El 27 de marzo de este año, diario Clarín tardó más de 10 horas en salir a la calle, producto de un bloqueo de Camioneros —a la orden de Hugo Moyano— a la salida de los talleres que estaban listos para sacar sus vehículos para distribuir los periódicos Clarín y La Nación.
El lunes siguiente, el diario más leído del país eligió protestar por la imposibilidad de la libre circulación de medios impresos con una portada totalmente en blanco, “como símbolo de silencio forzado y un ejemplo de lo que puede convertirse el periodismo”.
El gesto fue eficiente, ya que el episodio rebotó en la prensa internacional y en las principales agrupaciones de periodistas, mientras que se puso sobre el tapete el debate por la libertad de prensa.
Sin embargo, fue una estrategia que rozó más al marketing que a los ideales del derecho a la información, ya que no fue una portada totalmente en blanco, sino que se trató de una doble primera plana, una mostró solo el logo dejando vacío el espacio destinado a las noticias, y en la segunda, imprimió el destacado título “Fuerte repudio por el bloqueo a Clarín”.
El hecho, si bien no había sido inédito, sorprendió a la opinión pública debido a la inacción oficial ante tan serio bloqueo de un medio de información (ahora) crítico.
Página/12 recurrió a la misma táctica tras el indulto de Carlos Menem en 1989. Revista Noticias apeló a una tapa negra el 31 de enero de 1997, tras el asesinato del reportero gráfico de José Luis Cabezas. La República de Italia lo hizo en contra de una ley "mordaza" de Berlusconi.
Sin embargo, este simbolismo al que suelen acudir los medios en situaciones límite, no es muy bien visto por algunos especialistas. El abogado, periodista, y doctor en Comunicación Pública, Gonzalo Peltzer, opina que los medios no son más importantes que las noticias. “Los periodistas no somos nunca el tema. Ni aunque lo seamos.”
Y es que el caso de la portada de Clarín de ayer domingo, no fue el mismo que la de aquel 28 de marzo. Recurrió al fondo blanco, pero para plasmar en rojo el artículo 32 del capítulo I de la Constitución Nacional, el cual restringe al Congreso de dictar leyes que obstaculicen la libertad de imprenta. Esto en relación a la inminente aprobación del proyecto de ley sobre el papel de diario.
Hoy, el diario Tiempo Argentino le salió hoy a responder a Clarín con una tapa en blanco similar a la que sacó ese matutino ayer. No se trató de una copia, sino más bien de una sátira fiel al estilo de ese medio oficialista: ser la antítesis de un medio que no hizo más que bendecir con tapas positivas a la gestión kirchnerista hasta el año 2008.
En su portada de hoy, Tiempo Argentino citó al artículo 42 de la Constitución Nacional y al inciso 3 del artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica, que tiene rango constitucional, e indicó que "el proyecto de ley para la democratización del papel es una reglamentación de los derechos que devienen de dichos artículos".
"El Estado debe impedir el control monopólico en todos los ámbitos y específicamente en la producción de papel, con el fin de garantizar la libertad de expresión", indicó el matutino parte del multimedio oficialista.
“La misión de Tiempo es mandar mensajes a los opositores del gobierno y no a los lectores. Justamente me quejo de que Clarín ya se está pareciendo a Tiempo Argentino”, indica Peltzer en su blog.
El domingo por la mañana, miles de personas amanecieron sin noticias en la portada de Clarín, encontrándose con un recado que no estaba destinado a ellos. No fue una primera plana para sus lectores asiduos, sino íntegramente dedicada al gobierno nacional. Incluso en el interior del matutino había un extenso especial sobre el proyecto de ley, mientras que La Nación le dedicó solo una columna.
¿Cuándo volverá el periodismo a los grandes medios?
Eliana Toro
Twitter: @toroeliana