo nunca estuve en Venezuela, y ese certificado no fue falso y lo consiguió el grupo brasileño de Hayton Trade. Se remitió por "courier" directamente de Brasil a Fabricaciones Militares sin pasar por mis manos. En el ámbito de la venta de armamentos los certificados son puramente formales, no significa que las armas terminan en ese destino, y eso lo sabían todos en el Gobierno.
-Pero las armas a Ecuador las trianguló usted...
-El comprador ahí era el francés Lasnaud, que vive en Miami, y, por otra parte era conocido de Estrada. El estuvo en Ezeiza inspeccionando el embarque con Fabricaciones Militares, e incluso se quejó de que los proyectiles eran viejos, y Sarlenga le dijo que se los iban a cambiar más adelante. En un principio Lasnaud pensaba venderle las armas a Liberia, porque las operaciones se arreglaron antes de las escaramuzas en la frontera de Ecuador y Perú. Pero estalló el conflicto, porque nunca fue declarada la guerra entre los dos países, y los FAL que FM le vendió a 300 dólares, él los pudo ubicar a 500 porque estaban desesperados.
-El certificado de destino final de las armas de Panamá, que en realidad fueron a Croacia, sí lo consiguió usted...
-Sí, pero es totalmente legítimo. Yo fui y lo pagué. El certificado es un supuesto. Dice: "En el caso de que Panamá compre, el mismo sería destinado a las Fuerzas de
-Los decretos presidenciales dicen claramente que autorizan a sus empresas a vender armas a Venezuela y Panamá...
-Yo le digo una sola cosa: el (entonces) Presidente de
-¿Está diciendo que no fue ni Sarlenga ni Camilión el cerebro de las operaciones?
-Camilión es inocente. Cuando él quiso parar las operaciones no lo dejaron porque las órdenes venían de mucho más arriba...
-¿Del Presidente?
-El Presidente firmó los decretos...
-¿El general Balza jugó algún papel en las maniobras?
-Con respecto a Balza, si bien no participó directamente en estas operaciones, es un hipócrita si dice que las desconocía o que fue engañado.
-¿Usted ordenó que se depositara la coima de 400 mil dólares en 1994 en la cuenta de Daforel?
-Yo no tengo nada que ver con esa coima...
-¿El destinatario de esa coima era Emir Yoma?
-...Yo no quiero contestar esa pregunta todavía...
-Pero no lo niega...
-(silencio)....
-¿Sarlenga es la cabeza visible de las maniobras?
-Sí. Aunque le repito que todos sabían. (Domingo) Cavallo, por ejemplo, miró para otro lado pero firmó porque necesitaba la plata (para el presupuesto). Entraron más de 70 millones de dólares.
-¿Por qué se escapó si es inocente?
-Porque tenía miedo. Sobre todo después de la causa por contrabando que abrió el juez Aguinsky, que es política. Quieren usarme de chivo expiatorio para no asumir las responsabilidades. Pero yo soy un hombre honesto, no soy un delincuente. Trabajé con el gobierno de Alfonsín y no tuve ningún tipo de problemas. Yo no engañé a nadie, ni nadie engañó al Gobierno.
-¿Está negociando su extradición con el gobierno argentino?
-Si yo estoy acá es porque no tengo amigos políticos que me defiendan. ¿Con quién quiere que negocie? No tengo ningún problema con el juez Jorge Urso, si me llama a declarar, pero no pienso seguirle el juego a Aguinsky, que sólo me quiere meter preso, y yo quiero vivir los últimos años de mi vida libre, tranquilo, no en la cárcel por algo que no hice.
La estrategia utilizada por Palleros, conocida como “goteo de información”, intentó ejercer una especie de presión sobre el Gobierno para que éste a su vez influya sobre su situación judicial.
Con estas declaraciones, asimismo, avanzó en la línea según la cual la venta de armas a Croacia entre 1991 y 1995 parece ser una decisión de Estado.
En su momento, Palleros había afirmado por escrito ante el entonces juez federal Jorge Urso que depositó una coima de 400 mil dólares destinada a "un conocido empresario ampliamente vinculado al Gobierno", sin dar nombres. Más tarde, en el transcripto reportaje concedido a Clarín dio a entender que ese empresario era el ex asesor presidencial Emir Yoma.
Las dudas sobre Emir giran, además, sobre un documento de abril de 1994 de la empresa Debrol —la intermediaria con Croacia— en la que Palleros le "pide" a Sarlenga que deposite 400 mil dólares de una comisión legal por la venta de armas a Croacia en la cuenta 69.383 que la empresa fantasma uruguaya Daforel tiene en el banco Manfra,
Tordella and Brooks (MTB) de Nueva York. Como esa no era la cuenta habitual que usaba Palleros para depositar las comisiones del 10 por ciento que cobraba, fuentes judiciales creen que esa nota de Debrol fue la forma en encubrir la coima.
Finalmente, un dato de color: el armamento, habría estado guardado en los depósitos fiscales de Ezeiza, pertenecientes a Edcadassa, empresa relacionada con el “extinto” Alfredo Yabrán.
Todos los hombres del Presidente
“Pido a todos los involucrados en el tema que de ahora en adelante se callen la boca", disparó un indignado Menem frente a sus ministros en plena reunión de gabinete en Olivos.
El comentario era en obvia alusión al tema de la venta de armas a Croacia y Ecuador. Era la mañana del 10 de septiembre de 1998 y Menem había abierto el encuentro cinco minutos antes de lo previsto.
Las sillas todavía no estaban calientes y ni siquiera estaban todos (Di Tella y el vicepresidente Carlos Ruckauf llegaron algo retrasados) cuando el entonces Presidente ya estaba hablando del escándalo.
En ese momento dos de los ministros presentes estaban seriamente involucrados en el tema: el entonces ministro de Trabajo, Erman González, y el canciller Guido Di Tella.
Erman en esos días tenía un insistente pedido de juicio político esperando trámite en Diputados, mientras el juez Urso quería indagarlo porque sospechaba que había cometido el delito de falsedad de documento público. El caso de Di Tella no era menos difícil. La prensa demostró que
En ese momento, los dos ministros llegaron a admitir que podían llegar a presentar sus renuncias. Hecho que fue evitado gracias al infaltable respaldo del ex mandatario de
"Ya les he dicho que estoy harto de los cruces públicos", dijo un tajante Menem tratando de terminar con el “todos contra todos” que se evidenciaba en el seno del Gobierno y en el que se descargaban culpas unos a otros.
Quizás en la parte más gráfica de la reunión de Gabinete, Menem recurrió a uno de los deportes que más conoce para mostrar una metáfora de lo que quería decir. "Mi experiencia como corredor de rallies dice que cuando uno se atasca, cuanto más acelera, más se entierra. En este caso, cuanto más se habla más se entierra uno", afirmó. Acto seguido sentenció: "Aquí hay dos decretos de venta de armas en los que yo puse la firma. Uno a Panamá y el otro a Venezuela. Los dos son legales. Y no se habla más del asunto".
Fue en ese momento que Guido Di Tella se sumó al encuentro. El canciller, sin advertir aun cuál era el clima, quiso esgrimir un comentario. "Mirá Guido —lo cortó el mandatario—. Vos no habías llegado, pero acabo de pedir que no hablen más del tema".
Una vez que supo que ya no iba a ser interrumpido, Menem disparó: "Que de la cuestión se ocupen los jueces. Ustedes -miró en vacío- júntense y tracen un curso de acción común sobre el tema. Yo estoy tranquilo (...) Hemos actuado de buena fe y los responsables están fuera del país. Confíen en
Luego de esas terminantes palabras, la reunión siguió en igual clima. Menem se concentró en la crisis financiera internacional y replicó algunas declaraciones hechas por Ruckauf a los medios. "No estoy de acuerdo con lo expresado por el vicepresidente.
Contrariamente —miró a Ruckauf— yo creo que la crisis va a ser corta y que
No quedaba espacio para las respuestas. Tras la lectura de algunos informes de rutina, la ministra de Educación, Susana Decibe, había ingresado en uno de sus cíclicos enfrentamientos con el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, en torno al proyecto de ley de financiamiento del aumento docente, que acababa de ser aprobado en Diputados. Menem reprendió, en ese momento, a la ministra.
Al término de la reunión de Gabinete y tal como Menem había dispuesto, se encontraron Jorge Rodríguez, Guido Di Tella, Erman González, Eduardo Bauzá, Raúl Granillo Ocampo, Jorge Domínguez, Carlos Corach, Alberto Kohan y el vicecanciller Andrés Cisneros.
En ese encuentro, que se prolongó durante una hora y media, todos los funcionarios definieron un discurso para el tema armas que se iba a sostener en la afirmación adelantada por Menem: "No existen responsabilidades políticas por parte del Gobierno".
Por otro lado, se habló de "coordinar gestiones" entre los ministerios para que ese argumento se imponga. Di Tella dio un largo informe, asistido por sus hombres. "La responsabilidad —concluyó en igual línea que Menem— es de las empresas".
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1