“No les creo nada, ellos se lo ganaron mintiendo sin parar todo el tiempo”, dijo a través de su cuenta de Twitter la experiodista y ahora legisladora, Gabriela Cerruti, luego de que Jorge Lanata y otros de sus colegas fueran retenidos en el aeropuerto de Venezuela después de haber cubierto las elecciones presidenciales.
El “se lo ganaron” había sonado mucho a “algo habrán hecho” de la última dictadura, por lo que Cerruti aclaró rápidamente que la frase no significaba que merecían la detención, sino que simplemente no confiaba en las palabras del otrora su jefe.
La respuesta de Lanata no tardó llegar. Enojado y sorprendido por las declaraciones de Cerruti dijo: "Me dio tristeza leer lo de Cerruti. Entró a los 19 años (a Página/12), venía de la agencia de noticias NA. La tomamos porque nos parecía buena y la pusimos a cubrir menemismo. Era hija del chofer de Cafiero, por eso tenía contactos con políticos del menemismo. Nos decían que conseguía información porque tenía relación cárnica con alguien o con Menem o Ramón Hernández, o Kohan pero tenía buena información", recordó el periodista. "La dejamos cubriendo menemismo. Fue parte del lobby menemista porque se mimetizó con ellos. Escribió el libro 'El Jefe'. Y le pasó lo que a muchos... te la empezás a creer", relató. "Pensó que era Umberto Eco. Dejó de leer y se convirtió en la analfabeta que es. Tengo que soportar que esta chica, que viene del lobby menemista, ponga en duda que nos detuvieron en el aeropuerto de Caracas", cuestionó Lanata.
Este domingo en el diario del empresario de medios K, Sergio Szpolski, Cerruti escribió una columna titulada “Sabés qué, no te creo”.
“Era enero de 1997 cuando, con un poco de agudeza y mucho de azar, logré hacerle una entrevista al represor Alfredo Astiz”, recuerda Cerruti, en referencia a las declaraciones del exmarino, cuando dijo —off the record— "Soy el mejor preparado para matar a un político o a un periodista”. Según la frecuente invitada al panel de 678, Lanata dese ese momento siente envidia por no haber conseguido esa declaración.
“Hundido en la hoguera de vanidades y frustrado por no haber sido el autor de esa nota, Jorge Lanata defendió tanto a Astiz que terminó siendo convocado por el asesino como su testigo de defensa en el juicio oral”, agrega la legisladora.
“No entré a Página/12 a los 18 años sino a los 22. Mi papá, Amado Ruggero a quien extraño con el alma, fue chofer desde los 14 años pero jamás fue chofer de Antonio Cafiero, y creo que nunca lo conoció siquiera. Cuando dejé de leer para convertirme –según él– en analfabeta, me fui a Londres a cursar un doctorado en Ciencias Políticas. El Jefe fue, junto a Robo para la Corona de Horacio Verbitsky, uno de los libros claves de la historia del periodismo político. Y yo, la ‘lobbista del menemismo’, hice durante muchos años la tapa del diario que él dirigía con mis crónicas y mis denuncias”, contesta Cerruti.
Finalmente, Cerruti acusa a Lanata de violencia de género: “Tratar de puta a la mujer que no se puede controlar es el postulado básico de la violencia de género. Aunque sea moneda corriente en nuestra sociedad insultarnos cobardemente con cosas que jamás le dirían a un varón, soy una militante de los derechos de la mujer y no voy a naturalizarlo. De ese punto, señor Lanata, hablaremos en tribunales cuando deba dar cuentas por injurias agravadas por violencia de género”, advierte.
“Yo soy parte de un proyecto colectivo transformador, cuando en medio de la alegría por el triunfo del proyecto popular en Venezuela se intenta tapar el cielo con las manos, tengo derecho a decir, por lo menos: "¿Sabés qué pasa? Yo a vos no te creo nada”, finaliza Cerruti. Ahora habrá que esperar con qué palabras Lanata decide contestarle. Y la guerra continúa.
Redacción de TDP
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