“Principio de simplificación y del enemigo único
Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Principio del método de contagio
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Principio de la transposición
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
Principio de la exageración y desfiguración
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Principio de la vulgarización
Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
Principio de orquestación
La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: ‘Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad’.
Principio de renovación
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio de la verosimilitud
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la transfusión
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Principio de la unanimidad
Llegar a convencer a mucha gente de que piensa ‘como todo el mundo’, creando una falsa impresión de unanimidad.”
Joseph Goebbels, ministro de Propaganda de Adolf Hitler.
Cualquier semejanza con la actualidad en algunos países latinoamericanos es “pura coincidencia”.
Ricardo Alfredo Rey