Los incesantes vaivenes oficiales que se han dado a lo largo de los últimos años en el marco de la selección de jueces federales, dan cabal muestra de cómo el kirchnerismo maneja la Justicia vernácula. No se trata de cualquier tipo de magistrados, sino los de un fuero que se encarga —no casualmente— de asuntos vinculados a la política... y de los políticos.
Las vacantes de cuatro de los juzgados federales fueron toda una muestra de desaciertos y corrupción en el seno del Consejo de la Magistratura, con denuncias de todo tipo, desde la anticipación de preguntas a algunos de los postulantes hasta la discrecionalidad a la hora de ubicarlos en jerarquía.
Esto llevó a que personas que no tienen preparación profesional ni probidad alguna fueran designadas —merced a un oscuro pacto con el macrismo— para ocupar tan relevantes cargos. La condición que parecen haberles exigido es la firme ostentación de lealtad hacia el oficialismo.
Es la única manera de entender que un personaje de la talla de Luis Rodríguez haya sido promovido por el Gobierno para ocupar un cargo de tal importancia en la Justicia. Su nombre fue denunciado en más de una oportunidad en este medio por ser parte de lo que se conoce como el "organigrama de la mafia judicial".
Lo antedicho lleva a preguntarse, ¿cuándo se comenzará a respetar la independencia de poderes? ¿Cuándo podrá soñarse con la vigencia del republicanismo en la Argentina?
Por lo visto, falta mucho para que ello ocurra ya que, hace unos días, otro concurso del Consejo de la Magistratura para designar jueces fue también cuestionado por presuntas irregularidades. No ha sido antojadizo: dos consejeros de la oposición presentaron un pedido de nulidad por ese motivo.
Según cuenta diario La Nación, en una nota elevada el viernes pasado al presidente de la Comisión de Selección, el senador radical Mario Cimadevilla y el representante de los abogados Daniel Ostropolsky, se cuestionó la transparencia del sorteo que designó a los jurados del concurso destinado a cubrir tres vacantes en la Cámara de Apelaciones del Trabajo. Uno de los jurados elegidos fue el diputado kirchnerista y abogado de la CGT Héctor Recalde, que integra el grupo examinador como docente de la Universidad de Buenos Aires.
La nota sostiene que en el sorteo no se cumplieron los requisitos de publicidad que exige el reglamento de los concursos para elegir jueces; por eso, afirmaron que les merecen "los más profundos y serios reparos".
Por ello, en el documento de marras se pidió que se anulara el trámite y volviera a realizarse "previa notificación a la totalidad de los consejeros de la fecha y hora de realización del acto"; algo que, según relatan, no sucedió esta vez.
"En su presentación, Cimadevilla y Ostropolsky advirtieron, además, que hay otros concursos en la misma situación (para vacantes de la Cámara Civil y la Cámara Comercial de la Capital, y de un tribunal oral federal de Santiago del Estero). Relataron que antes 'era tradicional' que la Comisión sorteara los jurados 'al finalizar la reunión' que disponía que se hiciera el sorteo, y que en su composición actual la Comisión de Selección ya no sigue esta metodología", según reza La Nación.
¿Qué teme el kirchnerimo que insiste en manipular, no solo el accionar de la justicia Federal sino también la designación de nuevos magistrados? ¿Será acaso que, a pesar de la negación permanente, sí existe la corrupción en el seno gubernamental y ello obliga a anticiparse a posibles acciones legales?
En fin, otro desacierto oficial, y van...
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1