El ingeniero Mauricio Macri, a la postre Jefe de Gobierno de
En horas de la tarde de ayer viernes 4 de noviembre, y tras los desesperados llamados de los vecinos del lugar, entre los cuales se contabilizó el certero llamado de por lo menos 3 de ellos al número de emergencias de
Los ruidos evidenciaban un grave peligro estructural y dichas personas enseguida desconfiaron de la obra en construcción lindera: un pozo de excavaciones para una futura construcción. Explicitamos las certeras llamadas de los 3 vecinos que hubieron de dar en la tecla del enjambre administrativo municipal dado que, de no haberse hecho a este específico organismo las llamadas, otra quizá hubiera sido la tragedia, que a estas horas de la madrugada del sábado aún, gracias a Dios, no cuenta con muertos ni heridos.
Otra hubiera sido la historia si la tragedia se hubiera precipitado sin dar señales, hoy tendríamos decenas de muertos, como ya ha pasado, en muchas otras ocasiones: decenas de obreros aplastados en los desgraciados “desarrollos” inmobiliarios, esos tan lucrativos emprendimientos que en el decurso de los últimos años han dejado un baño de sangre y muerte, siempre ocultado o disimulado, por los interesados en que el desastre de las demoliciones y construcciones siga rindiendo jugosos dineros.
Proliferan obras… ¿a quién le sirve?
Toda esta actividad, como ya está demostrado en infinidad de circunstancias, hechos y eventos, no ha traído grandes beneficios ni a los habitantes, ni a los transeúntes del lindero Gran Buenos Aires. Menos, mucho menos aún, para los escasos ojos de quienes quieren rescatar la historia de
Buenos Aires es una Ciudad que no crece poblacionalmente desde hace 70 años, por ende, no necesita viviendas. Tampoco necesita seguir concentrándose en el centro, ni necesita más y más oficinas. No solo eso, existirían 120.000 vivienda vacías y 200.000 entre vacías y alquiladas… Este fenómeno responde al interés de una oferta que se autogenera por otras condiciones de la economía que por la existencia de una demanda concreta, y que dicha demanda se promueve desde la oferta de nuevas unidades, para reserva de valor, de quienes tienen cash negro, evasores o traficantes, oportunistas, ahorristas escaldados por el corralito, el corralón, el feriado cambiario y el “Rodriguito” en ciernes.
El edificio que hoy es circunstancial noticia no es tan viejo, construcciones de 70 años hay muchísimas, y todas ellas pueden permanecer muchos años más en pié. La caracterización de “edificio muy antiguo” fue lábil y sugestivamente arrojada por una notera de C5N, quizá, por su desconocimiento en la materia (en esa y en varias, atento su performance habitual).
El edificio cae parcialmente por su estructura deforme (más de
La irresponsabilidad y nulo control de la tristemente “DGFOC” hacen el resto. Pero, ¿quién controla y qué es la “Dirección de Fiscalización de Obras y Catastro”?
Antecedentes
Esto no es nuevo, y no es lo último. El conocido y poco entrevistado dirigente barrial Gustavo Desplants, desde su ONG “Paren de Demoler” viene advirtiendo desde hace años estas situaciones.
Algunos legisladores, desde una singular y sugestiva soledad —podemos destacar al ex legislador Defilippo y al actual legislador Abrevaya— proponen normas para restringir tanto la fueria de la construcción como las demoliciones indiscriminadas en nombre de un progreso que, a las resultas, nadie ve.
Se proponían no más de 3 pisos en barrios, algo bastante plausible si se pone el nivel ya casi perdido de vida por sobre el grave negocio de capitales inmobiliarios, en muchos casos de muy dudoso origen, que inundan de torres no solo el centro, sino lugares y barrios en donde resultan disfuncionales (Villa del Parque, Villa Pueyrredón, Villa Santa Rita, Parque Chacabuco, etc.).
En el caso particular de Desplants, ha sabido recurrir a la acción directa de los vecinos de Caballito, Urquiza, Belgrano, etc. que se concentran en grupos que luchan contra los molinos de viento de la burocracia… molinos de viento burocráticos que se forran de gruesos billetes, como reza cierta canción de un cantaautor rosarino que antes le daba asco el electorado porteño.
Desplants ha logrado, en algunos casos, demorar y hasta suspender emprendimientos ilegales, administrativamente desvidos de lo aprobado (por ejemplo, se autoriza 19,90 mts de altura, y luego se construyen 25 ó 30 mts) que sugestivamente las reparticiones del GCABA no “controlan” debidamente… Nos referimos a
Quizá ninguna administración pudo salvarse del San Benito de la “rosca” de las excepciones —hoy por suerte ya no se dan— pero al parecer es muy difícil, en tiempos de burbuja inmobiliaria e ingresos por cereales de exportación caros disuadir a estas grandes corporaciones que siguen su montruosidad de construcción de grandes cajones de cemento y vidrio, alcancías en alto que intentan escapar de “corralitos y rodriguitos” que están demasiado cerca de los posibles compradores, que nada tontos, prefieren pagar un sobre precio (evidente) con tal que el Estado de Cristina Kirchner, Amado Boudou y el sabueso Echegaray no se los incauten.
Quizá el único que tuvo un poco de vergüenza fue Jorge Telerman, que suspendió varios meses las habilitaciones con buenas intenciones, pero que seguramente debió ceder ante los millonarios intereses que mueve el “sistema”, en el que no deberíamos olvida al nuevo “delfín” sindical K, el obeso y poco mañanero (nunca lo vieron levantarse antes de las 10 AM) el albañil (MC) Gerardo Martínez, hoy de gira con la primera mandataria en el G20, seguramente asesorando de manera irreemplazable a la misma (suena como presión/reemplazo de otro obeso, Moyano padre al frente de al CGT oficialista).
Las infracciones más detectadas
Entre las irregularidades generales más frecuentes que hemos notado en dichas corporaciones —bien cartelizadas, cuando no— de desarrolladores y constructores podemos citar:
Coima por aprobación de planos, vistas “gordas” en las inspecciones, falta de concurrencia (¿casuales?) en los famosos “pozos” aprietes a familias propietarias u ocupantes de terrenos “condicionados” por su exponencial potencial de “obra”, planos que no se compadecen con lo construido, empleados en negro, empleados sin ART, tercerizaciones no admitidas, falta de responsables en obra, obreros viviendo en obra, ruidos molestos (hasta el punto de lo exasperante) presiones “para que venda” bajo promesas falsas de “buen precio” que resultan estafas al momento de las escrituras, ascensores y grúas que se caen por pésimo montaje, trabajo nocturno, operarios inexpertos, obreros sin arneses, obreros alcoholizados, miles de medianeras destruidas ante la pasividad sugestiva del órgano de aplicación de la correcciones y sanciones al respecto, bocas de tormenta tapadas y obstaculizadas para “descargar napas” (es ilegal) o cementadas por desidia (Macri llegó a castigó a algunas de estas empresas… en Puerto Madero).
Ante un conjunto tan grande de infracciones (en algunos casos se muestran todas al mismo tiempo, llama la atención la pasividad de la “Justicia” Municipal, nos referimos a los Juzgados Penales, Contravencionales y de Faltas de
Tan movedizos y solícitos, por ejemplo, en clausurar hace años las obras en
Conclusión
Quizá la suerte, y un poco la diligencia de quien o quienes advirtieron las denuncias en el “
Podría haber sido el “República Cromagnon” de Mauricio Macri, en una Ciudad en la cual se vive un olor a Cromagnon, a cada paso.
Reina en muchos sectores “sensibles” como
Así estamos.
José Terenzio