“Trampas. Ventajas para los amigos. Reuniones sospechosas. Arbitrariedad. Se trata de un manto de sospechas que cubre a la designación de los jueces en la era kirchnerista y que es denunciado hace tiempo, aunque tuvo su corolario en último concurso que resolvió el Consejo de la Magistratura”. Así da comienzo un revelador artículo de La Nación que da cuenta de las sospechosas designaciones de cuatro jueces federales en el Consejo de la Magistratura.

“Consejeros opositores, ex integrantes y fuentes judiciales de la institución creada en 1994 aseguran que ‘es sabido’ que muchas veces los pasos formales de los concursos son vulnerados para colocar a personas afines al operador de turno en puntos clave de la Justicia”, advierte la periodista Maia Jastreblansky, quien firma la nota de marras.

El senador radical y actual integrante del Consejo, Mario Cimadevilla, uno de los pocos que hoy se mantiene opositor, señaló a diario La Nación: "El oficialismo, los concursantes y el jurado están de acuerdo en quién va a ser juez mucho antes de los concursos. Es sabido que se promueven a ciertos candidatos".

Avanza la periodista: “Con la renovación de la Corte Suprema, una medida que puso fin al indecoro que rodeó al máximo Tribunal menemista, el Gobierno hizo de la transparencia en la Justicia una de sus mayores banderas. Pero, en lo que refiere a la designación de magistrados por debajo de esa cúpula, persisten las zonas grises.”

Finalmente, Marcela Rodríguez, ex consejera de la Magistratura entre 2002 y 2006, observó: "En los pliegos remitidos durante la gestión kirchnerista, como en la época de Menem, se siguieron observando nombres vinculados a funcionarios y otros que no tienen la idoneidad necesaria para el cargo que se proponen".

Una nueva (des) vergüenza K… y van.

Redacción de Tribuna de Periodistas