La mejor manera de prolongar las llamas de un incendio es echándole nafta, ningún misterio. Es lo que acaba de hacer el Gobierno en las últimas horas al pasar a disponibilidad a un gendarme y dos prefectos que oficiaban de voceros de la protesta salarial que llevan adelante ambas fuerzas.
"Nos han pasado a disponibilidad a mí y a dos camaradas más, dos de los primeros que se manifestaron en Prefectura", contó Raúl Maza, uno de los afectados por la medida. El gendarme recordó que la medida se tomó a pesar de que habían recibido "el compromiso" del secretario de Seguridad, Sergio Berni, de que "no" iban a "recibir sanciones".
El Gobierno insiste en subir la apuesta ante una protesta que solo se podrá desactivar a través del diálogo y el cumplimiento de ciertos acuerdos que no parecen tan complicados de llevar adelante. ¿Por qué lo hace? ¿Qué es lo que busca el kirchnerismo con este tipo de decisiones?
TDP ya contó en detalle en varias notas cómo es la feroz interna que llevan adelante Nilda Garré y su segundo, Sergio Berni. Producto de ella es que se ha dejado escalar este conflicto, pensando que se podría controlar antes de que estallara. Ello no ocurrió y la Ministra de Seguridad está en riesgo de perder su cargo.
No es lo más grave: en este mismo momento, suboficiales de Prefectura Naval Argentina y Gendarmería nacional se encuentran al frente de una incipiente asamblea general donde decidirán qué hacer frente a la falta de respuesta del Gobierno ante sus pedidos. Lo que allí se decida, será decisorio.
Carlos Forte
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